Carta de agradecimiento de la familia del vecino de Errenteria hallado muerto en Jaizkibel
El cadáver del hombre fue localizado el viernes, tres días después de su desaparición cuando practicaba senderismo
Lunes, 12 de junio 2023, 17:32
La familia de Martín S., el vecino de Errenteria de 65 años cuyo cadáver apareció el pasado viernes en Jaizkibel, adonde tres días antes había ido para hacer senderismo, remitió ayer una carta a este periódico para agradecer el apoyo recibido desde que el martes denunció su desaparición hasta la localización del cuerpo sin vida.
En unas líneas firmadas por «Martinen familia», aseguran que no encuentran las palabras para poder dar las gracias a las más de 100 personas, entre profesionales y voluntarios, que colaboraron en las labores del rastreo, «desde primera hora de la mañana a última del día». Alaban el «coraje demostrado» por el equipo de rescate y subrayan «el apoyo, la fuerza, el ánimo y el orgullo que hemos sentido en la familia. Nunca nos hemos sentido solos, gracias de corazón».
Este es el texto íntegro:
«Nola eskertu. Nola eskertu inguruko familia, lagun eta lankideei. Nola eskertu modu batera edo bestera egun hauetan zehar laguntza eta babesa ematen aritu zareten guztioi. Nola eskertu egunero koordinatzaile bezala lanean aritu zaretenoi. Egunero bilaketan zeuden guztiei babesa eman eta indarrak berreskuratzeko baliabideak ematen aritu zareten DYAko eta Gurutze Gorriko boluntario eta teknikoei. Baita erreskate taldeko profesional guztiei, erakutsitako kemenagatik. Goizeko lehen ordutatik eguneko azken ordutaraino bilaketa lanetan aritu zareten bolondres guztiei. Ezin dugu hitzez azaldu familian sentitu dugun babes, indar, animo eta harrotasuna. Ez gara inoiz bakarrik sentitu, mila esker bihotzez».
El cuerpo sin vida de Martín S. fue localizado el pasado viernes a mediodía en el lugar al que había acudido el martes para hacer senderismo en el monte Jaizkibel.
La pista ofrecida por un senderista a los responsables del operativo de búsqueda fue clave para dar con el paradero del errenteriarra. Durante dos días se le buscó por la ruta que había realizado ese día y que dejó marcada a su mujer, aunque sin éxito. Esta zona se centraba más en el entorno cercano a la costa, lejos de donde en realidad estaba.
Un grupo de voluntarios se topó con un senderista al que conocían, y al saber este que estaban buscando a Martín, les dijo que le había visto aquella mañana del martes, cuando ya terminaba su ruta y se dirigía hacia su coche, que había aparcado en el Mirador de Jaizkibel. En ese momento se alertó a los servicios de emergencia, que recogieron el testimonio de este testigo, que pudo ser la última persona en ver a Martín con vida. Esa nueva pista dio un nuevo rumbo a la búsqueda y permitió acotar la zona desde el mirador hacia la falda interior del monte, a la altura de Oiartzun, Errenteria y Lezo, dando un halo de esperanza para poder encontrar a Martín.
El jueves por la tarde se rastreó la nueva zona, aunque sin resultados. La batida se reanudó ayer, con más de cien personas entre voluntarios y profesionales, y en torno a la 13.00 horas dieron con el cuerpo sin vida del senderista. Los familiares, visiblemente afectados, se reunieron de nuevo en el puesto de mando junto con amigos y familiares que han recorrido los senderos de Jaizkibel estos días. Todos ellos acompañados del equipo de montaña de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Ertzaintza, dotaciones de Protección Civil, Cruz Roja, DYA y el Grupo del Perro de Salvamento de Euskadi.
La muerte de Martín S. causó una gran conmoción en Errenteria, localidad de la que era vecino. El senderismo era una de sus grandes aficiones, y era habitual verle por las faldas de Jaizkibel. Juan Carlos López, presidente de la Asociación de Vecinos de Fanderia, donde vivía, aseguró el viernes que «era una persona entrañable. Prácticamente todos los días acudía a la pastelería Nadia del barrio y allí nos solíamos juntar. La última vez que le vi fue este domingo, jamás pensé que sería la última charla con él. Hablábamos de cuánto nos quedaba para jubilarnos y él me preguntaba si iba a ir a andar en bici. Siempre se le veía feliz», concluyó.