Las diez noticias clave de la jornada
El equipo de La Bodega de Ola posa entre su amplia y preciosa selección de botellas. fotos jordi alemany
Restaurantes

La Bodega de Ola (Bilbao), el templo del pimple y el papeo de Berasategui

En un brillante local bilbaíno rinden culto al trago y sirven virguerías como el bacalao con kokotxas o el txangurro guisado a la donostiarra

Domingo, 18 de septiembre 2022

Plinio el viejo en su Historia Natural recopiló toda una colección de seres, rumores y curiosidades que llegaban hasta sus oídos desde los confines del mundo conocido, así que imagínense el nivel mental de sus informadores si el pobre hombre recogió en su obra la existencia de albanos con ojos de lechuza, hindúes con cabeza de perro, mujeres velludas, cíclopes, trogloditas etíopes, amazonas y mujeres barbudas de labios tan grandes que les servían de paraguas para resguardarse de la lluvia. Rizó el rizo con el descubrimiento de una peña muy marciana capaz de pasar días enteros mirando directamente al sol sin pestañear, sostenidos sobre uno solo de sus pies. Yo he conocido en las gradas del viejo Stadium Gal de Irun a peña parecida, capaz de hacer cosas increíbles.

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PRecios

  • Tosta de quisquilla, papada curada y caviar 32 euros

  • Huevos fritos con gambas de cristal 32 euros

  • Bacalao con kokotxas y vizcaína de gamba roja 33 euros

  • Steak tartare con esferas de huevo y jamón ibérico 28 euros

  • Sopas de pan caramelizadas con helado de café 14 euros

En estas crónicas del papeo llevamos años de desparrame sugiriendo restoranes, barras, casas de comida y todo tipo de tasquillas para que celebren la vida a todas horas, pues sabrán que cuando menos te apetece, te vas a Villaquieta con la reina Isabel II. Así que hoy le toca turno a un transportista de felicidad que lleva años trabajando para que nos luzca la melena y podamos gozar sentados a la mesa. Es Martín Berasategui, que pasará a la historia de la gastronomía como ese hombre disfrutón que creó un estilo único en todos y cada uno de los establecimientos que mantuvo abiertos al público, recreándose en esa cocina vasca de raíz que aprendió en el fogón de su bodegón familiar de la parte vieja donostiarra. En su aventura del Hotel Tayko lleva ya unos cuantos años abriéndose hueco en la capital vizcaína con una puesta en escena contemporánea gracias a profesionales de primera liderados por Raúl Cabrera y a la delicada y robusta arquitectura del espacio y el confort de las habitaciones, abrazadas por un estrellado restorán Michelin y este nuevo local de la planta baja, abierto al Casco Viejo, que se llama 'La Bodega de Ola'.

El truco del almendruco

  • El vino, primero La selección de vinos y su precio invitan al despelote, así que piensen primero qué beben y preocúpense luego del papeo.

Asume el chef guipuzcoano la responsabilidad de liderar a un gran equipo de cocina y sala que defiende el oficio en una ciudad cosmopolita y renovada hace ya años, que sigue escribiendo la historia de la cocina vasca desde sus pequeños locales, bistrós, barras de pinchos o establecimientos de alto copete. En esta nueva aventura parida por Martín se rinde culto al trago que llena nuestras copas y a una preciosa selección de botellas. No olviden lo que decía Pedro Mourlane Michelena: sin vino, no hay cocina, y sin cocina no hay salvación posible en este mundo ni en ningún otro. Las propuestas de carta están pensadas para compartir y que amortigüen la trompa. Ni más ni menos. No es lugar para tímidos.

Los datos

  • Dirección Ribera, 13 (Bilbao)

  • Teléfono 944 652 069

  • Web www.labodegadeola.com

Las mesas son amplias y están rodeadas de armarios de vino de gran capacidad para que se les alegre el ojo a los feligreses. El espacio es modulable, convirtiéndose en una sala con zonas de mayor privacidad o en un salón sin barreras para liarla parda y celebrar divorcios, casamientos o repartos de capital. Siempre hay 'fueras de carta' como ensalada de tomate, salmón marinado, croquetas de jamón de la amona Gabi y fritura de pimientos de Gernika o piparras verdes.

El grueso de la oferta lo componen todas esas virguerías que apetece comer y que alegran el empinamiento de codo. Jamón ibérico cortado a cuchillo, ostras naturales, tostada de quisquilla con papada y caviar, carpaccio de carabineros o una fabulosa fuente de huevos fritos con gamba 'chiguata' que los más cursis llaman de 'cristal'. Rascan el culo de los pucheros y sirven virguerías como el bacalao con kokotxas y vizcaína de gamba roja, el txangurro guisado a la donostiarra o los callos tradicionales con su mano de cerdo y su pata de ternera. Los postres reúnen clásicos como las sopas de pan caramelizadas, la infusión de piña con helado de coco o el chocolate al horno con crema helada de canela y caramelo.

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