Las farmacias de Gipuzkoa gestionan ya el uso de los medicamentos de más de 800 personas
El programa diseñado para medir y hacer un seguimiento de la medicación de mayores y dependientes cuenta con boticas acreditadas en 60 municipios guipuzcoanos
El papel tradicional de las farmacias, por el que son conocidas por gran parte de la sociedad, es el de dispensar medicamentos a la población. ... Se acude al establecimiento más cercano para adquirir el fármaco necesario y el profesional facilita el producto requerido. Hoy se celebra el Día Mundial del Farmacéutico, pero hace tiempo que su figura superó la barrera del mostrador.
Desde el año 2009, el Departamento de Salud del Gobierno Vasco y el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Gipuzkoa (COFG) impulsan el programa de mejora de uso de medicamentos para personas usuarias de la asistencia de ayuda domiciliaria y servicios sociales. En la actualidad, 821 guipuzcoanos se benefician ya de este sistema, principalmente «personas mayores y dependientes».
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La finalidad principal es «medir y hacer un seguimiento» de la medicación que los pacientes adscritos al programa deben tomar. Este servicio «facilita el acceso al medicamento, y mejora el uso de los fármacos y la adherencia a los tratamientos» de las personas usuarias. A grandes trazos, consiste en «dispensar de manera ordenada la medicación en pastilleros personalizados semanales distribuidos en los fármacos que deben ingerir en el desayuno, en la comida, en la cena y antes de acostarse». Desde su implantación hace 16 años, un total de 279 farmacias han sido acreditadas para ofrecer este servicio en Gipuzkoa, en hasta 60 municipios del territorio.
Una de ellas es la Farmacia Pagés Romero, ubicada en Errenteria. «Llevamos unos 9 años ofreciendo el servicio desde que lo pusimos en marcha en mayo de 2016», recuerda Joaquín Pagés, titular del establecimiento. Echa la vista atrás acompañado de Nagore Rodríguez y Olatz Hijarrubia, las farmacéuticas que se encargan con mayor frecuencia de los procedimientos que requiere el programa de mejora de uso de medicamentos.
«Cuando iniciamos el servicio en 2016 teníamos tres o cuatro usuarios y ahora trabajamos con una veintena de pacientes»
Joaquín Pagés
Farmacia Pagés Romero
«Cuando lo implementamos apenas teníamos tres o cuatro usuarios. Ahora ya estamos en la veintena de pacientes que hacen uso del servicio», detalla Pagés. Se debe tener en cuenta que en el propio municipio de Errenteria «prácticamente todas las farmacias» están acreditadas debido a que el servicio está «bastante implantado». El titular de la farmacia errenteriarra calcula que «más de un centenar de personas» gozan de este servicio en la localidad. Sin embargo, los profesionales de este establecimiento recalcan que todavía existe un desconocimiento general en torno al programa. «No está muy popularizado, mucha gente no sabe que existe este tipo de servicio», reconocen. «Es importante que se enteren porque son todo beneficios».
Y no solo en el plano organizativo, sino también a largo plazo. «El seguimiento que realizamos hace que los pacientes no fallen a la hora de tomar su medicación. Hemos comprobado que esto conlleva mejoras de salud», confirman los farmacéuticos. «Esta evolución positiva se ve reflejada en los ingresos hospitalarios, que se ven reducidos, y en los resultados de las analíticas», apunta Rodríguez. «Es un sistema muy beneficioso porque ahorra mucho trabajo a pacientes y familiares y, además, supone una mejora en su estado de salud».
«Personas mayores»
El perfil más repetido entre los usuarios del programa es el de las «personas mayores». Pacientes que, por su edad y estado de salud, no pueden hacer un seguimiento completo de su tratamiento. «En general, solemos tener pacientes de edad avanzada, con problemas de salud que han deteriorado sus facultades y por tanto tienen problemas para tomar la medicación». Aun así, existe otro perfil con el que también se encuentran. «Hemos tratado con personas de entre 30 y 50 años con medicación muy potente, principalmente por enfermedades mentales», detalla Rodríguez.
«El seguimiento conlleva mejoras de salud que se aprecian en las analíticas o en los ingresos en el hospital, que se reducen»
Nagore Rodríguez
Farmacéutica
Con respecto a la forma de acceder al sistema, los especialistas diferencian dos vías. «Por un lado está cuando vienen directamente a la farmacia porque se han enterado de que pueden contar con este servicio. Les informamos del proceso, rellenan la documentación necesaria y, tras consultarlo con su médico, se hace una valoración para empezar a actuar». En estos casos, el paciente debe pagar una cuantía mensual de 30 euros. Esto cambia cuando la persona se encuentra «en situación de vulnerabilidad» y forma parte de los servicios sociales del Ayuntamiento. «Entonces, se cumplimenta la documentación con el asistente social y el Ayuntamiento se hace cargo de la tasa, al menos en Errenteria», explican.
«Generamos un vínculo muy fuerte con los pacientes y sus familiares nos agradecen la labor porque les ven mejorar»
Olatz Hijarrubia
Farmacéutica
En el tiempo en el que llevan trabajando con este programa, en la Farmacia Pagés Romero han percibido una respuesta «muy positiva» por parte de los usuarios. «Las reacciones son muy buenas también en los familiares porque ven que, por ejemplo, su padre está mejorando», observa Hijarrubia. «También generamos un vínculo muy fuerte con ellos». Esto último ayuda a ensalzar la figura del farmacéutico. «Es importante. Es de las pocas cosas que se nos reconocen. Ser farmacéutico no solo es dispensar cajas de medicamentos o leer las tarjetas sanitarias. Tenemos labores más humanas y cercanas al paciente», reivindica Rodríguez.
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