Los sindicatos nacionalistas se manifestarán el día 30 en contra de la reforma laboral

Un órdago en cualquier caso que se limitará a la celebración de cuatro manifestaciones en las capitales vascas el próximo día 30 de enero y al desarrollo de concentraciones ante los centros de trabajo el día anterior a la votación. De esta forma, queda excluida la posibilidad de una huelga general, por la que abogó LAB desde el pasado 1 de mayo y que dio por perdida a mediados de diciembre al no lograr «convencer» al sindicato liderado por Mitxel Lakuntza, que aunque dejó abierta dicha puerta no lo consideró oportuno antes de Navidades.

La central nacionalista pospuso cualquier decisión al respecto hasta enero, a la espera de las negociaciones que se produjeran en Madrid de cara al trámite parlamentario, con la vista puesta siempre en los partidos vascos -PNV y EH Bildu-, cuyos votos considera determinantes. Pero finalmente se ha decantado por llevar a cabo cuatro manifestaciones en las capitales del País Vasco y de Navarra, eso sí con el mismo objetivo conjunto, el de condicionar el voto del partido jeltzale y de la coalición soberanista.

Las marchas, previstas para las doce del mediodía, se desarrollarán bajo el lema 'No a esta reforma laboral'. Los sindicatos nacionalistas reclaman que se deroguen las reformas laborales de 2010 y 2012 y establecen dos líneas rojas, como son la defensa del marco vasco de relaciones laborales y el rechazo «al despido barato». En este punto trasladaron su preocupación, especialmente en torno a dos elementos, el hecho de que se mantiene el marco estatal «impositivo» en la negociación colectiva, por un lado, porque no se ha dado «seguridad jurídica» a los convenios negociados en Euskadi y Navarra, y, por otro, que no se tocan los procedimientos de despido.

Tras exigir el derecho a negociar «sin ninguna injerencia externa» la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores vascos, consideran necesario disponer para ello de un marco de decisión en la negociación colectiva. Además, calificaron de «trampa» lo relacionado con la prevalencia de los convenios sectoriales, porque solo garantiza que no se bajen los salarios en los de empresa. Exigieron que esos convenios sectoriales sean mínimos en su totalidad.

En cuanto a los procedimientos de despido, entienden que todo lo aprobado en 2012 «sigue intacto» porque la patronal ha impuesto «el veto» a su modificación. Para estos seis sindicatos nacionalistas, la aprobación de este acuerdo es «muy grave» porque el diálogo social solo ha servido de «excusa» para no cumplir el programa electoral de los dos partidos de la coalición de gobierno.

En su opinión, han dado «derecho de veto a la CEOE para que, a cambio de pequeñas mejoras, se convalide de nuevo la reforma laboral de 2012, desdeñando la posibilidad de cambios de fondo». Por ello, pidieron ayer a PNV y EH Bildu -con representación en las Cortes Generales- que voten en contra y trabajen por la derogación total de las reformas laborales de 2010 y 2012, especialmente, de los puntos que permiten la estatalización de los convenios laborales y los despidos «fáciles y baratos».

Para Mitxel Lakuntza, «en síntesis, con esta reforma, Gobierno central y UGT y CC OO han dado lo que la patronal quería, porque se mantiene prácticamente como estaba la anterior. Esa es una buena noticia para la patronal y una mala noticia para los trabajadores, porque no se recuperan derechos laborales que fueron arrebatados en su día y este diálogo social solo sirve para cumplir el guion de lo que la patronal dicta», puntualizó. Por su parte, la secretaria general de LAB, Garbiñe Aranburu, llamó a rechazar la reforma tanto en Euskadi como en Madrid y calificó las próximas semanas como «decisivas» para «impedir su aprobación, dejarla sin efecto y obstaculizar su aplicación en el País Vasco».

Las manifestaciones partirán a las 12.00 de Alderdi Eder en San Sebastián, de la Plaza Moyúa en Bilbao, de la Plaza Bilbao en Vitoria y de la antigua estación de autobuses en Pamplona.