Gipuzkoa vigila las 'carabelas portuguesas' por todas sus playas

Este lunes, la complicada situación provocó incluso que en el municipio de Urola Kosta ondeara la bandera roja, prohibiendo así el baño, al recoger solo en la parte central de la playa más de una decena de ejemplares. Según ha podido confirmar este periódico, desde la tarde del domingo se han detectado y recogido decenas de esta 'falsa medusa' de Getaria a Hondarribia, una situación que ha hecho saltar las alarmas en diferentes playas del territorio. Por fortuna, las picaduras están siendo bastantes menos.

Tras la detección el domingo por la tarde de los primeros ejemplares en Malkorbe de Getaria, donde se colocó la bandera amarilla, la aparición de 'carabelas portuguesas' se extendió a Zarautz y Donostia, provocando picaduras entre varios bañistas, incluido un niño pequeño. Tres tuvieron lugar en la capital guipuzcoana, según detalla el responsable de socorrismo de estas playas, Eduardo Flamarique. Dos fueron en la isla de Santa Clara «un poco antes de que comenzáramos la vigilancia a las 10 de la mañana. Era una pareja. Él se quejaba de un brazo adormecido. Ella se encontraba peor. Fueron evacuados por la motora de la isla al muelle, donde les esperaba una ambulancia y la chica fue hospitalizada». Luego, los socorristas atendieron un niño en Ondarreta que llegó con varios tentáculos clavados. Este lunes no hubo atenciones.

Ante estos casos, el Ayuntamiento puso en marcha este lunes un dispositivo para, a través de la embarcación que se encarga a diario de la limpieza de las aguas, realizar un reconocimiento matinal para mantener controlada la situación. Tras constatar en un primer rastreo que no se habían detectado más 'carabelas portuguesas' en la bahía, se volvieron a colocar las banderas verdes. Lo mismo sucedió en Getaria, aunque aquí mantuvieron el aviso por medusas a lo largo de la jornada. En Zarautz, al menos en la parte central de la playa, la bandera roja ondeó casi todo el día, debido a la presencia de la especie invasora. En Hondarribia, la aparición de este organismo colonial provocó que los socorristas colocasen por precaución la bandera amarilla, según informó Cruz Roja.

«Como cada mañana, salimos a hacer una inspección ocular en la bahía, y si vemos algún objeto flotante, lo recogemos», asegura Rober Torrón, patrón de la embarcación que realiza estos trabajos en Donostia. «Ahora el foco, además de en limpiar, está puesto en las 'carabelas portuguesas'. Protección Civil localizó seis el domingo y con el viento de fuera y subiendo la marea no descartamos avistar alguna más», añadía mientras confirmaba que, con mucho oleaje, «es normal que superen las boyas y lleguen hasta la zona de baño y la orilla». Aunque de momento la situación no es alarmante, Carlos García, concejal de Mantenimiento y Servicios Urbanos de Donostia, reconoció que «reforzaremos el servicio con otra embarcación en caso de que sea necesario para salvaguardar la seguridad de todos». Junto a ellos trabajan operarios de BPXport con motos y zódiac, socorristas y los propios conductores de las barcas que van a la isla.

La llegada de la conocida como 'falsa medusa' también se dio en Cantabria, donde cerca de Santander se detectaron bancos de estos ejemplares. Las 'carabelas portuguesas' destacan por su característico color azul violáceo y sus largos filamentos cargados de células urticantes. Dependiendo del número de individuos y de picaduras, se iza el distintivo amarillo en un arenal.

En caso de que se trate de una plaga, se puede llegar a prohibir el baño con bandera roja, como este lunes en Zarautz. En caso de picadura, lo primero es comprobar la presencia de tentáculos, y en ese caso, retirarlos, a poder ser con unas pinzas. Flamarique recomienda aliviar la zona «con suero fisiológico o agua marina, pero nunca agua dulce, porque activa la toxina».

Las 'carabelas portuguesas' aparecieron por primera vez en aguas guipuzcoanas en julio de 2008. Desde entonces han mantenido algunos veranos en jaque a consistorios, socorristas y bañistas. Son ejemplares que no nadan, sino que son arrastradas por las corrientes y los vientos del suroeste. Tienen forma de globo de color azulado y violeta iridiscente con un tamaño máximo de 10-15 centímetros. Permanecen en superficie, aunque bajo el agua esconden unos tentáculos de hasta 30 centímetros de largo. Sobre la arena su aspecto es el de una bolsa de plástico flotante o un globo de reflejos rosáceos que puede llegar a confundirse con un tapón y resulta muy atrayente para los niños pequeños.