«Ya no quedan ni geles en las farmacias»

El 'stock' de este producto ha ido reduciéndose durante toda la semana, cuentan ambas responsables del establecimiento situado en la calle Urbieta. Desde que el coronavirus aterrizó en España con los primeros casos, los ciudadanos comenzaron a aprovisionarse con estos productos para reducir cualquier riesgo de contagio. «Ni con la gripe se vendían tantos», apunta Susana, que ha perdido ya la cuenta de los clientes a los que en las últimas horas han tenido que decir que no tienen geles ni tampoco mascarillas. «Al menos la población comienza a interiorizar los mensajes y saben que lavarse las manos o utilizar los geles desinfectantes surte más efecto que las mascarillas», afirma optimista.

Diez segundos después, cruzan dos chicas jóvenes la puerta de la farmacia. Una de ellas, con marcado acento ruso pregunta: «¿Tenéis mascarillas?». Susana no tiene otra opción que responder que «no, no nos quedan». Las dos amigas se lamentan. «Estamos buscando mascarillas por toda la ciudad y no encontramos», narran con pesar mientras se alejan casi a la carrera hacia otra farmacia de la decena que se encuentra abiertas este fin de semana en San Sebastián.

La escasez de mascarillas y geles en las farmacias en plena coincidencia con la detección del primer caso de coronavirus en Gipuzkoa provoca que los interesados se estén convirtiendo en auténticos peregrinos en busca de los métodos de prevención más extendidos. En las propias farmacias, como apunta Susana, aclaran a los clientes las dudas que puedan tener en torno a las medidas preventivas contra el coronavirus. «Nos guiamos por las recomendaciones de Osakidetza. Les decimos que se laven las manos a menudo, que esa es la mejor defensa». Además, les avisan de que hay un teléfono (900203050) de atención para los casos que puedan considerarse sospechosos. «Los síntomas más comunes del coronavirus son la tos y la fiebre alta, pero pueden también confundirse con otra enfermedad», advierten.

El ir y venir de clientes es constante en el establecimiento, muchos de ellos turistas franceses que ayer llenaban el paseo de La Concha a la hora de la siesta. Ninguno llevaba la alarmante mascarilla, aunque en el fondo de las mochilas sí que llevaban geles desinfectantes. «Por experiencia sabemos que los turistas utilizan habitualmente este tipo de geles, ya que en verano solemos tener un pico muy alto de ventas de estos botes de bolsillo», añade Susana.

El sector de la hostelería no cree que este fin de semana se note ningún impacto por la propagación de la enfermedad. «Va a ser un fin de semana normal, aunque ya estamos analizando si para Semana Santa se va a resentir la llegada de visitantes», señala Kino Martínez, secretario general de la Asociación de Hostelería de Gipuzkoa. La concejala donostiarra del área, Cristina Lagé, ya ha anticipado que temen que al sector le pueda pasar factura.

Todos los agentes que trabajan en la cadena de servicios turísticos se sentarán próximamente a analizar con calma los posibles impactos que puede tener en las temporadas altas la propagación del coronavirus. «Tememos que los visitantes de Estados Unidos puedan comenzar a cancelar sus planes de venir a aquí por la enfermedad», advierte Martínez. En Semana Santa, esperan que el visitante nacional sostenga el turismo.