Los 12 trucos que te llevarán a conseguir un roscón de Reyes casero perfecto

El roscón de Reyes es un dulce típico del 6 de enero, aunque tal es su popularidad que su consumo se ha extendido más allá de esta mágica fecha. Hay roscos, ya no solo durante toda la época navideña, sino prácticamente durante todo el año. Y la razón no es otra que el enorme éxito de este bollo en forma ovalada, relleno o no y con una decoración muy diversa.

Son muchos los obradores que lo siguen elaborando de forma artesanal, pudiendo encontrar excelentes roscos en numerosas pastelerías, pero ¿y por qué no prepararlo en casa? Cada vez son más las personas que se animan a elaborar en casa este típico dulce, aunque es importante saber que el proceso es algo más complejo y laborioso que el de las recetas habituales de repostería.

Si te gustan los retos y te animas a preparar tu propio rosco de Reyes, no ignores los siguientes consejos y prácticas que te ayudarán a lograr el éxito. Si buscas un roscón de Reyes casero perfecto, ¡apunta!

Como ocurre en toda receta, la base del éxito del roscón está en emplear ingredientes de primera calidad. Además de ello, hay que tener en cuenta que la levadura ha de ser de panadero, bien seca o fresca, pero nunca en polvo; y que la harina tendrá que ser de fuerza, preferiblemente entre W400 y W500.

Durante la preparación de la masa es fundamental mantener el espacio de trabajo (la cocina) en una temperatura constante entre los 20 y los 25 grados y sin corrientes de aire. Es importante para no interferir en el proceso de prefermentación y fermentación de la masa.

Para dar a nuestro roscón casero el auténtico e inconfundible sabor de este dulce, es imprescindible tener en el listado de ingredientes el agua de azahar. ¡Que no se te olvide!

Es una regla vital en repostería en general y en la preparación del roscón en particular, ya que tenemos que ser muy escrupulosos con la cantidad de harina. Hay esa tendencia a agregar harina de más para facilitar el amasado, pero corremos el riesgo de modificar el sabor y la textura finales.

Ya se trabaje a mano o en máquina, es importantísimo tener en cuenta que las prisas no son buenas compañeras en ningún caso y menos en la preparación del roscón. Un buen amasado, ya sea manual o con amasadora, requiere paciencia y, sobre todo, tiempo de reposo.

El proceso de preparar la masa del roscón de Reyes requiere de dejar reposar y fermentar la masa, al menos un par de veces, hasta que esta doble su tamaño. Puede parecer una nimiedad, pero es un paso fundamental para que el roscón salga bien y con la textura adecuada. La masa se trabaja siempre con todos los ingredientes excepto la mantequilla y hay un truco para saber si está bien elaborada: presionarla con el dedo y que no quede la huella; en caso de que se hunda, es señal de que necesita más tiempo de reposo.

Volviendo al amasado, para trabajar la masa, que suele ser muy pegajosa, es recomendable tener las manos engrasadas, lo que facilitará el proceso; y nunca hacer uso de una cantidad extra de harina. El objetivo final es lograr una masa ligeramente elástica, blanda y suave.

Para hacer el círculo del centro, lo idóneo es ayudarse de un utensilio como el aro de cocina, pero si no tienes, puedes emplear cualquier material que acepte el calor del horno, como, por ejemplo, una bola de papel de aluminio. Eso sí, sea lo que utilices, no te olvides de engrasarlo para poder retirarlo correctamente.

Para dotar al roscón de ese color brillante, no puede faltar el paso de 'pintarlo' con yema de huevo batida. Debido a la delicadeza de la masa -que ya está levada y puede desinflarse-, hay que realizarlo con mucho cuidado, preferiblemente con un pincel de silicona y con suaves caricias.

Ya seamos partidarios de la fruta escarchada, de las almendras, del azúcar o de todas ellas, no conviene colocar demasiada decoración, ya que el peso de la misma puede interferir y contrarrestar la subida del roscón durante el horneado.

Al introducir el rosco ya decorado en el horno, es muy importante no interrumpir el horneado en el tiempo que pueda durar, es decir, abstenerse de abrir la puerta. El tiempo de horneado durará entre 15 y 30 minutos, en función de su tamaño. Aunque hay una excepción respecto a la apertura del horno: si vemos que se está dorando o tostando demasiado el roscón, introducir un trozo de papel de aluminio pata taparlo.

Si tenemos previsto rellenar el roscón de Reyes, habrá que dejar que se temple después de hornearlo y antes de empezar a manipularlo.

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