«Conceder las licencias VTC solicitadas en Gipuzkoa sería repartir la miseria»

La alarma saltó después de que en diciembre del año pasado el abogado general de la Unión Europea, Maciej Szpunar, dictaminase que la limitación las licencias para los VTC que se impusieron en Cataluña para proteger al sector del taxi vulnera las normas europeas. Esta es una decisión que va en contra de la proporción de un VTC por cada 30 taxis que el Gobierno instauró en 2018 a través de un real decreto-ley y que es a lo que se acogen algunas administraciones, como el Gobierno Vasco, para evitar la concesión de licencias. Esta conclusión no obliga al Tribunal de Justicia de la UE a seguir la misma doctrina, aunque en la mayoría de los casos ocurre. De suprimirse la proporción 1/30, el sector del taxi en Euskadi cambiará radicalmente, pero esto es algo que aún no ha ocurrido y la Diputación está rechazando todas las solicitudes presentadas.

Mientras la ley actual se mantenga vigente, los taxistas están «alertas» pero moderadamente tranquilos. A juicio de uno de ellos, Josean, el aluvión de peticiones presentadas «es una estrategia de Uber que no tiene recorrido jurídico porque hay una ley que está vigente. Hasta que no la cambien el resto es ruido y una ley no se cambia de la noche a la mañana».

Josean recuerda que, de todas formas, si se pudieran otorgar las 600 licencias, solo podrían hacer servicios interurbanos, no urbanos». Pero siempre queda el temor de que no sea eso lo que ocurra exactamente. A la pregunta de qué ocurriría si entraran en Gipuzkoa 600 nuevos taxis que hicieran la competencia a los actuales, Josean no se muestra muy optimista. «No llegamos a las 700 licencias y no hay trabajo para todos. Hay que buscar un equilibrio para no repartir la miseria».

Las 600 licencias solicitadas en Gipuzkoa no corresponden a personas individuales. Han sido presentadas por empresas que aspiran a un número importante de concesiones. «La competencia siempre preocupa, pero si es desleal, más todavía», dice Emilio Fernández, presidente de Agitaxi, que espera que «todo sea un nubarrón de verano y que prevalezca el sentido común».

Fernández insiste en la importancia de que el sector esté regulado, que es justo lo contrario que buscan las plataformas. «Pretenden ser como el taxi, pero sin regulación», denuncia. «Si tengo más taxis y sus precios no están regulados, en el momento en el que haya poca demanda bajarán las tarifas, pero cuando haya mucha las subirán entre un 20 y un 30%, mientras que nosotros no podemos variar los precios».

La preocupación es general. «Estamos peleando para que las VTC no campen a sus anchas. Exigimos un control exhaustivo de su actividad, como nos hacen a todos los taxistas», dice Koldo Elizasu. «Tenemos una tarta pequeña dividida en partes y no hay para todos. Esto no da para más», añade este taxista de Oiartzun, que augura «conflictos en el caso de que concedan las licencias».

Jon Izagirre, presidente de la empresa VTC de alquiler de vehículos con conductor Suital, cree que también habrá conflictos. «600 licencias es un numero exagerado, rompería todo lo que hay ahora», advierte. Y los más afectados, en su opinión, «serían los taxistas». Es algo que ya ha ocurrido en otros países donde las plataformas han irrumpido con fuerza. «Entraron bajando mucho los precios, acabaron comiéndose el mercado del taxi y, después, cuando ya no tenían competencia, subieron las tarifas», advierte Izagirre.