Las actividades festivas vuelven a las calles
Numerosas localidades empiezan a recuperar su agenda de actos culturales y tradicionales, con límites de aforo y cumpliendo un estricto protocolo de seguridad
Por segundo verano consecutivo no habrá fiestas patronales en la mayoría de las localidades guipuzcoanas. La situación sanitaria todavía no lo permite, aunque muchos ayuntamientos han optado por programar actividades culturales y sociales en los próximos meses, siempre cumpliendo las medidas establecidas por las autoridades sanitarias, con aforos limitados y estrictos protocolos. Así, poco a poco, las actividades festivas poco a poco empiezan a volver a las calles, tal y como se ha podido ver este fin de semana.
Hondarribia recuperó la feria medieval en su fecha habitual pero con un formato reducido, informa Iñigo Aristizabal. Si bien las calles del casco histórico y lugares emblemáticos como el puente de San Nicolás estuvieron engalanados como de costumbre, la feria se redujo a los jardines de Kasino Zaharra. El número de puestos fue inferior al de años anteriores y se juntaron una treintena de vendedores, tanto de artesanía, como de alimentación. Para ellos esta feria ha sido un respiro y un signo de que la normalidad está volviendo a nuestras vidas.
Ya desde el sábado por la mañana se notó el interés que suscita la feria medieval. Tanto hondarribiarras como visitantes, que hasta hace poco apenas se veían, acudieron al evento, deseosos de disfrutar de actividades. La afluencia estuvo controlada para evitar aglomeraciones y se dispuso una salida distinta a la entrada.
Por otra parte, Pasaia despidió ayer la tercera edición de su Festival de Danza con varios espectáculos que registraron un lleno de localidades, informa Elena Viñas. Entre ellos, destacó la exhibición de ballet al aire libre en Antxo. Decenas de alumnos de la escuela de baile Studio 24 convirtieron la barandilla de la ría de Marealta en una barra clásica. Los espectadores pudieron disfrutar de varias piezas dirigidas por los bailarines Iker Murillo y Vitali Safronkine.
El certamen, organizado por la compañía Haatik y el Ayuntamiento de Pasaia, ha permitido llevar la danza a la calle por tercer año consecutivo. La docena de montajes presentados en su programación han demostrado que la cultura sigue viva, aunque prestando atención a las medidas de seguridad para mantenerla a salvo del coronavirus.
Los bailes y la música también fueron los protagonistas en Errezil con motivo del día de San Antonio. Dantzaris de Errezil y Azpeitia, alumnos de Luis Alberdi, ofrecieron una actuación en el Dantzaleku. Pese al calor reinante, mostraron todo lo aprendido durante el curso, intercalando bailes tradicionales con coreografías más actuales. Terminaron la actuación con el Aurresku, y recibieron un gran aplauso del público, informa Yarza.
Desde tiempo inmemorial los idiazabaldarras acuden a la cueva de San Adrian y visitan Zegama y Segura donde los alcaldes intercambian las makilas, para simbolizar los derechos de Idiazabal en la Parzonería. La tradición estuvo a punto de desaparecer en 1787 por orden del obispo de Pamplona, que la quiso prohibir por los excesos que se hacían con el vino durante la peregrinación, informa Iker Aizpurua. Pero ni en aquella ocasión se detuvo, y ni guerras o pandemias han suspendido la pintoresca costumbre. Ayer, no hubo romería como tal, pero los representantes municipales de Idiazabal no faltaron a la cita y renovaron esta costumbre.
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