Gobierno Vasco y Kutxabank pierden el pleito contra los fondos de Euskaltel
Reclamaban una compensación económica pero tras dos reveses judiciales han renunciado a recurrir ante el Tribunal Supremo
manu álvarez
Miércoles, 12 de enero 2022, 06:45
Fin definitivo para una película judicial que se inició a finales de 2015, cuando Kutxabank y el Gobierno Vasco -junto a otros accionistas minoritarios de ... Euskaltel como Iberdrola, Endesa y la Corporación Mondragón-, decidieron presentar una demanda judicial contra los fondos de inversión Trilantic e Investindustrial. Dos fondos a los que habían vendido en 2012 un 48% de las acciones de la operadora vasca Euskaltel y que, según su tesis, no habían cumplido con las condiciones económicas que se habían pactado. Por ello reclamaban una compensación de 41 millones de euros, pero tras dos reveses judiciales, Gobierno Vasco y Kutxabank han decidido bajar los brazos y no presentar un recurso ante el Tribunal Supremo. Lejos de obtener compensación alguna, lo cierto es que se han llevado un duro correctivo en las dos sentencias que se han emitido y ahora deberán abonar una abultada factura: tendrán que afrontar las costas del proceso. Un precio cuyo detalle no ha trascendido pero que no será pequeño, según fuentes jurídicas.
Cuando Kutxabank decidió reducir su participación en Euskaltel por debajo del 50% -el banco vasco comenzaba a digerir las presiones de los reguladores para eliminar riesgos-, pactó un precio variable para desprenderse de las acciones de la compañía de telecomunicaciones. Los fondos de inversión pagaron 230 millones de euros para hacerse con el 48% de la operadora vasca, pero comprometieron cantidades adicionales si se alcanzaban determinados hitos en la cuenta de resultados en los años siguientes.
Una operación jugosa
Tras la salida a Bolsa de Euskaltel, a mediados de 2015 se evidenció que los fondos -que asumieron desde el primer momento el liderazgo en la gestión de la operadora-, habían hecho una jugada maestra. Los resultados económicos de la empresa habían mejorado de forma sustancial -las sentencias confirman que era una mera apariencia- y los aires de fusiones en el sector de las telecomunicaciones habían hecho el resto. Aquellos 230 millones de euros invertidos por ambos fondos se convirtieron en 760 millones en el momento de la salida a Bolsa.
Kutxabank decidió entonces liderar una batalla con exsocios, para reclamar el plus por la venta de sus acciones. Argumentaba el banco que se había cumplido el plan de negocio y también la mejora en los resultados que daba pie a cobrar un variable por la venta. Trilantic e Investindustrial lo negaron desde el primer momento al argumentar que la mejoría de resultados era fruto de un mero juego contable y que la realidad de la compañía apenas se había modificado. Era igual de rentable que los años antes, cuando ellos habían entrado en el capital de la empresa, pero no más.
La clave, que ha sido corroborada por los tribunales, es que Euskaltel aplicó cambios en sus criterios contables -concernían al coste de promoción para la captación de nuevos clientes, aplicaciones informáticas y apoyo a la producción de cine-, que afectaban a la cuenta de resultados pero no a la realidad patrimonial de la operadora. Esto es, algunas cosas que se habían considerado hasta entonces como gasto pasaban a recalificarse como inversiones. Un movimiento que si bien aumenta el beneficio contable a corto plazo, es a costa de reducirlo en el futuro.
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