Ver fotos
La Ertzaintza impide que se repitan en Irun incidentes graves en un mitin de Vox
Abascal acusa a Urkullu de ser «cómplice» de las agresiones a su partido y anuncia que denunciará al lehendakari por los disturbios del viernes en Sestao
Un amplio dispositivo policial, un cambio de emplazamiento y la prohibición de una manifestación de grupos antifascistas evitó que se repitiera este sábado en Irun la batalla campal en que se convirtió la víspera el mitin de Vox en Sestao. Aún y todo, el acto político en la ciudad fronteriza del presidente del partido, Santiago Abascal, y la cabeza de lista por Gipuzkoa, María Pérez, se desarrolló entre pitidos, abucheos, insultos y caceroladas, y con incidentes en las calles adyacentes, donde una veintena de radicales cruzaron y quemaron contenedores, lo que llevó a la Ertzaintza a realizar varias cargas policiales.
Durante su intervención, Abascal responsabilizó a Iñigo Urkullu de las agresiones a su partido por «no garantizar la seguridad» en sus mítines, y anunció que denunciará al lehendakari por «delito electoral» al considerarle «cómplice necesario» de que sus candidatos «no puedan expresarse con libertad». El líder de Vox acusó al candidato del PNV de «tirar la piedra» que la víspera hirió a la diputada Rocío de Meer y «esconder la mano», así como de mantener una «pestilente equidistancia» entre su formación y los grupos antifascistas.
Un centenar de simpatizantes siguieron el discurso de Abascal con continuos aplausos que trataban de acallar los gritos, insultos y caceroladas de otras tantas personas contrarias a la presencia de Vox en la localidad. Un cordón policial separaba a ambos grupos, que se cruzaron continuos insultos en un clima de tensión que no pasó a mayores. La Ertzaintza desplegó en este operativo una docena de vehículos y más de medio centenar de agentes antidisturbios.
Con la plaza Pío XII acordonada y sus seis accesos vigilados por la policía autonómica, los incidentes se produjeron en las inmediaciones. Un reducido grupo de radicales provocó altercados en las calles Avenida Gipuzkoa, Luis Mariano y Pikoketa, donde cruzaron y prendieron fuego a algunos contenedores. El Gobierno Vasco había prohibido previamente una manifestación de grupos antifascistas que pretendía terminar en el lugar y hora de comienzo del mitin.
«No hay libertad»
Abascal denunció que en Euskadi «no hay elecciones en libertad» porque «estamos en una situación prepolítica en la que falla lo básico, que es la libertad», y se encaró con varias de las personas que le increpaban, a las que llamó «totalitarias». Respondió a quienes afirman que su presencia es una «provocación», que «lo que os provoca es que estemos en pie y no en el suelo con un tiro en la nuca».