«Por seguridad seguiré llevando la mascarilla en el hospital»

«En el hospital seguiré llevando la mascarilla porque no está la cosa tan cambiante y no sé qué es lo que tiene el de lado, pero en las farmacias es otra cosa. Allí no lo veo tan necesario», consideraba Gerardo Nieves, vecino de Usurbil antes de acudir al médico. Su parecer también lo comparten otros ciudadanos como Anabel Ruíz Pacheco, que este miércoles tenía que una revisión tras haber sido operada recientemente y temía cualquier contagio. «A mi me parece mal que quiten las mascarillas en los hospitales porque cualquiera puede contraer una infección», detallaba y justificaba su postura explicando que «por mi seguridad, es mejor que la siga llevando». Y añadía: «Pero si me llegas a preguntar esto en otro momento, te habría dicho que menudo alivio». Juncal Urribarena, vecina de Irun, también expresaba su preocupación. «Yo creo que en hospitales todavía se debería usar, a mi todavía me da miedo, más por los mayores que por mi».

Entre los que mostraban su rostro antes de cruzar la puerta de entrada y lo ocultaban al cruzarla estaba José Marín Sanchez. Este vecino de Hernani se mostraba sorprendido porque «una enfermera me ha dicho que hoy todavía tenía que llevarla y yo había entrado sin ella». Se la ha puesto pero al salir ha confesado que esta medida se agradece porque es un paso más en la vuelta a la normalidad y «por fin nos liberan de esta tortura». Quien también evitará ponérsela, salvo imposición, es Carlos Pizarro. Al menos, en un tiempo. «Voy a intentar hacer una vida normal, tenemos que desprendernos de ella para quitarnos el trauma que tenemos. Creo que ya ha pasado tiempo suficiente para evaluar si son necesarias o no», sostenía.

El cambio no ha sido tan notable en las farmacias porque «ya hacía tiempo que algunos usuarios no se la ponían. Mucha gente ya no entraba con mascarilla, apenas hemos notado el cambio. Ya desde que anunciaron que se iba a levantar la medida casi nadie se la ponía. De hecho, teníamos que recordar a la gente que todavía seguía siendo obligatoria», aseguraba Josune Zubiaurre, farmaceútica de la Farmacia Gaztelurrutia de Amara.

Aunque deja de ser obligatorio el uso de las mascarillas, se recomienda su uso a las personas sintomáticas cuando estén en espacios compartidos y a los profesionales que las atienden, y en residencias de mayores y personas con discapacidad, entornos en los que viven las personas más vulnerables, aunque -insiste el acuerdo- «no se recomienda su uso universal». Según el texto aprobado ayer en Consejo de Ministros, y publicado este miércoles en el BOE, en el caso de residencias y centros de personas con discapacidad se recomienda tomar precauciones adicionales en caso de aparición de síntomas en trabajadores, residentes o visitantes, para evitar brotes y cuidando el bienestar físico y emocional de los mayores.