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La guerra arancelaria desatada por Donald Trump ha puesto el mundo patas arriba. Y esto no ha hecho más que empezar. Los gravámenes amenazan con encarecer las importaciones a nivel mundial y los productos tecnológicos son uno de los que están en el punto de mira. ¿Quién no tiene hoy en día un teléfono inteligente? ¿Tiene usted un iPhone? Pues, si se cumplen los pronósticos de los analistas, prepárese.
Sepa que si Apple, que fabrica sus productos en China, uno de los más perjudicados por la política proteccionista por el magnate republicano porque a partir de mañana recibirá unos aranceles del 34% con un posible 50% adicional, decide subir los precios para contener esa mayor presión fiscal, la cuenta la acabarán pagando los usuarios. Es decir, usted y yo.
¿Y de cuánto estamos hablando? Según los especialistas de UBS, sociedad suiza de servicios financieros con sede en Zúrich, el aumento puede comenzar con un 5% pero llegar hasta un 25%. Si Apple decide no absorber los costos y trasladarlos al consumidor final, el impacto económico en los iPhone sería el siguiente, según los cálculos de los analistas de Rosenblatt Securities:
iPhone 16e: el modelo más accesible lanzado en febrero, pasaría de costar 599 dólares a unos 749.
iPhone 16 estándar: actualmente tiene un precio de 799 dólares en Estados Unidos, podría llegar hasta los 999 dólares con el incremento.
iPhone 16 Pro Max: con 1 TB de almacenamiento, el modelo más avanzado, podría subir de 1,599 dólares a casi 1,999.
Los propios analistas advierten de que existe mucha incertidumbre sobre cómo se gestionará el aumento de los costes con los proveedores, hasta qué punto se pueden trasladar esos costes a los clientes finales y la duración de los aranceles, dada la complejidad adicional que conllevan las medidas de represalia que todavía están por anunciarse. También del impacto en cualquier negociación bilateral que pueda aminorar el efecto de los gravámenes.
Son varias las opciones que baraja la compañía Apple. Está la opción de repercutir en el cliente el coste final por los aranceles. También cabe la posibilidad de que diversifique la producción en otros países en lgar de centralizarlo todo en China, como pueden ser los casos de India y Vietnam. En estos casos, los aranceles que impondrá Trump serán del 26 y del 46%, respectivamente.
De momento, habrá que esperar para ver cómo transcurren los acontecimientos. La incertidumbre es la que reina en los mercados, como se puede apreciar en los vaivenes de las bolsas mundiales, que siguen la trayectoria de una montaña rusa con mucha volatilidad.
No obstante, los expertos llaman a la calma de los inversores y recuerdan que, durante el primer mandato de Trump, cuando se anunciaron los primeros aranceles, las tecnológicas cayeron en torno a un 24% tras el golpe inicial, pero posteriormente repuntaron un 30% durante los doce meses siguientes.
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