Familias afectadas de Txara I urgen a la Diputación a definir «cuanto antes» los traslados de sus mayores
Critican la «falta de planificación» y reclaman otra solución «más cercana» que Zizurkil, donde se reubicarán la mayoría de los usuarios
Familiares y usuarios afectados por las obras que se acometerán en la residencia Txara I a partir de diciembre se resisten a tener que trasladarse ... al centro Fraisoro, en Zizurkil. Es la ubicación principal donde la Diputación de Gipuzkoa ha previsto reubicar a la mayoría de los usuarios, aunque también serán trasladados a «otros centros del territorio» ya que el recurso de Zizurkil cuenta con 88 plazas disponibles de las 116 que se necesitarán en total. Esta situación ha provocado todo un revuelo y deja muchas preguntas en el aire. Las familias urgen a la Diputación a despejarlas «cuanto antes».
Los familiares entienden que deban acometerse los trabajos de remodelación en el centro donostiarra, situado en el barrio de Intxaurrondo, pero lo que no comparten es la «falta de planificación y concreción» de la Diputación. Los más veteranos recuerdan que el anuncio de las obras se realizó «hace unos cuatro años ya» y «de repente parece que han llegado las prisas» –les reunieron hace aproximadamente un mes y en diciembre comienzan las obras–.
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Son pocos los que se conforman con el traslado y reclaman otra solución. «Que busquen otras residencias en Donostia, pero que no les lleven allí», ruegan quienes visitan a diario a sus seres queridos y ahora ven cómo el cambio va a «trastocar la rutina por completo».
Según confirmó la Diputación de Gipuzkoa a este periódico, mientras duren las obras, que se extenderán aproximadamente dos años, las personas que residen en Txara 1 (116 usuarios) serán trasladadas temporalmente. Esta actuación va a transformar por completo las instalaciones del recurso residencial donostiarra, por lo que necesita estar vacío durante las obras, ya que es «la única forma segura de llevar a cabo una intervención de esta envergadura», según valoraron tanto el equipo de obra como el equipo técnico del Departamento de Cuidados y Políticas Sociales. Así las cosas, los usuarios deberán trasladarse a diferentes residencias del territorio, una circunstancia que ha generado «mucha incertidumbre». «En la reunión que tuvimos hace poco nos dijeron que la mayoría iría a Zizurkil. Estamos esperando la reunión de septiembre para ver qué nos plantean, nosotros vamos a intentar pedir que nos dejen a la ama aquí en Donostia y, si hace falta pagar más, ya lo haremos», comentan Iñaki e Iciar, que trasladan la «preocupación» de muchas familias. «Hablas con ellas y te dicen, 'igual me toca Matía, igual me toca Eibar...'. Porque todos no entran. Es que todavía no se sabe nada, hasta septiembre estamos con una incertidumbre absoluta y las obras empiezan ya en diciembre y antes les tendrán que trasladar. Es una pena, la gente está muy decaída».
«Todavía no se sabe nada, hasta septiembre estamos con una incertidumbre absoluta y las obras empiezan en diciembre»
Iñaki e Iciar
Familiares de una residente
Más allá del trastorno que les va a suponer ir hasta Zizurkil, Iñaki se muestra apenado «porque va a haber familias que no van a poder ir a visitar a sus familiares y los mayores se van a poner muy tristes». Iciar visita casi a diario a su madre Loli, de 90 años, que entró en Txara I en abril de 2021. «Estuvimos cerca de año y medio esperando una plaza», por lo que es consciente de las listas de espera. «No sé cómo lo van a gestionar pero vamos a pedir que le dejen en Donostia. Si al final nos llevan a Fraisoro pues que al menos pongan facilidades de transporte porque trabajando los dos es muy complicado apañarse y yo no podría visitarle todos los días como ahora. Comentaron que iban a poner un autobús pero no está claro todavía, nos dijeron que lo tendrían que estudiar».
«Un incordio»
El malestar que se respira en las inmediaciones de la residencia es compartido por unos y otros. «Indudablemente el cambio es un incordio y una preocupación. Son personas mayores, muy dependientes y el más mínimo cambio les afecta. Ahora justo estábamos hablando con el personal de este tema, porque nos preocupa», afirma Josean, que añade los contras del traslado a Zizurkil. «Han elegido una residencia que está lejos. Lo que tiene Txara para una persona mayor es el entorno, aquí tienen bares, comercio, calles para pasear y sacarles... Llevarlos al monte les va a afectar un montón y es una de las cosas que nos da miedo. Y el otro tema son las visitas, que para las personas mayores son super importantes. A quien no tenga coche le añades un plus de complejidad tremendo para ir allí e igual dejan de visitarles».
«Cuando se entere mi madre no lo va a pasar bien. Ella tiene aquí sus amigas y podemos venir a visitarle todos los días»
Josean y Sandra
Familiares de una residente
Sandra, su pareja y vecina de Donostia, teme cómo va a aceptar su madre, de 92 años, el cambio. «Todavía no lo sabe, pero en cuanto se entere sé que no lo va a pasar bien. Ella tiene aquí su entorno, sus amigas, hemos vivido aquí toda la vida y venimos a verle todos los días. Estamos hablando de personas», recalca esta mujer, «sorprendida» por la «rapidez» con la que se ha gestado el cambio. «Ha sido todo muy de repente. Nos llegó un comunicado, en septiembre nos vuelven a reunir ¿y en diciembre ya están aquí las obras? Contando con que en noviembre hay que vaciar, tenemos dos meses y un problema importante. Sobre todo queremos que nos digan cuanto antes qué va a pasar. Sabemos que la solución no es fácil y que a futuro quedará genial, pero nos da la sensación de que está todo cogido con hilos, porque dicen que van a trasladarles a Zizurkil o centros del territorio pero ¿a cuáles?». Fuentes de la Diputación se limitan a trasladar que en septiembre habrá reuniones individuales con cada familia para explicarles cómo se desarrollará el proceso de traslado.
Como tantas otras, esta familia también ha pensado en cambiarla de residencia pero se topan con «el problema de las listas de espera. Conozco casos que llevan meses y meses esperando para una plaza... Sea como sea, que nos busquen una solución más cerca».
Su reclamo es compartido por Alfredo y Maribel, que acompañan a Isabel, de 91 años, en su paseo diario. «Hemos puesto una queja porque no estamos de acuerdo. Queremos hablar con la Diputación para que nos expliquen esto porque cuando ingresamos a la ama, la asistenta social de aquí no dijo que estaba prevista la obra y que le trasladarían a Txara 2. Si llevamos a saber esto nos habríamos buscado otra alternativa. No es normal que hagan esto con la gente mayor. Si al final le llevan a Zizurkil va a estar totalmente aislada», critican.
«Hemos puesto una queja porque no estamos de acuerdo. Queremos hablar con la Diputación para que nos explique todo esto»
Alfredo y Maribel
Familiares de una residente
Entre la indignación, hay voces como la de Joaquín, vecino de Elizondo, que comprende la situación. «Es lo que hay, esta residencia está muy bien y encima se va a mejorar, pues mejor para todos. ¿Que será un cambio radical? Sí, pero hay que asumir que hay una necesidad y todo no se puede». Lo que sí le resulta «llamativo» es la duración de las obras, a su juicio, una «exageración. Si fueran a empezar de cero, podría ser razonable, pero necesitar dos años para reformar un edificio...», se cuestionaba.
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