La noticia meteorológica de estos días ha sido la calima que, impulsada por la borrasca Celia, nos ha traído polvo del Sahara que ha recubierto ... nuestras casas, calles y coches de una capa rojiza. El cielo ha adquirido la misma tonalidad.
Algunas personas con las que he hablado se han extrañado de que el polvo del Sahara pudiera llegar tan al norte como Donostia. En muchas ocasiones ha llegado hasta Dinamarca, y, quizá, lo más sorprendente es que habitualmente llega hasta el Amazonas. De hecho, gran parte de la feracidad de aquella zona son las partículas de fósforo y otros elementos esenciales que transporta el polvo que le llega desde África.
El fósforo no es lo único que trasporta la calima. Pegados a los granos de polvo viajan como polizones un montón de seres vivos. Cuando hablamos de plancton pensamos en seres muy pequeños que habitan en el mar, lo que es cierto. Pero también lo es que en tierra habitan seres similares y que son trasportados por el viento que viene del Sahara. Como los mueve el aire en movimiento se les da el nombre de aeroplancton. La ciencia que estudia a esas criaturas aerotransportadas se llama aerobiología.
Entre esas criaturas hay bacterias, virus, algas unicelulares, esporas de hongos, pólenes, tardígrados -también conocidos como osos de agua-, insectos, arañas, etc. Incluso, algunas veces, murciélagos y aves son transportados a miles de kilómetros de su lugar de origen.
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