Transición energética, la hora de las renovables
El calentamiento del planeta ha encendido todas las alarmas. La economía ha de girar hacia la descarbonización, todo un reto. ¿Está Euskadi en condiciones de aprovechar este nuevo ciclo?
Nos encontramos en un momento histórico apasionante y lleno de incógnitas, en el que se solapan una pandemia que ha roto las costuras del mundo ... y una apuesta por la transición energética indispensable para frenar el calentamiento del planeta. De esta última se derivan consecuencias que están cambiando el modelo económico conocido hasta ahora. Y aquí entran en juego conceptos como la descarbonización, la economía circular, la movilidad eléctrica o los fondos Next Generation.
Ante esta avalancha de retos surgen de inmediato las siguientes preguntas: ¿Seremos capaces en Euskadi de aprovechar las oportunidades que ofrecen estos cambios? Hemos sido relevantes en el 'mundo' de la siderurgia, de los astilleros o de la automoción. ¿Lo seguiremos siendo en el de la electromovilidad, el hidrógeno o en el del reciclaje?
DV ha organizado un foro, promovido por la Diputación, para responder a estas preguntas. En el mismo han participado Ismael Aznar, director general de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica-lo hizo desde Madrid, de manera telemática-; José Ignacio Asensio, diputado foral de Medio Ambiente; Emiliano López Atxurra, presidente de Petronor y Belén Méndez de Vigo, presidenta del Banco de Alimentos de Gipuzkoa. Los cuatro coinciden en que Euskadi será capaz de subirse a este tren, pero añaden que no hay que despistarse, porque la competencia será dura y hay que prepararse para que, por ejemplo, los fondos 'Next Generation' encuentren el terreno abonado.
El momento
Cuando los astros se alinean
Al abordar la transición energética quizá sea conveniente plantearse una cuestión previa. ¿Estamos realmente ante un punto de no retorno o, por el contrario, nos adentramos en una burbuja colosal? Recordemos que ya la vivimos hace algunos años con las renovables (eólica y solar) y que el desarrollo del hidrógeno vivió días de gloria hace un par de décadas, para quedar luego relegado. ¿Ha llegado por fin el día de la epifanía 'verde'? A tenor de lo que dicen nuestros invitados así es, pero que respondan ellos mismos.
Ismael Aznar: En estos momentos confluyen todos los elementos para que la transición energética sea irreversible. La apuesta por la descarbonización es clara tras el acuerdo de París, apoyado ahora por la nueva Administración de EE UU. En Europa, la comisión ha tomado como bandera la transición y su gran apuesta para este quinquenio es el pacto verde, con una batería de iniciativas muy importantes. Y, además, las ayudas europeas están condicionadas a que los objetivos marcados por los Estados vayan en clave ecológica.
Nosotros ya estábamos en esta senda, así que nos viene como anillo al dedo, porque tenemos en marcha las reformas precisas. El mensaje ha calado en las empresas y en la sociedad. No hay ningún planteamiento económico que no esté ligado a la transición energética. Nadie piensa ahora en ciclos combinados o en centrales térmicas de carbón, sino en las energías renovables.
Emiliano López Atxurra: Eso es así, pero el 'mundo' del cambio climático y de las inversiones en este terreno es muy 'sexi' y, por lo tanto, se está convirtiendo en un río que si no se encauza bien puede convertirse en un torrente peligroso. Ahora no estamos en peor situación que en otros momentos históricos, pero sí es diferente porque hay millones de personas que están accediendo a la clase media y en consecuencia a un consumo masivo de energía, ya sea desde un punto de vista industrial, de la movilidad o del consumo cotidiano.
El cambio energético en Europa se plantea de forma recurrente desde 1973 porque, como consecuencia de la crisis del petróleo, nos dimos cuenta de que necesitamos de una estabilidad que garantice su suministro. Ahí aflora la eficiencia energética y el desarrollo tecnológico e industrial.
No obstante, por ejemplo, si bien la movilidad eléctrica es indiscutible, hay que advertir de que presenta limitaciones, como el control de las materias primas. El cobalto, uno de los componentes esenciales de las baterías, se encuentra en países como la República Popular del Congo, por todos conocido por su estabilidad. Por lo que se refiere a los motores ligados a los nuevos combustibles, hay que fijarse en Alemania, donde la inyección de hidrógeno y los biocombustibles tienen un papel importante. Hay que acertar muy bien con el tono del pulso firme de la transición energética, ligada a la descarbonización sobre un componente tecnológico e industrial con bases firmes.
José Ignacio Asensio: Está claro que viene un revolución. Como perdamos el tren del 2030, no llegaremos al del 2050. Estamos en una década decisiva para dar un cambio radical a nuestra forma de producir, consumir y actuar. Tenemos la ventaja de contar con una industria preparada. En 2008 las empresas guipuzcoanas salieron de la crisis internacionalizándose. En estos momentos, la competitividad se logrará apostando por la economía circular.
Nuevo modelo
Un reto sin precedentes
El reto al que nos enfrentamos no tiene precedentes. Frenar el calentamiento global conlleva la puesta en marcha de un nuevo modelo tecnoindustrial, so pena de quedarnos al margen de los mercados. ¿Estamos en España y en Euskadi con las velas a favor del viento o éste pasará de largo y nos dejará varados en una letal calma chicha?
Ismael Aznar: Estamos bien posicionados para liderar esta transición, porque contamos con potentes recursos eólicos y fotovoltaicos que pueden colocarnos a la vanguardia en generación de electricidad mediante fuentes renovables. La ciencia nos dice que para evitar el incremento de las temperaturas y evitar efectos irreversibles debemos actuar con urgencia para alcanzar la neutralidad climática a mediados de siglo. Este es el enfoque que han seguido tanto la UE con su Ley del Clima como nosotros mediante la Ley de Cambio Climático y Transición Energética aprobada recientemente en el Congreso, así como con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.
José Ignacio Asensio: Trayendo el tema a nuestro territorio, en el caso de Gipuzkoa hemos realizado un recorrido previo al estallido de la pandemia y a la iniciativa de los fondos Next Generation en campos como la digitalización y el medio ambiente. En este sentido, ya habíamos comenzado a desarrollar herramientas, entre ellas Mubil, Naturklima y la economía circular. Ahora hay que desplegar las velas y navegar con velocidad.
Emiliano López Atxurra: Nos encontramos ante una enorme oportunidad por dos razones. Por un lado, la lucha contra el cambio climático pone en valor el componente tecnológico e industrial que está ligado a la transición energética y, en segundo lugar, resalta la necesidad de la máxima eficiencia.
Nosotros fuimos líderes en la descarbonización porque Repsol, en diciembre de 2019, fue la primera compañía que puso en marcha un plan agresivo de emisiones cero para 2050. Ahora bien, no hay que perder de vista que la reducción de CO2 debe ser un compromiso internacional porque, por ejemplo, la huella de carbono de las placas solares que llegan de China es muy elevada, dado que la electricidad que se usa para su fabricación proviene del carbón.
Estamos ante el desafío de que para 2050 habrá 9.000 millones de personas en la tierra, que tendrán la buena costumbre de desear unos niveles de vida como los del mundo occidental. El reto es cómo responder a ese desafío desde un punto de vista energético, alimentario y de equilibrio medioambiental. Estamos ante un desafío complejo, pero a la vez optimista.
Competidores
Next Generation: '¿Bienvenidomíster Marshall?'
Subirse al tren de la transición energética no será barato. Las inversiones para cambiar el tejido industrial resultarán ingentes, de ahí que tanto las administraciones como las empresas esperen el maná de 140.000 millones que llegarán a España de la mano de los fondos 'Next Generation'. Ahora bien, ¿encontrarán el terreno abonado para fructificar o nos perderemos en duplicidades? ¿Seremos protagonistas de una mala reposición de 'Bienvenido Mister Marshall', la inolvidable película de Berlanga?
José Luis Asensio: No hay duplicidades, porque los proyectos que hemos presentado están vinculados al ecosistema industrial de Gipuzkoa, que es diferente al de otros lugares. Así, en electromovilidad contamos con empresas como CAF, Irizar o Indar, bien posicionadas y competitivas. En consecuencia, Mubil encaja perfectamente. En el caso del plástico, se está dando una revolución en la industria de este sector, porque hay empresas que están intentando fabricarlo sin recurrir a derivados del petróleo. La Diputación, a través de los fondos 'Next Generation', quiere desarrollar un polo de economía circular centrado en el plástico. Se trata de sustituir los combustibles fósiles por un aceite, el tacoil.
Emiliano López Atxurra: A mí los fondos me preocupan si no encuentran el campo abonado para aprovecharlos. Claro que España tiene una oportunidad, pero no podemos ser los pardillos europeos. Analicemos bien lo que están haciendo nuestros socios y a la vez competidores. Por ejemplo, en España se habla mucho de transición energética, pero paralelamente a ese proceso se produce la venta de Gamesa, el emblema de la industria eólica española, a una empresa alemana. Todos somos socios en la casa común europea, pero hay competencia.
Ismael Aznar: La transformación, como dice López Atxurra, hay que hacerla de la mano de la industria, que debe ser la protagonista de este proceso. Los fondos europeos pueden jugar un papel importante para dar impulso a proyectos innovadores. Ahora bien, esos fondos son limitados y hay que focalizar bien dónde se dirige el dinero. España está cerrando el plan de recuperación y mantenemos conversaciones con la UE para conseguir los objetivos marcados.
Reciclaje
El 'mantra' de la economía circular
Cuando se aborda la descarbonización sale a colación la economía circular. ¿De qué se trata? Para decirlo sucintamente, su objetivo es generar la menor cantidad de residuos mediante la reutilización o el reciclaje. Alrededor de este fin, apoyado con cantidades ingentes de ayudas públicas, ha nacido un negocio floreciente. ¿Estamos en disposición de hacernos con parte de este pastel? El proyecto de Ley de Residuos enviado al Congreso se enmarca en esta línea.
Ismael Aznar: Para lograr los objetivos de descarbonización, mayor eficiencia y menor dependencia del exterior, tenemos que abandonar el modelo clásico de producir, consumir y desechar. Hay que ir sustituyéndolo por otro basado en un sistema circular en el que el valor de los productos se mantenga en la economía el mayor tiempo posible.
Este es el objetivo de la Ley de Residuos, facilitar un cambio que suponga un beneficio para el medio ambiente. También permitirá una mayor eficiencia, porque si esos residuos los reintroducimos como nuevos recursos en el ciclo productivo conseguiremos, por ejemplo, una menor dependencia del exterior. En los residuos electrónicos hay materiales muy valiosos que, si los recuperamos, evitaremos ir fuera a comprarlos o acudir a materiales vírgenes. En Europa la economía circular podría suponer un ahorro de 2.000 millones de euros, un incremento notable en el PIB y en generación de empleo. Una buena gestión de residuos es la base de la economía circular.
José Ignacio Asensio: El índice de recogida selectiva de residuos en Gipuzkoa es del 60%. Nos hemos dotado de unas infraestructuras que nos han permitido eliminar por completo los vertederos, siendo el único territorio de España que ha logrado deshacerse de estas instalaciones. Esto quiere decir que la gestión responsable de los residuos se convierte en una oportunidad para recuperar materiales. En Gipuzkoa reutilizamos entre 180.000 y 200.000 toneladas de materiales procedentes de los residuos domésticos. Ahora hay que canalizarlos hacia la industria.
Emiliano López Atxurra: En Petronor estamos desarrollando un proyecto mediante pirólisis para el tratamiento del plástico. Hemos establecido una base tecnológica que permite la valorización a través del mecanismo de la economía circular. Queremos producir un combustible que sea razonable en términos de precio y con el objetivo central de reducir las emisiones netas.
Banco de alimentos
El motor de la concienciación
El calentamiento global, la transición energética o la descarbonización son conceptos que remiten a cambios históricos y que se han desencadenado a escala planetaria. Pero, debajo de ellos, subyace una realidad que comparten los cuatro contertulios: sin el apoyo de los ciudadanos, sin concienciación social, no hay nada que hacer. Hay ejemplos, como la labor del Banco de Alimentos de Gipuzkoa, que alimentan el optimismo.
Belén Méndez de Vigo: La mayoría de la gente sí ha interiorizado que hay que ser solidarios. No es un camino fácil, pero se va consiguiendo. Desde hace doce años mantenemos un convenio con la Diputación para la recogida de alimentos. Comenzamos con 80.000 kilos al año y ahora estamos en un millón que, si no fuera por esta labor solidaria, irían al vertedero. Los guipuzcoanos están muy mentalizados. El año pasado, como consecuencia de la pandemia, hicimos un llamamiento especial y la gente respondió de maravilla. Hay que ir profundizando en este camino, por eso nosotros vamos a los colegios y enseñamos a los chavales la labor que realizamos.
José Ignacio Asensio: Cuando llegué a la Diputación, la primera visita que realicé fue al Banco de Alimentos y me presentaron sus cuentas auditadas, es decir, la transparencia en la gestión es total. Realizan una labor esencial de concienciación, porque un tercio de los alimentos los desperdiciamos en casa. Y, en un sentido práctico, su trabajo adquiere una enorme repercusión, porque las necesidades en los tiempos de pandemia han crecido un 25% y las han cubierto con creces. Por cada euro que ponemos desde la Diputación, ellos generan diez. Es decir, el esfuerzo que se realiza desde el erario público se multiplica por diez gracias a los voluntarios del Banco de Alimentos. Son una seña de identidad del territorio.
Emiliano López Atxurra: Me parece muy interesante lo que decís, porque desde una perspectiva práctica y cotidiana estáis aflorando cuestiones esenciales en referencia al cambio climático, es decir, la responsabilidad social como agente de dicho cambio. Los países más avanzados, como los nórdicos, están en la misma línea de lo que estáis haciendo, la solidaridad. Este es un factor clave.
Leí en un titular de DV que 30.000 guipuzcoanos hacían cola para recibir alimentos. Que en una sociedad avanzada como la nuestra exista esa realidad debe servir de acicate para reivindicar una vez más la industria, porque sin ella no se come ni hay bienestar, porque ese titular refleja una realidad terrible. Cuando se habla de la industria no se habla en abstracto, sino de los oficios y del trabajo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.