Luis Planas (Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación): «Gipuzkoa es un referente por la I+D que aplica en la industria agroalimentaria»

– ¿Cuándo se llegará a un acuerdo definitivo sobre la PAC y qué cantidad de dinero le corresponderá a España?

– La Comisión Europea planteó una gran reforma en junio de 2018, documento que entrará en vigor el 1 de enero de 2023. España recibirá 47.724 millones de euros para el periodo 2021-2027. Las dos grandes novedades son que cada país diseñará su propio plan estratégico nacional y, en segundo lugar, la fuerte orientación de respeto al medio ambiente.

– ¿Cuál será el papel de las comunidades autónomas?

– Hace falta llegar a un gran acuerdo en el seno de la conferencia sectorial, donde están representadas las diecisiete comunidades y el Gobierno de España, con el fin de fijar la aplicación y el destino de ese dinero. Estoy concluyendo una ronda con cada una de las comunidades con el objetivo de sacar conclusiones y presentarlas a la citada conferencia.

– El Gobierno Vasco reclama que en lugar de un único plan nacional haya planes para cada comunidad, dado que las competencias están transferidas. ¿Euskadi podrá decidir a qué destinará la parte del presupuesto que le corresponda?

– España es un Estado autonómico y hay que respetar plenamente las competencias de cada administración, pero es el reglamento europeo el que determina que haya un solo plan estratégico por cada Estado miembro. Intentamos conciliar ambas realidades efectuando un intenso trabajo en común analizando las prioridades. Ahora bien, tanto el diseño como la aplicación de la medidas de desarrollo rural son competencia de las comunidades.

– ¿La PAC contribuirá a elevar las renta de los agricultores y ganaderos?

– El documento aborda tres objetivos esenciales. El más importante es garantizar el relevo generacional. Sufrimos un problema claro de envejecimiento del sector, tanto en Euskadi como en el conjunto de España. Es esencial que los jóvenes ocupen el lugar de los que se retiran. Y, por cierto, también es fundamental el papel de la mujer, que se está incorporando con fuerza a la ganadería. A este reto le sigue el de cultivar alimentos de manera sostenible y, en tercer lugar, la innovación y la digitalización aplicada a la agricultura de precisión, la industria y la comercialización. Gipuzkoa está muy bien posicionada. Es un referente con instituciones como Azti o la empresa Angulas Aguinaga, un buen ejemplo de I+D+i aplicado a la industria alimentaria.

– Usted, de hecho, va a firmar hoy (por ayer) un acuerdo con el Basque Culinary Center.

– La gastronomía marca tendencia y es uno de los elementos más importantes para la puesta en valor de nuestros alimentos y bebidas. Gipuzkoa cuenta con el Basque Culinary Center, una iniciativa pionera y tremendamente inteligente porque piensa en el presente y en el futuro. Este es el ADN de Euskadi. El País Vasco debe ser valorado no solo por su agricultura, ganadería y pesca, sino también por su potente industria en este sector.

– Gipuzkoa se caracteriza porque su agricultura es de montaña. ¿La PAC beneficia a este tipo de explotación o está más orientada hacia cultivos extensivo como los que puede haber en Àlava o en Castilla?

– Ese es el gran ejercicio de inteligencia y de capacidad de acuerdo que debemos desarrollar. Es decir, que dentro de un marco nacional seamos capaces de diseñar actuaciones que permitan apoyar los distintos tipos de agricultura. España es un país inmensamente diverso, porque la diversidad es tremenda incluso dentro de cada una de las diecisiete comunidades autónomas.

– ¿La PAC evitará que, por ejemplo, que en los hipermercados se venda la leche por debajo del precio de coste, es decir, que se use como un reclamo, con el consiguiente perjuicio para los ganaderos?

– No solo la PAC. La voluntad del Gobierno y la mía como ministro es profundizar en el apoyo a aquellos sectores cuya situación de vulnerabilidad es mayor en la cadena de valor. Me preocupan especialmente el aceite de oliva y la leche. El año pasado se reformó la Ley de la Cadena Alimentaria, que prohibe prácticas desleales, como la venta a pérdidas. Utilizar un producto alimentario como un reclamo en una campaña comercial es particularmente nocivo. En el caso de la leche, en la de marca blanca o de distribuidor los márgenes son limitadísimos. El Gobierno tiene que preservar la estructura de las explotaciones pequeñas y medianas porque constituye la red natural de producción, por ejemplo, en el sector lácteo.

– La presencia del lobo, cuya caza se ha prohibido, inquieta especialmente en Álava y Bizkaia. ¿Qué les diría usted a los ganaderos?

– La preservación de la biodiversidad es necesaria. Ahora bien, en el caso del lobo es una presencia amenazante tanto por los ataques a los rebaños como por la preocupación que genera en los ganaderos. Desde el Ministerio estamos colaborando para que en el marco del plan de gestión y conservación del lobo pueda darse una convivencia con la actividad ganadera, algo que confieso que no es fácil.

– Las cofradías vascas reclaman una mayor cuota para la pesca de la anchoa y el bonito. ¿Es posible atender esta petición?

– La pesca en la UE está regulada por unos principios basados en el equilibrio entre la sostenibilidad de los recursos y las capturas para que tenga futuro. Un excelente ejemplo es la anchoa, cuya biomasa este año registra máximos históricos. Los pescadores lo entienden muy bien, porque conjugan el deseo legítimo de pescar más, sobre todo cuando los precios son buenos, y la responsabilidad de establecer límites. Por ejemplo, cuando se inició la temporada de la anchoa se vio que la talla era pequeña y fue el propio sector el que decidió retrasar la capturas. Esto demuestra una inmensa inteligencia.

– Los armadores de la flota de altura de Ondarroa mostraron su inquietud tras la firma del acuerdo del Brexit entre el Reino Unido y la UE. ¿Han resultado perjudicados?

– El Brexit es una situación traumática. El último capítulo fue el pesquero. La negociación se cerró en Nochebuena y en Navidad llamé a las cofradías para explicarles el acuerdo alcanzado. El resultado es bueno en general, porque se evitaron los aranceles, y en la pesca en particular, dado que las concesiones fueron muy limitadas, con pequeña afecciones en merluza, rape o gallo. Otros países, como Francia, han estado más expuestos.

– ¿Cómo está sobrellevando el sector la crisis provocada por la pandemia?

– Ha demostrado que ha sido esencial y además una fuente de buenas noticias. Hubo un incremento del consumo domiciliario, pero a su vez se registró una caída muy importante de las ventas en hoteles, restaurantes y cafeterías, donde se concentra el 30% de la facturación. Por otro lado, se llegó a una cifra récord de exportaciones, 57.400 millones de euros en 2020, lo que supone un crecimiento del 5%, logrando el segundo mejor saldo de la UE, después de Holanda.

– Hablando de exportaciones, ¿se ha superado la crisis de los aranceles que impuso Trump ?

– Los aranceles llevan suspendidos cuatro meses. No se han cancelado, pero estamos en una vía de no retorno de cara a su abolición. Las primeras semanas del mandato de Biden demuestran que existe una buena sintonía entre EE UU y la UE. Aquellos aranceles eran muy injustos para el sector agroalimentario que nada tenía que ver con los subsidios a la construcción de aviones, ya fueran de Airbus o de Boeing, origen del conflicto. El daño fue importante para el vino y el aceite.