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Oskar Ortiz de Guinea
San Sebastián
Miércoles, 11 de junio 2025, 00:03
La Fiscalía de Gipuzkoa reclama once años de prisión para un varón que trabajaba como educador en un centro de menores ubicado en Aia, al ... que acusa de haber abusado de una residente. La presunta víctima, tutelada por la Diputación Foral de Gipuzkoa durante más de una década, habría mantenido relaciones sexuales en el recurso asistencial con el acusado, quien a cambio le llegó a entregar diversas cantidades de dinero. El procesado también habría ayudado a la chica, que rondaba los 13-14 años cuando sucedieron los hechos, a fugarse del centro, llegándola a cobijar en su casa. Está acusado de un delito continuado de abuso sexual a menor de 16 años en un juicio que tendrá lugar este mes en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa.
Los hechos a juzgar tuvieron lugar entre octubre de 2019 y febrero de 2022, periodo en el que la chica -que aún no ha alcanzado la mayoría de edad- estuvo acogida en el centro de Iturriotz Azpi mientras la Diputación ejercía su guarda. Según relata el fiscal en su escrito de acusación, ambos mantenían una «buena relación», lo que el varón «aprovechó» para «comenzar a pedirle que se sacara fotos de su zona íntima incluso cuando estaba en el baño orinando», a lo cual la menor accedía «ya que, a cambio, el acusado le dejaba su móvil o le llevaba más comida o le daba dinero» que el procesado «guardaba en una caja que tenía en casa».
El encausado solía trabajar «normalmente» en el turno de noche y «aprovechaba los momentos» en los que las compañeras de habitación de la víctima dormían para acceder al cuarto. «En una ocasión», cuando la joven tenía «unos 13 o 14 años», le pidió que hiciera una felación, a cambio de lo cual le dio 50 euros. Otra vez, le habría entregado 100 euros por mantener relaciones sexuales. Y «varias» veces «llegó asimismo a hacerle tocamientos» en sus pechos y zonas íntimas.
Según el relato del Ministerio Público, el monitor también ayudó a la menor a fugarse del centro de protección, y «en dos ocasiones» le dio cobijo en su casa aunque «durmieron en camas separadas».
A raíz de estos hechos, la Fiscalía de Gipuzkoa acusa al varón de un delito continuado de abuso sexual a menor de 16 años, por el que solicita una pena de once años de cárcel. La chica, por su parte, «no padece síntomas ni signos de secuelas psicológica», según determinó un informe médico-pericial.
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