

Secciones
Servicios
Destacamos
Es un viaje a las casas argentinas. En cada una de ellas tienen su propia receta de berenjena en escabeche, que van transmitiendo de generación ... en generación, y la de Carlos Echegaray no es una excepción. Parten de un producto humilde, la berenjena. La pelan y la cortan en rodajas y la dejan salando durante varias horas, para que pierda el amargor. Cocinan un escabeche, con agua, vinagre y laurel, que lo llevan a hervir y donde ponen las rodajas de berenjena. Una vez conseguido el punto del escabeche en la berenjena, escurren las rodajas y las meten en un bote grande, van colocando una capa de berenjena y rellenan de aceite. Así hasta completar el bote. Acompañan la verdura con un chimichurri casero, que le da un toque divertido a cada bocado. Fue la propuesta que más me sorprendió de mi visita a Lolén Bar, por su aparente sencillez, por ese juego de sabores, por la sedosidad de la berenjena, una manera diferente para disfrutar de esta verdura.
Lolén Bar
Dirección Santiago 45 (Hondarribia)
Teléfono 943640455
Comedor 1 para 32 comensales / 1 terraza para 30 comensales
Cierre Martes y mediodía del miércoles
Monedas 2 de 5
Carta 20€
Platos Rollito crujiente de setas con mayonesa de especias 40€ / Berenjenas en escabeche 7,50€ / Patatas bravas 7,50€ / Pollo marinado frito con salsa agridulce 120€ / Carrilleras de cerdo en salsa mole 16€ / Tarta de queso Idiazabal 7€
Fue una de las agradables sorpresas gastronómicas de final de año. Me avisó a través de Instagram una lectora de este artículo semanal, me habló sobre un pequeño bar hondarribiarra, que en su opinión lo estaba haciendo muy bien, con una calidad y precio más que interesante. Siguiendo su recomendación me escapé hasta la localidad costera, acercarme a la calle Santiago y conocer in situ sus bondades gastronómicas. Cuando llego a un restaurante me suele gustar dejarme llevar, dejar en manos del chef la confección del menú, y eso hice en el Lolén Bar. Tuvieron a bien de adaptarme su carta a raciones y bocados individuales para que pudiera sumergirme de lleno en su propuesta gastronómica, una experiencia y un cuidado que no se olvidan fácilmente.
Nos encontramos ante una cocina que viaja a las raíces de Carlos. A través de sus platos, de sus recetas, nos traslada a la cocina de su casa, a Argentina, cocinando a través de las manos de su madre y su abuela. Se trata de una cocina casera, elaborada con mimo, con cariño, a la que le aporta su propia visión, reinterpretando las clásicas recetas de su familia a través de un prisma personal a la que añade toda la experiencia adquirida, adaptándolas al gusto actual y valiéndose también de los productos que se ha encontrado en su llegada a nuestra tierra. Son platos pensados para compartir, que sorprenden, una cocina de saber y de sabor, divertida, alegre, donde cuidan el producto y hacen felices nuestros paladares. Una propuesta gastronómica más que interesante y que enriquece la oferta culinaria de Hondarribia.
Carlos Echegaray y Yesica Benavides son la pareja que el 14 de julio del 2024 puso en marcha su propio proyecto gastronómico, al que llamaron Lolén Bar, que en Argentina es sinónimo de reunión de amigos. Carlos empezó a cocinar en casa junto a su madre y abuela. Su primera experiencia en un restaurante fue como lavaplatos pero poco a poco fue aprendiendo y le entró el gusanillo de estudiar cocina y aterrizó en la Escuela de Mar de Plata. Tras trabajar en varios restaurantes en Argentina, en 2007 aterrizó en España y pasó por Castellón de la Plana y Málaga, donde conoció a Mario Rosado, su mentor y quien le hizo enamorarse de lleno con este oficio. El tatarabuelo de Carlos era de Urruña y siempre habían querido asentarse en la zona, la oportunidad de Lolén ha sido como el volver a sus raíces. Yesica siempre había trabajado en el ámbito del comercio, aunque también aprendió los secretos culinarios junto a su madre. Ella es la encargada de la decoración del local, de darle ese toque de bodegón con los bancos, un lugar acogedor al que han convertido en su casa, consiguiendo que también la sintamos nuestra.
Mi visita fue un maravilloso viaje gastronómico a través de casi toda su carta. Además de la berenjena, que me pareció soberbia en su sencillez, durante el viaje disfruté con su crujiente relleno de setas y manzana; la divertida croqueta de fuet; las sabrosas patatas bravas caseras; el boniato asado con pesto; el juego entre el langostino y el romesco; el contraste entre las alitas marinadas y rebozadas y la salsa agridulce; la maravillosa desnudez del secreto ibérico acompañado de una salsa de zumo de naranja y puré de apionabo; y la fusión cultural entre las carrilleras de cerdo guisadas al estilo tradicional, y acompañados del tradicional mole mexicano, un delicioso viaje. Para terminar, como guinda, una tarta de queso cocinada al horno al estilo tradicional, pura cremosidad, a la que aportan carácter a través del queso Idiazabal. Un rincón escondido donde viajar y ser feliz a través de su cocina que merece ser visitado. On egin!
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La NASA premia a una cántabra por su espectacular fotografía de la Luna
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.