La razón por la que es tan importante pedir recibo al comprar en un comercio con tarjeta de crédito o débito

Las tarjetas de crédito y débito se han convertido en una forma de pago muy recurrente a la hora de pagar en cualquier comercio, y ya pocos usuarios y consumidores recurren al dinero en metálico para realizar el abono de la cuenta. Las ventajas son más que evidentes, ya que permiten realizar todo tipo de operaciones y transacciones con una gran comodidad, eficacia y, sobre todo, rapidez en un restaurante, un supermercado o una tienda de electrodomésticos: basta con acercar la tarjeta al dispositivo TPV e introducir el PIN correspondiente. No hay más.

Eso sí, pese a la seguridad que se les supone, el uso de las tarjetas de crédito y débito no está exento de fraudes. Por ello, el Banco de España recomienda no descuidarse y verificar que la transacción se ha realizado correctamente. ¿Cómo? Con un gesto tan sencillo como eficaz: verificar el importe cobrado. Para ello, lo primero que hay que hacer es acercar la tarjeta al datáfono y comprobar el importe en la pantalla del terminal TPV antes de confirmar el pago. Una vez verifiquemos que todo es correcto, sólo nos quedará introducir el PIN correspondiente asociado a la tarjeta.

Otro momento importante a tener en cuenta es cuando el propietario del comercio confirma que la operación de pago se ha realizado correctamente. Es entonces cuando nos formulará una pregunta de lo más recurrente, pero a la que casi siempre contestamos con una negativa: «¿Quieres copia?». Para el Banco de España responder que no es un error: como consumidores hemos de asegurarnos quedarnos con un recibo de la operación, por si a posteriori necesitamos reclamar y surge algún imprevisto.

Esta situación se agrava aún más si el consumidor lleva a cabo el proceso de pago a través de su móvil, es decir, a través de la conexión NFC del smartphone. Con este método sin contacto (contactless), cada vez más extendido (sobre todo entre los jóvenes), el proceso es básicamente el mismo, excepto cuando la operación es de menos de 50 euros: entonces es probable que la aplicación (en función del wallet) ni siquiera nos obligue a añadir el método de seguridad (generalmente uno biométrico, caso de la huella dactilar). Por todo ello, extremar la precaución es clave para cualquier consumidor si no quiere caer en algún presunto fraude.