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Los sindicatos vascos han defendido este Primero de Mayo la lucha contra la precariedad laboral, con la necesidad de establecer un Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ... propio en Euskadi como eje principal de sus demandas. ELA, el principal sindicato de Euskadi, ha celebrado su acto central en Bilbao, con presencia de su líder, Mitxel Lakuntza. La central mayoritaria ha salido a las calles en bajo el lema 'Decidir aquí el salario mínimo', y ha instalado una recogida de firmas en favor de establecer un SMI propio en el País Vasco.
Donostia ha acogido varias manifestaciones que han compartido un mismo diagnóstico: la pérdida de empleo en Gipuzkoa, la presión sobre los salarios y la necesidad de fortalecer derechos sociales ante un contexto económico incierto. Las cuatro grandes centrales sindicales del territorio (ELA, LAB, CC OO y UGT) se han movilizado por separado, salvo estos dos últimos, con lemas diferenciados pero con mensajes de fondo coincidentes: más soberanía salarial, más protección social y empleo digno.
«Sabemos que no es el mejor momento para las alianzas sindicales. Pero, aun así, hemos conseguido construir una lucha conjunta con otros sindicatos en torno a esta demanda. El acuerdo logrado demuestra la importancia estratégica que le damos. Porque el SMI español impuesto desde Madrid no responde a nuestra realidad, ni permite sacar de la pobreza a miles de trabajadores vascos», ha remarcado el lider sindical de ELA, Mitxel Lakuntza.
Mitxel Lakuntza
Secretario general de ELA
Para el sindicato nacionalista vasco, esta es una herramienta clave para luchar contra la precariedad y redistribuir la riqueza, puesto que un SMI más elevado no solo «mejoraría la calidad de vida», sino que también contribuiría a «reducir la brecha salarial por género, origen o edad».
Pese a las dificultades para establecer alianzas sindicales, ELA ha logrado sumar apoyos en torno a esta demanda estratégica. Sin embargo, se ha topado con la negativa de la patronal (Confebask y CEN) a negociar un acuerdo interprofesional que contemple un SMI propio, ya que estas entidades se aferran a la legislación estatal que les permite mantener «salarios de miseria». Como respuesta, ELA ha impulsado una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para recoger firmas y trasladar este debate a los parlamentos de Gasteiz e Iruña.
Lakuntza ha lanzado así una pregunta a la sociedad vasca sobre si está de acuerdo en solicitar al Gobierno estatal que transfiera la competencia sobre el SMI a Euskadi. «También se lo hemos dicho al lehendakari: no es posible ni aceptable la equidistancia cuando hablamos de las condiciones de vida de las personas más precarias. ¿Cree el lehendakari que el SMI debe subir? ¿Cree que debe decidirse aquí? Si la respuesta es sí, tiene que ponerse manos a la obra y exigir a la patronal que se siente a negociar».
ELA también critica con firmeza el auge del militarismo y la participación de organismos como la OTAN en conflictos internacionales que, según la central sindical, responden a intereses imperialistas y no a la defensa de la paz. Además, acusa a los gobiernos de Imanol Pradales y María Chivite de respaldar, directa o indirectamente, la militarización europea en detrimento de servicios esenciales como sanidad, vivienda o educación. También se ha mostrado muy en desacuerdo con la reforma fiscal de Euskadi, firmada por PNV, PSE y Elkarrekin Podemos, al considerar que no aborda la «redistribución de la riqueza ni combate el fraude fiscal».
Lakuntza también ha mencionado a en su discurso del Primero de Mayo al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para sostener que los problemas de la clase trabajadora vasca ya existían antes de que el el presidente republicano accediese a la Casa Blanca. «Si solo miramos fuera, podemos caer en el error de pensar que nuestros problemas empezaron con la llegada de Trump o con la última crisis internacional. No es verdad. La clase trabajadora lleva años sufriendo las consecuencias de unas políticas neoliberales que han empobrecido nuestras vidas. No podemos permitir que el relato oficial nos desvíe la atención. No podemos aceptar que nos vendan resignación».
El coordinador general de LAB, Igor Arroyo, ha afirmado que sus tres prioridades en los próximos meses son: desarrollar unos servicios públicos sólidos; poner en marcha una nueva política industrial y garantizar unos ingresos básicos a todas las personas, eliminando brechas machistas y racistas. «La defensa del salario mínimo y de las pensiones propias es una batalla histórica para la clase trabajadora«, ha dicho Arroyo. «No vamos a permitir que nadie se quede atrás. Queremos unas condiciones de vida dignas para nuestra gente, para todas las y los trabajadores, sea cual sea su sexo, género, origen, condición o elección».
Arroyo ha recordado las dos vías emprendidas para conseguir un salario mínimo propio y digno: una, a través de la negociación colectiva. «Están actuando como parásitos, se benefician, pero renuncian a su responsabilidad negociadora». En referencia a la segunda vía, el coordinador general de LAB se ha referido a la Iniciativa Legislativa Popular, cuyo objetivo es «modificar el Estatuto de los Trabajadores para que los gobiernos de Hego Euskal Herria tengan competencia para establecer el salario mínimo». Para ello, ha llamado a «extender a los cuatro vientos» la recogida de firmas puesta en marcha, un «ejercicio gigantesco para activar la conciencia de clase y la solidaridad». «Es una de las mayores carencias del autogobierno actual, la falta de competencias para establecer por ley el salario y la pensión mínimas», ha añadido.
En su intervención del Día Internacional del Trabajo, Loli García, secretaria general de CCOO Euskadi, ha destacado su compromiso por defender los derechos laborales, sociales y democráticos en un contexto global marcado por la guerra, la desigualdad y el auge de las extremas derechas. En clave local, ha puesto en valor los avances conseguidos en materia de empleo, salario y pensiones tras años de lucha sindical, y ha criticado a la patronal vasca por negarse a pactar un salario mínimo de convenio en Euskadi, a la que ha tildado de «irresponsables».
Por su parte, José Manuel López, de UGT Euskadi, ha afirmado que actos de reivindicación y memoria como el 1 de Mayo son «imprescindibles, frente a quienes a base de bulos y medias verdades quieren reescribir la historia». Tras reconocer el «papel fundamental» de las mujeres «en todas las conquistas sociales» logradas, ha afirmado que, sin duda, «hemos avanzado mucho en términos de igualdad, pero al igual que en el conjunto de la sociedad, en el sindicalismo nos queda un largo camino que recorrer, sobre todo a nosotros».
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