Un crimen con muchas incógnitas por despejar

El cuerpo sin vida apareció el pasado lunes, tres días después de que su pareja denunciara la desaparición, en una zona de matorrales cercana al agroturismo. Presentaba más de seis puñaladas. ¿Cuándo y dónde se produjo el crimen? ¿En qué circunstancias se produjo? ¿Quién o quiénes han sido sus responsables? ¿Qué relación existe con la fiesta que esa noche se celebró en la casa? Los investigadores han avanzado esta semana en los interrogatorios, en la recogida de pruebas tanto en el lugar donde se halló el cuerpo como en la casa, así como en los análisis forenses y científicos que permitan esclarecer el crimen de Aintzane, que según el último mensaje que intercambió con una persona cercana tres días antes, tenía intención de acudir a una fiesta para despedir el año.

Operarios municipales de Aizarnazabal localizaron el cuerpo sin vida de Aintzane Pujana sobre las 11 de la mañana del pasado lunes. Estaba en una zona de matorral junto al río Urola en el barrio de Etxabe, a unos 500 metros de la casa donde se encontraba esa noche, según expresó la dueña, como «amiga de unos inquilinos».

Según fuentes consultadas, se encontraba como agachado, inclinado hacia delante, con la cabeza en el suelo. Estaba vestido con un niqui fucsia, los pantalones semibajados y una chamarra quitada en el suelo. La víctima presentaba más de seis puñaladas realizadas con un arma blanca.

El cuerpo se localizó tres días después de que la pareja de la víctima interpusiera la denuncia por su desaparición. Lo hizo el día 1 de enero, y desde entonces la Ertzaintza mantenía el aviso activo para localizar a la joven de 32 años, que fue vista por última vez con prendas de abrigo de color blanco, pantalón vaquero, y que según se sospechó en un inicio podría situarse en el extranjero. Se advertía además en el aviso de la Policía vasca que precisaba medicación. Los investigadores tratan de averiguar qué ocurrió el día y la noche del 31 de diciembre y las jornadas posteriores hasta el hallazgo del cuerpo, tanto en la casa como con las personas que la acompañaban ese día. Hasta el momento no se han producido detenciones.

Entre las pesquisas que sigue la Policía vasca es determinante esclarecer la relación entre la víctima y la fiesta que en Nochevieja una veintena de jóvenes, al parecer de varias localidades de la comarca de Urola Kosta, celebraron en dicho establecimiento. Fuentes próximas a la investigación han confirmado que fue en esa casa donde la Ertzaintza intervino sobre las 3.30 de la madrugada e identificó a un total de 20 personas por incumplir las normas sanitarias, al superar el límite de reunión de 6 personas y no llevar mascarillas. La víctima no se encontraba entre las personas identificadas, pero no se descarta que estuviera en la fiesta. Más cuando el día 28 envió un mensaje a una persona allegada en el que le manifestó sus planes de ir a una celebración en Nochevieja.

Investigadores del Servicio de Investigación Criminal Territorial y agentes de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Policía vasca rastrean desde el lunes tanto el escenario donde apareció el cuerpo sin vida de la joven, junto al río Urola, el agroturismo como los alrededores de la casa para determinar dónde se perpetró el crimen y las circunstancias que lo rodean. El martes, los investigadores encontraron a pocos metros de donde apareció el cuerpo, un jersey rojo que «llevaba poco tiempo en el agua» y que han analizado para saber a quién pertenece, y una cinta de embalar verde que los agentes se llevaron por si «pudo haberse utilizado como brida».

La muerte de Aintzane Pujana ha conmocionado a sus allegados. Se sabe que estudió en el colegio San Patricio. Su vida fue complicada. «La vida no ha sido justa con ella», ha indicado una persona que le conocía y con la que mantenía un contacto periódico. En estado de shock aún por lo ocurrido, y con ganas de que se esclarezca el crimen, la describe como una persona atenta y con buen corazón, que sentía pasión por los perros, pero que había pasado circunstancias difíciles tanto por su propio comportamiento como por algunas personas de las que se había rodeado. «Ahora había conseguido un poco de estabilidad».