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Frita en la sartén es la forma más popular de cocinar la txistorra.
Txistorra, ¿cómo podemos cocinarla?
La despensa

Txistorra, ¿cómo podemos cocinarla?

Frita, al horno, al microondas… descubre las múltiples formas de cómo cocinar con éxito la txistorra

Lunes, 20 de diciembre 2021

Se acerca Santo Tomás y eso solo puede significar una cosa: olor a txistorra por las calles y jornada álgida de consumo de este alimento que personas de todas las edades comen, a cualquier hora del día y de muy diversas formas: en pintxo, en bocadillo, en hojaldre, en talo

La forma más extendida de consumir la txistorra es acompañándola de pan, bien sea sobre una rebanada o en formato bocadillo. Es una técnica muy popular, ya que los sabores encajan a la perfección y, además, gusta mucho que la 'grasilla' empape la miga.

La txistorra es un producto de curación media y, por ello, su consumo requiere siempre de un cocinado para evitar comerlo en crudo. ¿de cuántas formas podemos cocinarla?

Txistorra frita

Lo habitual es hacerla frita a la sartén, siendo fundamental que esta esté en un fuego a temperatura media-alta. Además, para acelerar el cocinado y favorecer ese toque crujiente es conveniente cortar la ristra de txistorra en pedazos pequeños de entre un dedo y dos de largo.

¿Hay que echar aceite a la sartén para freir txistorra? Esta cuestión nos sitúa en el gran debate pues hay quienes argumentan que debido a la grasa que suelta la txistorra, no es necesario añadir aceite, sino dejar que suelte su propia grasa y se cocine en ella. Sin embargo, hay muchas personas que optan por añadir aceite y, en este caso, es importante resaltar que hay que optar por una variedad de buena calidad y fundamental, que no tenga un sabor intenso.

Cocinar la txistorra al microondas es la opción más rápida y limpia

Si optas por la txistorra frita será importante retirar el exceso de grasa con papel absorbente, un paso que no será necesario si optamos por cocinarla al horno. Asada, la txistorra no soltará tanta grasa y resultará más ligera y menos indigesta.

Txistorra cocida

Por su similitud con el chorizo, son muchos los que optan por cocer la txistorra y hacerlo acompañando el agua a partes iguales con otros líquidos desde la habitual sidra, hasta la cerveza o el vino blanco. Esta forma de cocinado le dará un plus de sabor extra a nuestra txistorra. Eso sí, no deberemos perder de vista la cocción porque, al ser la txistorra más fina que el chorizo, correremos el riesgo de que se nos seque si la dejamos demasiado tiempo en el fuego.

Txistorra al microondas

Por último, otra forma de cocinar la txistorra menos conocida, aunque igualmente válida, es optar por el microondas, siendo esta la opción más rápida y limpia. Basta con poner sobre un plato algunas capas de papel absorbente para poner sobre ellas los trozos de txistorra y volverlas a taparlas con papel. Meterlo en el microondas a máxima potencia y cuando comience a hacer sonidos, sacar y ¡lista para comer!

Txistorra al horno

También se puede hacer la txistorra en el horno. Son muy sencillas de preparar y, aunque depende de la potencia del horno, estarán listas en poco tiempo. La ventaja de hacerlas así es que quedan mucho más ligeras y que resultan menos indigestas. En esta misma línea, quienes tengan en casa una barbacoa podrán prepararla sobre las brasas.

En otros platos

Pero la txistorra se puede tomar también de muchas otras maneras. Podemos ponerla como relleno de unos hojaldres que quedarán exquisitos, pero pueden ser también ese condimento que dé sabor a cualquier plato de arroz o de pasta. Y, cómo no, quedará siempre perfecta con unos huevos fritos y patatas.

¿Cómo conservar la txistorra?

El habitual cordón anudado al extremo que se encuentra habitualmente en la pieza no es casual y tiene su misión, ya que la mejor forma de conservación de la txistorra es dejada colgada. Pero, ¿dónde? Lo ideal es encontrar un sitio fresco, seco y oscuro. Por ello, se suele recomendar evitar meterla al frigorífico, debido a que la humedad tiende a reblandecer el producto, echando a perder la propiedad de su textura y sabor.

Otra de las opciones es guardarla en el congelador, partida en trozos. Así, a la hora de utilizarla se podrá freír directamente en la sartén, sin necesidad de esperar a su descongelación.

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