Gipuzkoa se conjura para redoblar su apoyo a los emprendedores
La Diputación afirma que «ha llegado la hora de poner todos los focos y los cañones» en este asunto
Son la savia del territorio. Los que, en ocasiones saltando al más absoluto de los vacíos desde la seguridad de un empleo consolidado, se lían ... la manta a la cabeza por la sencilla razón de que han tenido una idea, un sueño. Básicamente, son los empresarios y las empresas del futuro. Hablamos de los emprendedores. Esos benditos 'locos' que dibujan lo que está por venir y que, a base de éxitos y fracasos, se han instalado ya en el día a día de las sociedades modernas e, incluso, en nuestro vocabulario.
Para intentar conocerlos mejor, DV ha reunido a cinco actores principales de ese segmento con la idea de compartir sus inquietudes y necesidades. El lugar elegido para el encuentro, la sede de BIC Gipuzkoa, no es casual; por esa auténtica lanzadera de proyectos pasan cada año medio centenar de valientes, que reciben apoyo, orientación, financiación y contactos de primer nivel con los que arrancar su proyecto.
A la mesa se sientan el diputado de Promoción Económica, Imanol Lasa; la directora gerente del BIC y su 'alma mater', Marisa Arriola; Julia Salaverría, socia-fundadora de Ysios Capital, un fondo de capital riesgo especializado en biotecnología afincado en San Sebastián; el director de Nuevos Negocios de Ulma, Josetxo de Frutos, y Juan Arregui, uno esos valientes que ha logrado superar los primeros metros de la carrera para situar su empresa (Deneb Medical) en el mapa.
En primera instancia, Marisa Arriola -que abre la conversación recordando que su equipo de emprendimiento es en realidad «la suma» de los profesionales del antiguo BIC Berrilan y Saiolan- asegura que, frente a algunos indicadores internacionales que no dejan en el mejor de los lugares al emprendimiento vasco y guipuzcoano, hay que aclarar que esas métricas no distinguen entre iniciativas de alto valor añadido y componente tecnológico y el resto. Y, en este sentido, explica que el territorio se ha convertido, sin ningún género de dudas, en un lugar amable y fértil para las nuevas empresas y sus impulsores.
«Claro que hay que seguir empujando, pero las sensaciones y los datos, que nos dicen que un 85% de los proyectos siguen vivos diez años después, son buenos», apunta, para añadir que «además, estamos cerca de Centroeuropa, los Países Bálticos o los lander alemanes».
Dar un salto
Imanol Lasa coincide con la responsable del BIC, y apunta que, con unos instrumentos y un apoyo institucional más que demostrados y con recorrido y ya encauzados, ahora toca dar una vuelta de tuerca. Así, advierte de que «el intraemprendimiento (el que se realiza en el seno de las compañías) va a ser uno de los ejes» de la estrategia de la Diputación Foral.
«Las grandes ideas van a empezar a salir de las propias empresas; hasta ahora hemos sido capaces de construir un buen ecosistema de ayudas, pero tenemos que pegar un salto», resalta. Una apuesta que, añade, «ha de ser compartida con otros agentes y que ha empezar en las edades más tempranas, en los centros educativos promoviendo estas actitudes, que es algo que creo no se trabaja lo suficiente».
«Insisto también en el salto que se ha de dar para hacer una apuesta decidida por apoyar a quienes tienen una idea, por acompañar al que tiene una inquietud y demuestra ganas de hacer cosas distintas», dice.
El responsable foral de Promoción Económica apuesta por «hacer cantera, que es algo de lo que sabemos mucho en este territorio».
«Donostia ya es un polo innovador, sobre todo en el área de las Biociencias, pero no se pone en valor lo que no se conoce, hace falta también más exposición, explicación y puesta en valor de todos esos emprendedores y emprendedoras que tenemos, como hemos tenido a a lo largo de la historia grandísimos empresarios», subraya.
A renglón seguido, Lasa deja claro que «si hoy somos fuertes en sectores que entendemos estratégicos y en los que animo a los jóvenes a explorar, como puedan ser también la movilidad del futuro o la ciberseguridad, es por aquellos empresarios que apostaron en su día, cuando, no lo olvidemos, también había incertidumbres».
«Así que ahora toca poner todos los cañones y todos los focos en los emprendedores, en los que arriesgan», explica. En este sentido, afirma que el Plan Estratégico de la Diputación pretende convertir Gipuzkoa «en una referencia de búsqueda de la excelencia y de emprendimiento y ecosistema de apoyo a los emprendedores de primerísimo nivel». Y para ello, añade, «la Administración tendrá que ser más rápida y más flexible».
Las cifras del emprendimiento en Gipuzkoa
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500 'start-up' han recibido el apoyo de BIC Gipuzkoa (Antes, BIC Berrilan) en los 25 años de historia que atesora la institución.
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5,1% en la tasa de emprendimiento total es la 'nota' que saca Gipuzkoa en la clasificación GEM europea, en línea con Alemania o Japón.
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95% de las empresas creadas por emprendedores en Gipuzkoa siguen 'vivas' a los tres años, lo que revela la solvencia de los proyectos.
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975 nuevas empresas son las que nacen en Gipuzkoa cada año. Sin embargo, aún queda lejos el ritmo de 1.500 de antes de la crisis.
Consejo de sabios
A la hora de ese diagnostico, Juan Arregui, que salió del confort de una de las mayores empresas del territorio para lanzar Deneb (una 'start-up' dedicada a la robótica para aplicaciones de cirugía) junto a su amigo y socio Aritz Lazkoz, lo tiene claro: el panorama «es bueno».
«Desde el colegio te orientan para ser superjefe en una supercompañía, y eso debiera de cambiar; afortunadamente la tecnología permite ya a quien tenga alguna inquietud hacer sus pinitos y explorar y poner en práctica sus ideas», dice.
A su juicio, «Gipuzkoa es, sin duda, un territorio amable para el emprendedor, con apoyo institucional, financiación pública, aunque no tanto privada, y un entorno y unas redes, también profesionales y empresariales con gente de mucha experiencia que te pueden ayudar muchísimo». «Sin embargo, todo ese conglomerado, toda esa ayuda a disposición del emprendedor no está demasiado estructurada», matiza.
Y, en paralelo a la conveniencia de conformar, de armar y empastar un poco más todo el enorme ecosistema -algo que a lo largo de la conversación saldrá a relucir en no pocas ocasiones por boca de muchos de los presentes-, Arregui sugiere la oportunidad de crear una suerte de 'consejo de sabios'.
De hecho, Juan Arregui sugiere la convenciencia de generar una estructura ordenada y estable de mentores, sobre todo en su sector, que siempre está necesitado de un contacto continuo y directo con un mundo un tanto peculiar y del que no hay grandes referentes en Euskadi, capaces de incorporar rápidamente las ideas de los emprendedores locales.
Llamar la atención
Julia Salaverría, con 19 años de experiencia acumulados en el ámbito del capital riesgo (que cada día se demuestra más necesario para apoyar y dar oxígeno a los proyectos de emprendimiento en todo el mundo una vez superada la fase inicial) asegura que los proyectos que llegan a Ysios Capital «vienen cada vez mejor estructurados, mejor ensamblados y con un mejor planteamiento de negocio». «Nosotros, claro, los examinamos de la 'a' a la 'z', y lo cierto es que la calidad de los proyectos hoy en día no tiene nada que ver con lo de hace un tiempo», insiste.
Respecto a la conveniencia de buscar expertos, Salaverría apunta: «Claro que son necesarios, sin duda, y que hay que buscar expertos locales, españoles o internacionales que te ayuden en tu proyecto, pero en mi opinión lo que tienes que hacer (en alusión a los jóvenes emprendedores) es buscártelos». «Cada uno ha de buscar su experto», dice. Y añade: «Es sorprendente el número de personas líderes en sus segmentos de actividad que si el proyecto está bien van a dedicarle su tiempo y sus recursos». «El punto clave es que les llame la atención, que sea novedoso, que cubra una necesidad no atendida y que esté bien armado», sentencia.
Josetxo de Frutos recoge el guante lanzado por Imanol Lasa en lo que a intraemprendimiento se refiere, y asegura que, aunque todo cuesta mucho, «es vital que empresas aparten recursos de la cuenta de resultados» para este tipo de iniciativas. Eso sí, reconoce que, a pesar de la red de seguridad que supone tener en la propia Corporación Mondragon empresas en las que probar las nuevas ideas, «todo cuesta un montón». «Además, creo que, en general, no sabemos vender, y encima como esas nuevas actividades no tienen un CIF todo se complica bastante», señala. «Somos un territorio pequeñito, y a veces no nos concemos entre nosotros; creo que toca alinear los intereses de todos y colaborar siempre que se pueda», dice.
La reflexión concluye con un aplauso unánime a BIC Gipuzkoa como trampolín de los emprendores ante una abrumada Marisa Arriola que salva la situación recordando «el importante papel» que juegan las universidades, los centros tecnológicos integrados en el BRTA y las empresas del territorio.
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