Emakunde alerta de que las mujeres con adicciones tardan en pedir ayuda
Una investigación revela que el estigma social y la vergüenza son factores clave que ralentizan la búsqueda de un tratamiento
Ikram el Aarras
San Sebastián.
Martes, 16 de julio 2024, 02:00
Las mujeres con adicciones tardan en pedir ayuda. Es una de las conclusiones principales del estudio 'Evaluación desde la perspectiva de género en adicciones con ... sustancia y comportamientos' que presentó este lunes Emakunde. La estigmatización social, el sentimiento de culpa y la vergüenza suponen un obstáculo a la hora de pedir ayuda y buscar tratamiento.
Para realizar la investigación han contado con la participación de 16 profesionales del ámbito de la salud mental y adicciones y con 41 pacientes. De ellos, 30 presentan una dependencia a los juegos del azar y 11 tienen una tendencia a la compra compulsiva y hacia los videojuegos.
En datos
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16 profesionales para la muestra Las investigadoras han contado con la participación de personas especializadas en adicciones.
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41 mujeres adictas Han recabado los testimonios de mujeres adictas a juegos y compras.
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Adicción a las compras La media de edad de las mujeres adictas a las compras es de 55 años.
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Adicción al juego La media de edad es de 50 años y en el caso de los videojuegos, de 22.
Ana Estévez y Laura Marcía son dos de las investigadoras que han llevado a cabo este trabajo, junto a Milena López, Itziar Gandarias, Paula Jauregui y Janire Momeñe. Tanto Estévez como Marcía subrayaban en varias ocasiones en la rueda de prensa de presentación del informe que «cuando hablamos de adicciones también hay que hacer una diferenciación entre hombres y mujeres». Entre esas distinciones están las causas.
«En la mayoría de los casos los factores causantes son aspectos relacionados con su condición de mujer y las situaciones que tienen que vivir, como la desigualdad en los cuidados, la violencia de género o los abusos sexuales, les lleva a desarrollar este tipo de adicciones».
Aunque las conclusiones son aplicables a la adicción de sustancias u otro tipo, las investigadoras han hecho especial hincapié en las relacionadas con comportamientos, como la tendencia a la compra abusiva, a los videojuegos o a los juegos al azar. «La estigmatización social de la adicción, el prejuicio de la mujer adicta o las falsas creencias explican la tardía introducción de la perspectiva de género en este campo. Aunque cuando hablamos de adicciones a sustancias, se puede observar que hay un avance paulatino. En cambio, en otro tipo de dependencias aún queda camino por recorrer», zanjó Ana Estévez, investigadora en el departamento de Psicología de la facultad de Ciencias de la Salud en la Universidad de Deusto.
«Invisibles en las estadísticas»
«Cuando se observan las estadísticas y se ve que el gran porcentaje de adictos son hombres, da la sensación que el ser mujer es un factor de prevención, cuando realmente estas no piden ayuda y están invisibilizadas», explicó Estévez. A la hora de pedir ayuda, señalaban las expertas, el primer contacto que tienen las pacientes es con la atención primaria.
En otros lugares «no encuentran el espacio adecuado en el que puedan sentirse apoyadas». Esto se debe principalmente a que, según afirmaban, «cuando hablábamos con las mujeres nos comentaban que los espacios de tratamiento, como las terapias de grupo están demasiado masculinizadas», detallaba Laura Marcía.
«En estos lugares ellas no se sienten libres de hablar sobre ciertos aspectos que les ha conducido a desarrollar una adicción, como puede ser el peso de los cuidados o la violencia de género», desarrollaba Marcía. Estas diferencias entre ambos sexos hace que la barrera para acceder a estos recursos sea aún mayor para ellas. «Necesitan un lugar seguro en el que sientan que sus preocupaciones e inquietudes son compartidas», añadía su compañera Estévez.
Otra de las cosas que demuestra la diferencia en el comportamiento de las adicciones entre hombres y mujeres es la razón por la que se enganchan. «En el caso de ellos, buscan sentirse mejor o ganar (cuando se trata de la ludopatía). En cambio ellas, lo que más hemos escuchado es que quieren buscar una salida o solución a su situación, ya sea de violencia, de soledad u otra dificultad».
Perfiles con más gravedad
Uno de los aspectos que analiza el estudio es el perfil de las 41 mujeres participantes. El estudio detalla que la edad media de las adictas a las compras es de 55 años, algo mayor a la de las que desarrollan una adicción a los juegos de azar, que tienen 50 años. En cambio, la edad media de las que sufren ludopatía ronda los 22 años.
En conclusión, ambas expertas destacan que la «inclusión de la perspectiva de género y de la mirada de las mujeres es necesaria en el tratamiento de las adicciones para poder encontrar una solución», afirman ambas expertas en la materia. A su vez, también inciden en la importancia de «cambiar las intervenciones y los tratamientos para que ellas puedan sentirse seguras». Porque, una vez que deciden buscar ayuda «llegan con una gravedad mucho mayor comparado con la que podría llegar un hombre en circunstancias parecidas», denunciaban ambas.
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