Cinco templos del pescado en Gipuzkoa

¿Te gusta el pescado? ¿Quieres degustar un buen besugo o rodaballo? ¿Sabes que Gipuzkoa atesora un buen número de restaurantes donde puedes disfrutar con una velada memorable comiendo lo que más te gusta? Ahora que ya han pasado los excesos navideños y quizá quieras recuperar parte de tu figura, puede ser un buen momento para conocer los templos del pescado en Gipuzkoa. Porque la gastronomía de nuestro territorio es de bandera. Establecimientos donde comer más ligero, sí, aunque el género sea extraordinario y te cueste elegir entre tanto manjar.

Como siempre, se elabora una lista en la que no están todos los que son, pero son todos los que están. Con el punto de injusticia que tienen las listas, pero como te hemos ofrecido con los asadores, las hamburgueserías donostiarras y los locales veganos, se trata de dar a conocer algunos sitios, intentando abarcar varios municipios del territorio. Por supuesto, puedes sugerirnos en el apartado de comentarios más sitios y en el próximo capítulo lo abordaremos. Sin más dilación, vamos a conocer algunos de los templos del pescado en Gipuzkoa.

Uno de los clásicos de Getaria. Un restaurante con el que se darán de bruces cuando visiten esta hermosa localidad. Uno puede disfrutar de entrantes realmente exquisitos como el de salpicón de bogavante o el de las kokotxas de merluza rebozadas; especialidades de marisco como las almejas a la marinera o el txangurro al horno; pescados como el rodaballo o la lubina a la parrilla... Mar en estado puro. Los parrilleros Pello y Rodrigo, con 27 y 20 años de experiencia respectivamente, miman el producto y manejan todos los trucos para asarlo a la perfección. El carbón de encina natural procede de Badajoz y es el elegido porque aguanta más. Hay días con mucha clientela en los que llegan a asar entre 60 y 80 piezas. En cuanto a los gustos culinarios, los franceses están encandilados con la lubina; los locales con el besugo y el rodaballo. Además, el local que regenta Igor Arregi cuenta con una excelente bodega, con unas 40.000 botellas de vino de todo el mundo y unas 1.000 referencias, para que el maridaje sea inolvidable.

Restaurante de San Sebastián ubicado en la falda de Ulia y regentado por la zarauztarra Eva Hernández y su marido, el donostiarra Juan Carlos Caro. Otro local donde comer bien y que lleva tiempo de moda como atestiguan detalles del último Zinemaldia, cuando estrellas del celuloide como Penélope Cruz y Marion Cotillard cenaron allí. ¿Por qué? Porque, sencillamente, se come estupendamente. Rape, merluza, kokotxas, rodaballo, txangurro, bacalao... Tiene dónde elegir. Y hagan lo que hagan, acertarán. Se trata de un local elegante con buen servicio, muy profesional, y producto de primera calidad. Producto, sencillez, proximidad y cariño son los cuatro principios de oro que han llevado a este restaurante a lo más alto en su segunda etapa, de la que ahora se cumplen ocho años. Pasen y vean. Miren y elijan. Disfruten.

Hondarribia es otro rincón selecto de Gipuzkoa. El Alameda marca tendencia en lo moderno y también podemos degustar producto del bueno en el Abarka, Zeria o La Hermandad. Pero aquí les quiero hablar del Arroka Berri. Un local moderno, precioso por fuera y por dentro, en el que quedarán bien siempre. El restaurante Arroka Berri se ubica en un caserío familiar de Hondarribia, en un entorno natural idílico. Su majestuoso interior es elegante y ofrece un ambiente íntimo y distinguido, gracias al trabajo de su gran equipo, joven y dinámico. Su cocina de mercado y productos de temporada trabaja sobre las recetas tradicionales vascas. Platos que gozan de gran prestigio en Arroka Berri son el rodaballo, besugo o las kokotxas, en pescados; el bogavante, las cigalas o las langostas y las almejas, en mariscos.

Después de visitar esa preciosidad que es Pasai Donibane, qué mejor que rematar la faena en una buena mesa. Y en Pasai Donibane lo pueden hacer en Casa Cámara, un templo de la dolce vita. Este establecimiento, que tiene la friolera de 134 años, mantiene intacto su encanto. Sirve a diario todas esas comandas en las que el pescado y el marisco cobra todo su protagonismo, con un vivero natural en el centro de la estancia que es verdadera reliquia decimonónica. Robert Mitchum visitó en 1993 el lugar y dejó escrito lo siguiente: «Perdónenme por mi compañía, yo no puedo elegir a mis amigos, pero he disfrutado de su hospitalidad». Antes se había metido entre pecho y espalda un menú compuesto por dos copas de anisete, calamares fritos, flan y tres copas de chinchón de postre. Yo, más bien, les recomendaría degustar un buen lenguado a la meunière con guarnición de pisto y verduras o un rape asado con almejas y langostinos, refrito de ajo laminado y guindilla. En la carta nunca faltan unos buenos tacos de merluza en salsa verde, las apetitosas almejas a la marinera, el imprescindible txangurro al horno, unos inmaculados chipirones a la plancha o en su tinta y el genuino cogote de merluza.

Tradicional asador en un centenario caserío, que es patrimonio histórico de Gipuzkoa. Portuetxe goza de gran prestigio. Su especialidad es la parrilla, con un género elegido diariamente y de extraordinaria calidad. Y, claro, destacan sus pescados: el besugo, el rodaballo, el rape. Su variada y amplia carta ofrece platos típicos del recetario histórico de la cocina vasca como las kokotxas, los txipirones Pelayo, cogote, mero, lenguado...

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