Gipuzkoa acogerá de forma temporal a parte de los malienses atascados en Vitoria
El Gobierno Vasco prevé derivarles esta semana a Arantzazu y Tolosa y urge al Ejecutivo central a alojarles en «recursos estatales con plazas libres»
Elena Jiménez
Vitoria
Miércoles, 20 de agosto 2025, 06:16
Los refugiados de Mali y otros países de África subsahariana que subsisten desde hace semanas en soportales de Vitoria mientras esperan a tramitar su asilo - ... igual que sucedía hasta hace unos días en el barrio de Amara de San Sebastián- serán trasladados esta misma semana a centros de acogida de Gipuzkoa. Según ha podido saber este periódico, el Gobierno Vasco se ha visto obligado a dar esta respuesta temporal y urgente ante la «lenta» derivación de estos solicitantes a los recursos que existen en las provincias limítrofes, que «tienen plazas libres» y que dependen del Gobierno de España, competente en materia migratoria.
Ahora bien, para que puedan darse esos movimientos resulta necesario «descongestionar» primero estos servicios residenciales que se ubican en Oñati (100 plazas) y Tolosa (35) y que «ahora se encuentran ligeramente por encima de esa ocupación deseada». El «reto», según defiende Ignacio Fariña, director de Acogida e Integración de las Personas Inmigrantes en el Ejecutivo autonómico, es eliminar ese «desajuste».
Porque mientras ciudades como Vitoria y San Sebastián sufren apreturas, hay provincias vecinas a Euskadi que tienen decenas de huecos libres. «No puede ser que porque no haya definido un modelo estructural a nivel de Estado haya personas que tengan que estar en la calle», denuncia este responsable autonómico.
Lo que plantea el departamento de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico que dirige la consejera jeltzale Nerea Melgosa, es que se derive a esos recursos estatales a unas «80 o 90 personas» de las residentes en Gipuzkoa que ya tienen hecha esa primera solicitud para ser reconocidos como refugiados. Así se lograría liberar sitio para atender a quienes ahora se hacinan en las calles de la capital alavesa. «Los traslados están solicitados desde la semana pasada y, a pesar de que tanto el Ministerio del Interior como el de Migraciones son conscientes de la situación, no están siendo todo lo rápidos que podríamos desear», censura Fariña. Confía, aún así, en que después de tantos días de espera esa resolución se produzca de forma «inminente». «Estamos hablando de días», precisa.
Mientras tanto, estos malienses no están solos. Las instituciones locales les abren tres veces por semana un pabellón con duchas en Txagorritxu para que puedan asearse, y varios voluntarios de las asociaciones de los barrios, de colectivos de inmigrantes y también hosteleros, les ofrecen comida y su compañía.
De forma paralela, el Gobierno Vasco junto al Ayuntamiento de Vitoria y las organizaciones Zehar-Errefuxiatuekin y Cruz Roja están ultimando un análisis de ese colectivo «diverso» para acertar en los destinos finales o intermedios de estas personas. «Estamos tratando de ser muy ágiles y precisos en esta detección. Si alguien ya ha hecho esa primera solicitud para reclamar el estatus de refugiado debería poder optar a plazas en centros estatales y no tener que pasar por Oñati y Tolosa», matiza.
En Vitoria se calcula que puede haber en torno a medio centenar de refugiados sin techo.
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