Osakidetza suspende vacaciones a sanitarios en Gipuzkoa por la alta presión
El déficit de personal, sobre todo de enfermería, dificulta la contratación de efectivos en pleno pico de ingresos
silvia osorio
Domingo, 5 de diciembre 2021, 07:33
El aumento de la presión asistencial ha vuelto a poner en jaque a los hospitales de Euskadi. Los profesionales sanitarios encaran otro fin de año ... complicado por el incremento de la demanda derivada de la pandemia, agudizada por la falta de personal para contratar. Osakidetza sigue tomando medidas para tratar de hacer frente al aumento de ingresos en planta como en UCI y a la avalancha de casos leves en la red de Atención Primaria, en unas fechas en las que los trabajadores de la sanidad pública se cogen sus últimos días de descanso del año.
Sin embargo, la dirección del Servicio Vasco de Salud ya ha comunicado a las OSI (Organizaciones Sanitarias Integradas) de Gipuzkoa, el territorio más castigado en este último envite vírico y con sus centros hospitalarios sobrecargados, que quedan suspendidas las vacaciones concedidas a partir del 10 de diciembre. Por el momento, la medida no se ha aplicado en Bizkaia y Álava.
El departamento de Salud ha emitido en la mañana de este domingo un breve comunicado en el que asegura que «no es cierto» que haya «dado la orden» de suspender vacaciones. Por su parte, fuentes sindicales insisten a este periódico que Osakidetza comenzó pidiendo a los sanitarios del Hospital de Mendaro que renunciasen a sus días de asueto o libre disposición por la saturación del centro y por el temor a que las plantillas se quedaran a medio gas en un momento álgido de ingresos por covid, pero también de otras patologías respiratorias típicas del invierno. El año pasado pasaron de puntillas por las restricciones de la pandemia, en concreto por el uso de la mascarilla, pero este año la población se vuelve a encontrar más expuesta.
Enfermeras a las que no se renovó en octubre se han marchado a otra comunidad o a la privada
Fin de contratos
Pocos días después, la medida, dirigida a todo el personal, se hizo extensible a toda la OSI de Debabarrena (Bajo Deba) y al resto del territorio. Se trata de un varapalo para unos profesionales que siguen deslomados tras más de año y medio de lucha incansable contra el virus. Esta decisión extraordinaria se sustenta por varias razones. La principal, el incremento de hospitalizaciones en la comunidad por el fuerte repunte de los casos.
A nivel general del País Vasco, en las últimas dos semanas se ha doblado el volumen de pacientes en planta y más de un 80% el nivel de ocupación en la UCI, la principal vara de medir el impacto de la crisis. El Servicio Vasco de Salud se ha visto obligado a reforzar las áreas de críticos habilitando más camas para atender a los ciudadanos que presentan un cuadro grave de la infección. Una medida que implica liberar espacio, pero sobre todo personal de otras áreas.
De ahí, que se hayan comenzado también a aplazar cirugías no urgentes. Aunque el Hospital Donostia es el más afectado -algunos pacientes ya han tenido que ser derivados a hospitales vizcaínos y alaveses-, fuentes médicas confirmaron a este diario que en Cruces también se han cancelado algunas operaciones de tarde, las conocidas como 'peonadas'.
Se trata de intervenciones quirúrgicas sencillas, pero que requieren de un ingreso posterior en Reanimación, áreas que se están dedicando desde el estallido de la pandemia a atender a pacientes contagiados. Además, estas unidades exigen personal especializado o formado durante un tiempo, de ahí que se recurra al personal de quirófano, familiarizado con labores como la intubación, para reforzar las plantillas de las UCI.
Pero Osakidetza se vuelve a enfrentar a una de sus grandes lastres: el déficit de personal para contratar. No se trata de nada nuevo, viene de antes de la crisis. El coronavirus, sin embargo, ha puesto de relieve la necesidad de disponer de más efectivos. Y esta problemática, sobre todo de enfermeras, se ha acentuado después de que el pasado 4 de octubre finalizasen los contratos de los 4.000 trabajadores de refuerzo de los que Osakidetza prescindió tras el desmantelamiento de los 'vacunódromos' y la red de rastreo.
«Esto no es culpa de la pandemia, sino de una falta de previsión y de una buena política de gestión de personal», denuncia Ana Vázquez, responsable de Sanidad en UGT, que recuerda que «llevamos una década instando a Osakidetza a poner soluciones y no las pone». Amaya Mayor, portavoz del sindicato de enfermería SATSE en Bizkaia, explica que a una parte de los empleados a los que no se les renovó pocos días después se les volvió a contratar para los equipos de vacunación de la tercera dosis, pero otros «se han buscado la vida, y se han ido a la sanidad privada o a otras comunidades, y ahora Osakidetza no encuentra gente para contratar».
Voluntarios para vacunar
La dificultad de realizar contrataciones también ha llevado a que en la OSI de Debabarrena la dirección haya pedido mediante una circular posponer hasta pasado el día de Reyes las llamadas a los enfermos crónicos para realizarles analíticas de seguimiento «porque los pacientes solicitan posteriormente una cita telefónica o presencial para valorar los resultados y tenemos las agendas para lo que queda del año».
En la OSI Araba las listas de contratación se han agotado esta semana. De ahí que algunos ambulatorios hayan pedido voluntarios dentro de las propias plantillas para vacunar, para PCR y para la red de rastreo, en la que los profesionales no dan abasto y acumulan varios días de retraso en la identificación de contactos de los positivos. Esto significa que los sanitarios que aceptan acuden a trabajar en sus días de libranza y los cobran como una guardia, algo que ya ha ocurrido en otras fases de la epidemia.
Cruces y Basurto reciben pacientes críticos de Gipuzkoa
La compleja situación asistencial que vive Gipuzkoa ha llevado a Osakidetza a derivar pacientes covid en estado crítico de este territorio a los hospitales vizcaínos de Cruces y Basurto. De momento no son muchos pero sí los suficientes para aliviar la tensión asistencial que registra el hospital Donostia, el centro de referencia en Gipuzkoa que, en situaciones normales, absorbe la práctica totalidad de enfermos muy graves del territorio. De esta forma Cruces y Basurto se unen al Hospital Universitario de Álava, a donde comenzaron a trasladar pacientes ya desde principios de la pasada semana, según pudo saber este diario. Ya ocurrió hace poco más de un año. En otoño de 2020 la segunda ola impactó con mayor severidad en Gipuzkoa y, como ahora, fue necesario el apoyo de los grandes centros sanitarios de Bizkaia y Álava para evitar la saturación de la UCI del hospital Donostia.
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