Sordo: «Si el Gobierno no puede derogar la reforma, le exigiremos derribar los preceptos principales»
Secretario General de CC OO ·
«Sánchez no se puede poner de perfil y otorgar derecho de veto a la patronal, debe recabar apoyos para cambiar la legislación laboral»Un paso lleva a otro y en un país como España, que ha registrado tantos cambios de calado en los últimos meses, el secretario general de CC OO, Unai Sordo (Barakaldo, 1972), entiende que es un buen momento para seguir avanzando de forma rápida para recuperar cuanto antes «los derechos y el bienestar perdidos por la clase trabajadora durante la crisis». Junto a UGT, han conseguido firmar un pacto salarial con la patronal que aspira a elevar el sueldo mínimo por convenio a los 14.000 euros en 2020. Pero su efecto podría ser limitado «si no se modifica la reforma laboral». Reconoce que esa tarea será compleja, pero espera que la llegada de Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno contribuya a eliminar, cuanto menos, los aspectos más conflictivos de la norma.
- Después de un año en el cargo, una moción de censura, dos presidentes del Gobierno, un acuerdo salarial... ¿cómo se adapta un sindicato a tanto cambio en tan poco tiempo?
- Ha habido algunos cambios muy rápidos en la situación política pero el año ha estado marcado por una fase de crecimiento macroeconómico cada vez con mayor desigualdad, producto de las reformas que se implementaron durante la crisis. Y la dinámica de fondo del país ha sido esa, la de un crecimiento económico pero con mayores dosis de desigualdad, sin llegar a darse una recuperación total del empleo y sí una precarización del mismo. Lo que hemos tratado de hacer es alcanzar acuerdos a través de un calendario de movilizaciones que también nos ha situado en una mejor posición para hacer frente al cambio de esas reglas que han generado desigualdad. Y en ese contexto ha habido cambios muy rápidos en política que en teoría nos deben ayudar en ese objetivo de resituar el terreno de juego para recuperar derechos que han sido arrebatados con la crisis.
«Si no se modifica la reforma del 2012, el pacto salarial con la patronal pierde cierto poder»
«Las empresas tienen margen para asumir la subida de salarios y los tipos mínimos en Sociedades»
«El destope es necesario, pero hay que medirlo para que no salga el tiro por la culata»
«Sorprende que solo las patronales más chapadas a la antigua y ELA y LAB critiquen el acuerdo salarial»
«Es irresponsable el paso que se ha dado para dejar en nada el Diálogo Social en Euskadi»
- ¿Qué ha supuesto para CC OO la entrada de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno? ¿Hay una mayor sintonía?
- De momento, a nivel declarativo sí, ya que el Gobierno y la ministra se han mostrado a favor de abordar debates que nosotros consideramos prioritarios, como modificar los aspectos esenciales de la reforma laboral de 2012 y de la reforma de las pensiones de 2013. Lo que pasa es que todavía estamos en la fase declarativa y mientras no haya nada sobre la mesa es difícil hacer juicios de valor. Lo que hace que nos pongamos en guardia es que han avanzado que ellos están dispuestos a legislar aquello que acordemos con las organizaciones empresariales. Pero creemos que, en aquellos apartados en los que esas organizaciones no estén por la labor, el Gobierno no se puede poner de perfil y otorgar el derecho a veto a la patronal. Esperamos que el Ejecutivo cumpla el papel que le toca en caso de que CEOE y Cepyme se nieguen a abordar cambios en profundidad en la legislación laboral.
- ¿Le ha decepcionado que el Gobierno reconozca limitaciones para derogar la reforma laboral?
- Yo creo que hay que bajar de las musas al teatro y de la abstracción de si esto es una derogación o no a identificar las vigas centrales de la reforma laboral. Y son media docena u ocho los preceptos que hay que abordar. Si como dice el Gobierno no hay una mayoría política para derogar la reforma, pues hablemos de estas seis u ocho cosas que hay que derribar. Nuestra opinión es que en un primer momento hay que darle opción a la negociación con la CEOE, y hemos apuntado unas cosas en las que podríamos estar de acuerdo con ellos, otras que podríamos estar de acuerdo y otras que sabemos que son casi imposibles.
- ¿Cuál es la aspiración de CC OO en esos cambios? ¿Se conformarán con solo algunos de ellos?
- Para nosotros la conformidad sería eliminar o modificar esos aspectos principales de la reforma laboral. Son cuestiones que debemos abordar porque estamos en tasas de precariedad, temporalidad y parcialidad altísimas. Nosotros no vamos a renunciar a ninguna de estas piezas. A la CEOE se le ha dado tanto en los últimos años que no va a tener ningún incentivo para sentarse a negociar, y ahí es cuando le vamos a exigir al Gobierno que busque mayorías parlamentarias, que no estarán fáciles, pero que son posibles.
- Se prevé un otoño caliente para avanzar en este sentido. ¿Si no se plantea una modificación sustancial, habrá movilizaciones?
- Nosotros ni siquiera vamos a esperar a otoño. Estamos ya avanzando en ello, enviando propuestas y perfilando una nueva reunión para guionizar claramente de qué vamos a hablar. No vamos a dejar pasar el verano en blanco. A partir de septiembre vamos a ver el recorrido que tendrán las negociaciones y no es que descartemos que vaya a haber movilizaciones, si no que ya las está habiendo.
- En cuanto al escenario general, ¿cree que la recuperación económica ha llegado a todos los estratos sociales?
- Estamos en una sociedad crecientemente desigual pero lo es porque se han tomado medidas para que así sea. Por poner un ejemplo y al hilo del debate sobre el Impuesto de Sociedades, las empresas pagan de media un tipo del 10,1%. A las familias, por IRPF, se les retiene de media un 14% de su renta disponible. Son medidas que fomentan la desigualdad. Las empresas en 2007 pagaban de media un 20% por sus beneficios y ahora lo hacen la mitad. Que vayamos a un escenario de mayor igualdad dependerá de las políticas que se hagan y yo creo que es absolutamente necesario cambiar esa orientación.
- Para mejorar las condiciones de miles de trabajadores, acaban de firmar un pacto salarial con la patronal. ¿Veremos pronto los efectos de ese acuerdo?
- Evidentemente, el acuerdo es hasta el año 2020 con lo cual el planteamiento es que en las mesas de negociación de este curso y sobre todo del próximo y el siguiente se pongan encima de la mesa incrementos salariales que creo que van a poder permitir recuperar el poder adquisitivo de los salarios y sobre todo que pretenden dar un arreón hacia arriba a las retribuciones más bajas, que son las que han sufrido más la precariedad. Pero hay que dejar una cosa clara también. Si no se modifican las reglas de la negociación colectiva y de las inaplicaciones de los convenios en las empresas, es decir, si no se modifica la reforma laboral, el acuerdo pierde cierto poder porque víncula menos.
- La subida del tipo mínimo en Sociedades que ha anticipado el gobierno amenaza, según la patronal, con hacer saltar por los aires el acuerdo.
- A mí no me parecen presentables las declaraciones que hicieron CEOE y Cepyme y así se lo he manifestado. Creo que es un mensaje interno para su gente porque seguramente muchas organizaciones de empresarios no han visto con buenos ojos un acuerdo que piensan que ha sido una victoria sindical. En España las empresas están repartiendo 16.000 millones de euros en dividendos más que antes de la crisis y los salarios reales están un 8,6% por debajo de los que había antes de 2008. Las empresas hoy en día tienen margen para asumir la subida de salarios y también hacer frente a un Impuesto de Sociedades en el 15%.
- Parece una situación calcada a la de Euskadi el pasado año cuando la patronal exponía que si le pedían elevar salarios, revisaran los tipos de Sociedades...y se terminó haciendo.
- Es un debate recurrente por parte de los empresarios y así lo ha sido en Confebask y en CEOE. Podemos calificar como populismo fiscal ese discurso que tienen algunas patronales para dar la impresión de que se da casi una política confiscatoria. Para nada se está crujiendo a las empresas a impuestos, lo que hay que tratar es que paguen con arreglo a los beneficios que obtienen igual que cualquier familia en el IRPF. Porque luego los mismos empresarios son los que exigen buenas infraestructuras, un buen sistema de Formación Profesional, una buena conexión digital... Y esto no se hace sin recursos.
- ¿El acuerdo estatal sobre salarios aportará alguna base o cree que será tomado en cuenta en la negociación de convenios en Euskadi?
- Ojalá la AENC pudiera servir para desbloquear los convenios en Euskadi, pero me temo que allí donde tengan mayoría los sindicatos nacionalistas, van a preferir incluso negociar salarios por debajo a referenciarse a la AENC. Es muy sorprendente que además de por las patronales más chapadas a la antigua, las mayores críticas al acuerdo salarial vengan de los sindicatos nacionalistas.
- ¿Ve posible algún movimiento próximo para retomar el Diálogo Social en Euskadi?
- Esa valoración la debe realizar la organización en Euskadi que está más al día. Yo lo único que puedo decir es que aquel acuerdo tenía un potencial enorme. Me parece una tremenda irresponsabilidad que se hayan tomado medidas para dejar ese acuerdo en nada. Desde luego si CC OO Euskadi considera que se puede recomponer la situación, bienvenido sea.
- Este año pasará a la historia por las movilizaciones de los pensionistas y del 8M. ¿Considera que los sindicatos han perdido la calle o que estas reacciones les han pasado por encima?
- Yo no creo que hayan pasado por encima. Los sindicatos hemos estado involucrados en esas movilizaciones. Otra cosa es que las grandes movilizaciones que hoy en día generan una adhesión mayoritaria de la sociedad, no se canalizan a través de las fórmulas clásicas de partido, sindicatos u organizaciones sociales al uso. Pero yo creo que el sindicato ha leído bien la situación.
- Los pensionistas han conseguido que parte de sus peticiones sean incluidas en los Presupuestos... ¿cree que la protesta en la calle sigue funcionando o que ha sido un guiño del partido que entonces estaba en el gobierno a su electorado?
- Yo creo que fue una patada a seguir y una medida para salir del trámite presupuestario. Mete en el congelador durante un tiempo la reforma de las pensiones de 2013 pero no aborda ninguno de los problemas de fondo que tiene el sistema de la Seguridad Social. Por ello, hay que abrir la discusión, no buscar efectismos y no dar patadas a seguir. Abordar el problema de la estructura de ingresos del sistema donde se pueden tomar medidas desde ya para disminuir el déficit. Y derogar los aspectos de la reforma de 2013 que acarrearía en un futuro la pérdida de calidad de la pensión.
- Destopar las cotizaciones, que los autónomos coticen por sus ingresos, la tasa 'Google'... Parece que comienzan a poner las pilas para que no haya una quiebra.
- Sí, son medidas parciales y en algunas se puede avanzar rápido. El destope de las bases máximas me parece necesario. Si se destoparan totalmente podría suponer una recaudación de 8.000 millones de euros, aunque habría que medirlo bien porque los salarios más altos se podrían escapar hacia otras fórmulas de retribución. Por tanto, habría que medirlo bien para que no salga el tiro por la culata. Pero con subir la base máxima de cotización de 45.000 a 54.000 euros, que parece razonable, se recaudarían 1.000 millones de euros más al año. En esa horquilla entre los 1.000 millones y los 8.000 hay que trabajar.
- El Gobierno Vasco y los sindicatos siguen reclamando la gestión económica de la Seguridad Social y su transferencia. ¿Sería un acierto que Sánchez y Urkullu lo trataran?
- Sinceramente, yo todavía no he conseguido que nadie me explique exactamente a qué se refieren cuando hablan de la transferencia del régimen económico. Si se está refiriendo a la transferencia administrativa y no a hacer una caja aparte, que es lo que recoge el Estatuto de Gernika, habría que cumplirlo. Lo que no sé es eso qué beneficio puede traer a la administración vasca. Si lo que se plantea es una caja bis, hablamos de un tema mucho más problemático. Entre otras cosas, porque Euskadi tiene un déficit importante entre las actuales cotizaciones y las pensiones. Ese esquema no parece ni inteligente ni rentable para la Administración Vasca.