Gipuzkoa resiste el Covid y obtiene niveles récord de recaudación en el impuesto de Patrimonio
La Hacienda foral ingresó 65,8 millones de euros en 2020 por el tributo a los más favorecidos y prevé 68 millones en 2021, una cifra sólo superada en 2017
¿Conoce usted alguna estadística económica que no haya sufrido estragos por el impacto de la pandemia? ¿Sabe de alguien que haya salido prácticamente intacto – ... o mejor parado, incluso– tras dos años de convivencia con el Covid? Los ERTEs, el paro, la afiliación a la Seguridad Social, el PIB..., todos estos indicadores que funcionan como un termómetro de la salud financiera han registrado unas severas sacudidas. ¿Hay alguna excepción? Sí, existe una isla llamada impuesto de Patrimonio, el tributo que grava a los más favorecidos.
En contra de aquella serie de televisión mexicana llamada 'Los ricos también lloran', el efecto del coronavirus no se ha dejado notar en los bolsillos de los más pudientes. Y es que Gipuzkoa ingresó por este tributo 65,8 millones de euros en 2020 –el tercer mejor resultado de su historia– y prevé 68 millones en 2021, lo que sería su segunda recaudación más elevada. Una cifra sólo mejorada en uno de los 26 años en los que este impuesto ha existido en Gipuzkoa entre 1994 y 2021 –en 2009 y en 2010 se suprimió–, en concreto en 2017, cuando la Hacienda foral recaudó 74,6 millones –ver gráfico adjunto–.
Este recuperado tributo –sustituye al de la Riqueza y Grandes Fortunas, vigente entre 2013 y 2017– ha permitido a los tres territorios vascos volver a compartir la estructura básica de sus principales impuestos propios (IRPF, Sociedades y Patrimonio), lo que se denomina armonización fiscal, después de 2.500 días de especificidad guipuzcoana.
La cifra
-
133,8 millones de euros recaudaría Gipuzkoa, si se cumple la previsión de 2021, en la era Covid.
La reforma acometida en 2018 incluyó como principal virtualidad la recuperación del escudo fiscal, una salvaguarda que fija un tope para que el contribuyente no pague por IRPF y Patrimonio más de un porcentaje concreto de sus ganancias anuales –concretamente el 65%–.
A tenor de las cifras conocidas en los últimos años, la armonización surte su efecto porque la cifra de guipuzcoanos que pagan este impuesto ha crecido ostensiblemente desde 2012. Entonces fueron 6.648 los que pasaron por caja y, ocho años después, esa cifra se eleva hasta los 8.216, lo que representa un aumento del 23,5%. El club de los millonarios ha «engordado» en más de un millar en ocho años –1.568–, casi a 200 por año, a medida que el territorio y el resto del país dejaban atrás una de las crisis económicas más graves de las últimas décadas. Tocaron techo de forma provisional en 2014 siendo un total de 8.093 y, tras un descenso al año siguiente, ha comenzado una remontada. En 2016 fueron 7.517, en 2017 crecieron hasta los 7.749 y al año siguiente, hasta los 7.847. En 2019 acariciaron los 8.000 contribuyentes –7.960– y en 2020 fueron 8.216. La previsión para 2021 apunta a un nuevo récord con 8.400 guipuzcoanos que tributarían por Patrimonio.
La cifra de guipuzcoanos que abona este tributo ha registrado un crecimiento del 23,5% desde 2012
Estas últimas cifras las dio a conocer el departamento de la Hacienda guipuzcoana en la reciente presentación de la campaña de la Renta. Fuentes del fisco matizan a DV que, en realidad, se trata de una previsión que hay que tomar con «cautela». Este argumento se basa en la incertidumbre actual, que dificulta realizar previsiones certeras.
Análisis
Desde Hacienda recuerdan que 2021 fue un año de «recuperación» económica y que la mayoría de cifras macroeconómicas –empleos, ventas de empresas...– acabaron el año con «buenos» registros. El Ibex cerró el año con subidas del 8% –aunque durante parte del año las rentabilidades estuvieron en el entorno del 15%– y este «podría ser uno de los indicadores por los cuales se podría justificar la previsión del 2021», agregan. Con todo, insisten en que la actual época «volátil» dificulta ser precisos.
En lo que respecta al ejercicio de 2020, totalmente cerrado, sí se puede dibujar un análisis completo. Aquel año presentó varias fases «bien diferenciadas». Los dos primeros meses fueron «muy positivos», en línea a la tendecia de 2019. El parón de la pandemia fue un golpe «muy duro», pero la recuperación del segundo semestre suavizó «bastante» el impacto. La Bolsa cayó un 15% pero se mantuvo por encima de los 8.000 puntos, cuando en marzo llegó a situarse por debajo de los 6.000 (una caída cercana al 40%).
Fuentes del fisco añaden que las mejoras de los índices Dow Jones y el Dax alemán les llevaron a cerrar en zona de «máximos históricos». Por tanto, el mercado de valores también mostró un comportamiento parecido al resto de registros macroeconómicos: hundimiento en marzo y abril, y una fuerte recuperación después.
Este recuperado tributo sustituye al de la Riqueza y Grandes Fortunas, vigente entre los años 2013 y 2017
El Impuesto de Patrimonio grava el patrimonio neto (valor de bienes y derechos, menos cargas y deudas) de los contribuyentes guipuzcoanos. Es un tributo que pagan los propietarios de patrimonios superiores a los 700.000 euros, sin incluir la vivienda que utilizan como residencia habitual (que tiene exenciones de hasta 300.000 euros). En algunas comunidades autónomas el mínimo exento se ha situado por debajo de esa cantidad, mientras que en Madrid no existe el impuesto. En el caso guipuzcoano, liquidan este impuesto aquellos que, poseyendo una vivienda habitual en propiedad, a nivel individual tengan un patrimonio total superior a un millón de euros.
Este tributo existe en Gipuzkoa desde que se aprobó en una norma foral en 1991. Entonces se llamaba Impuesto Extraordinario sobre el Patrimonio. En 2008 desapareció en el Estado a raíz de una decisión del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y únicamente permaneció en Gipuzkoa, donde se suprimió solo un año más tarde. El impuesto fue recuperado en 2012 en el Estado y también con un año de retraso regresó a Gipuzkoa de la mano de Bildu. Actualmente, en Europa no existe un tributo similar a éste salvo en el caso de Francia, aunque no grava hasta el 65% de los ingresos anuales del contribuyente.
Con todo, la recaudación por el Impuesto de Patrimonio supone una parte mínima de lo que ingresan las arcas forales en un ejercicio íntegro. Así, la Hacienda foral recaudó 65,8 millones en 2020 sobre unos ingresos totales de 4.634 millones, lo que supone apenas un 1,41% del global.
El fisco no se plantea suprimir este impuesto
La Hacienda de Gipuzkoa no se plantea suprimir el impuesto de Patrimonio. Así se ha manifestado el diputado foral Jokin Perona, que recuerda en declaraciones a este medio que el territorio realizó una «importante» reforma de este tributo durante la pasada legislatura. Desde su punto de vista, esta actualización mejoró «considerablemente» su diseño y lo armonizó con Araba y Bizkaia, también con competencia propia en materia de fiscalidad gracias al Concierto Económico.
De cuando en cuando, salta a la palestra el debate sobre si es conveniente eliminar este impuesto en Euskadi en aras de la competitividad. Territorios como Madrid no lo tienen, por lo que la comunidad liderada por Isabel Díaz Ayuso funciona como una aspiradora para los colectivos más privilegiados de la sociedad, que no deben tributar allí por este impuesto. La Diputación de Gipuzkoa se ha pronunciado con frecuencia en contra de este modelo fiscal, ya que a su juicio «el que viene por precio se va por precio». Así, la Hacienda foral defiende que nuestro objetivo son «las menores tasas de desigualdad social».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión