Los volcanes impresionan. La lava ardiente, que se produce por el calor del interior de la Tierra, demuestra la enorme cantidad de energía que tenemos bajo nuestros pies.
Todos recordamos, por haberlo visto en persona o en documentales, que basta echar un cubo de agua a un agujero excavado en el monte Timanfaya, en Lanzarote (Islas Canarias), para que, en unos segundos, el calor del interior, convierta el agua en vapor y salga violentamente produciendo un géiser. Ese vapor podría mover un generador de electricidad (energía geotérmica).
Hay unos pocos lugares de la Tierra, como son Lanzarote o Islandia, donde hay mucho calor a muy poca profundidad y eso permite un aprovechamiento muy sencillo. El 80% de la energía de Islandia es geotérmica. Por suerte, hay otros muchos puntos, incluyendo la Península Ibérica, en los que podemos obtener un gran calor a profundidades en los que la ingeniería actual puede instalar generadores.
Es de agradecer que la administración del actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, haya anunciado un nuevo proyecto para conseguir que el uso de la energía geotérmica sea generalizado. Su objetivo es que para 2035, el costo del megavatio hora se reduzca a 45€, es decir, se rebaje un 90% el costo actual (en Estados Unidos). No sé si se logrará, pero es sumamente interesante que alguien importante se haya acordado de esa pobre 'Cenicienta' que es la energía geotérmica.