Gipuzkoa alcanza la mitad de los tramos interurbanos de su red básica de bidegorris
Los segmentos que le corresponde construir a la Diputación alcanzan los 148 kilómetros, 47 más de los ejecutados cuando se aprobó el plan sectorial en 2014
Gipuzkoa pedalea hacia el desarrollo total de la Red Básica de Vías Ciclistas del territorio, un plan que persigue conectar las principales áreas urbanas con ... un conjunto de carriles bici y cuyo objetivo final es contar con 446 kilómetros que vertebren los nueve ejes que conforman el mapa guipuzcoano de bidegorris. Con las actuaciones que la Diputación está llevando a cabo en la actualidad sobre la red foral, la mitad de la distancia planificada, 148 kilómetros, estará a lo largo de 2026 ya ejecutada sobre los 297 que tiene programados en los tramos que corresponden ahora al departamento de Sostenibilidad.
El plan sectorial se aprobó en julio de 2014 después de siete años de análisis, debates y procesos administrativos. En el momento de su nacimiento, los estudios contemplados, del año 2011, recogían que de la red básica que se quería elaborar había ya 165 kilómetros ejecutados, el 37,6% del total diseñado. El 55% de ellos, 91 kilómetros, correspondían a los tramos forales y el 45%, 74km, a los locales. Más de una década después, la Diputación de Gipuzkoa ha construido 47,36 kilómetros y, además de ellos, hay 9,35 ejecutándose o en proceso de hacerlo. Es decir, en once años habrá hecho 56,71 kilómetros, de los cuales el 16,5% se están construyendo ahora.
La red está dividida en los itinerarios Donostia-Irun, Donostia-Mutriku, Donostia-Beasain, Valle del Deba, Valle del Urola, Bergara-Beasain, Valle del Bidasoa, Valle del Leitzaran y Valle del Ego. Son nueve y tienen los tramos forales como principales vertebradores. Hablamos de aquellos segmentos de bidegorris interurbanos, como el que discurre entre Azpeitia y Azkoitia. En este aspecto, próximamente van a estar 147,6 kilómetros construidos y 149,6 por construir.
Red Básica de Vías Ciclistas de Gipuzkoa
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Kilómetros ejecutados 251,11
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Kilómetros planificados 195,43
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Kilómetros totales 446,54
Hay tramos que avanzan y que facilitarán el transporte entre localidades para acudir al trabajo, al centro de estudios o para realizar actividades de ocio. Es el caso, por ejemplo, del bidegorri que conectará el barrio donostiarra de Rekalde con el de Galarreta en Hernani. Las obras empezarán el próximo mes de octubre y conectará Lasarte-Oria, la estación del Topo de Rekalde, el entorno empresarial de Orona, Hernani y el acceso a San Sebastián con un segmento de 1.240 metros que, según las previsiones del departamento de Sostenibilidad de José Ignacio Asensio, estará terminado a finales de 2026.
Lasarte-Oria también ganará una conexión desde el otro extremo del municipio gracias al bidegorri de 1,2 kilómetros que conectará dicha localidad con Urnieta mediante un túnel que pertenecía a la antigua red del Plazaola. Esta actuación también se espera que esté finalizada para finales de 2026, al igual que la llegada de los últimos 4,15 kilómetros entre Iraeta (Zestoa) y Narrondo (Zumaia) que completarán la vía verde del Urola, una actuación que posibilitará circular en bicicleta entre la costa guipuzcoana y Legazpi mediante un carril bici ininterrumpido de 41 kilómetros. Las obras comenzaron en julio y su plazo de ejecución son nueve meses.
Tramos forales de la Red Básica de Vías Ciclistas de Gipuzkoa
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Ejecutado en 2011 90,9
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Ejecutado para 2026 147,61
La apertura más inminente corresponde al bidegorri que unirá Irura y Villabona con un carril bici de 1.830 metros. Sucederá los próximos días de este mes con una infraestructura que discurrirá en paralelo a la N-I y que contará con un viaducto que la sobrevolará para permitir llegar en bicicleta, y también ofrecer una alternativa a pie más cómoda, a ambas localidades y al entorno industrial ubicado entre los dos núcleos urbanos.
Sin embargo, hay otros tramos que tendrán que esperar mucho más, motivo de crítica de asociaciones ciclistas como Eguzki o Kalapie: el que permitiría ir en bici de forma segura y sin saltar a la carretera desde la capital guipuzcoana a Irun. Una reivindicación histórica que sigue sin concretarse y se encuentra fuera de la programación redactada. Es decir, no se plantea acometer su ejecución hasta al menos 2031. Lo mismo sucede con los tramos Usurbil-Orio, Orio-Zarautz, Astigarraga-Oiartzun, Lazkao-Ataun o Zumarraga-Ormaiztegi.
Mejor ratio que Francia
Pero la Red Básica de Vías Ciclistas no solo se conforma de tramos forales, también hay locales. Son los que se encuentran en las vías principales de los núcleos urbanos de los municipios, los que atraviesan las poblaciones. En la actualidad hay 103,5 kilómetros de estas características y quedan 45,82, el 30,7%, por ejecutar. Además, existen otros 191 kilómetros en ámbito municipal pero que no forman parte de la red básica del territorio, lo que hacen que haya 433 kilómetros de carriles bici en toda Gipuzkoa.
«Moverse en bici sea una opción accesible y real para todos, vivan donde vivan»
José Ignacio Asensio
Diputado de Sostenibilidad
Según datos de 2024, sin tener en cuenta los kilómetros que están construyéndose ahora, en Gipuzkoa había 5,93 kilómetros por cada 100.000 habitantes, cifra superior a la media que tiene la Red de Ciudades por la Bicicleta (3,94) pero inferior a las de Francia (8,37) y Países Bajos, el rey de la bicicleta con 20,22 kilómetros por cada 100.000 habitantes.
Respecto al radio de longitud de vías ciclistas respecto a carreteras, Gipuzkoa es líder en España con un 17,1% frente a la media estatal, que se ubica en 5,1%. Además, supera en este aspecto a Francia, con un 8,2% en el país vecino, y muestra «cifras competitivas», destaca José Ignacio Asensio, frente a Países Bajos, que tiene un ratio del 79,3%. El diputado de Sostenibilidad expresa que «con cada nuevo bidegorri que ponemos en marcha no solo ganamos kilómetros, ganamos cohesión, seguridad y justicia territorial. Estamos construyendo una red que permita a la ciudadanía guipuzcoana desplazarse a pie o en bici entre municipios a sus centros de estudio, trabajo o salud con espacios seguros, funcionales y conectados». Concluye que «queremos que moverse en bici sea una opción accesible y real para todos. vivan donde vivan, ya sea en núcleos urbanos o en zonas rurales».
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