MásMóvil: Una pyme de Andoain en el Olimpo de las telecos

Un volantazo de noventa grados conduciendo a mil por hora que ha sorprendido al más pintado. Y es que cuando todo el mundo daba por hecho que lo único que se negociaba era una operación con Vodafone (que sí que existió), la teleco amarilla rompía todos los esquemas al cerrar en un tiempo récord la oferta sobre la compañía de Zamudio y –por si fuera poco– con el beneplácito de los principales accionistas (Zegona, Kutxabank y Corporación Alba, que suman un 53,32% del capital) y también del Gobierno Vasco.

¿Cómo ha sido posible? Además de contar con un equipo de primera –en el que en primera línea se sitúan Meinrad Spenger, Josep María Echarri y José Poza, cada uno con su función–, la clave la detalla este último, a la sazón fundador de Ibercom, el germen de la que hoy es –más consolidada que nunca– la cuarta teleco de España.

«Somos una pyme de aquí que a lo largo del tiempo hemos actuado como tal, con la agilidad de una pequeña empresa, por mucho tamaño que fuéramos tomando«, dice. »Siendo pequeños, y hoy ya no lo somos, claro, hemos actuado siempre con el espíritu del grande«, resalta en declaraciones a DV, apenas un día después de comunicarse la OPA.

Y es que al repasar la trayectoria de Ibercom (igual que después de 2014, cuando se produce la integración entre aquella y la primigenia MásMóvil, fundada a su vez en 2006 por Spenger) se aprecia como clara seña de identidad una mezcla al 50% de visión de la jugada y un riesgo controlado.

Ibercom, al más puro estilo de las grandes firmas de internet, pero con el sello 'giputxi', nació el 12 de noviembre de 1997 en una carnicería de la calle Gernika de Andoain. Un año después, la firma facturaba 117.000 euros, hoy esa cifra alcanza los 2.000 millones de euros y cuando se incorpore Euskaltel serán 2.700.

«Quitamos los ganchos de colgar los animales y pusimos allí los ordenadores y las mesas, todos apretados», recuerda sonriente Poza. Ibercom inició sus pasos centrado en lo que no querían (o no supieron ver) los demás cuando el mundo de internet despertaba: el nicho de mercado de las empresas.

La compañía, que poco después de su nacimiento se trasladó al parque empresarial de Zuatzu, en San Sebastián, inundó las pymes (primero las vascas y después dio el salto a todo España) de aquellos módems que tanto ruido hacían y que proporcionaban el primer internet.

El mercado residencial lo ocuparon, junto a los gigantes del sector, un montón de pequeñas empresas que hoy están muertas. La arquitectura de Ibercom (y después de MásMóvil) se levantó a base de compras de empresas, y la primera fue Loop Telecom, creada por un fondo americano que instaló la primera ADSL de España. Era la la crisis del 2000, y la carrera de Ibercom no hizo más que acelerar. Después llegaron otras adquisiciones relevantes como la de Balada (la parte de IP de la ingeniería vizcaína Dominion).

La flauta volvió a sonar (siempre con créditos bancarios y reinvirtiendo lo que se ganaba) cuando la donostiarra se hizo –por ocho millones de euros– con los activos de Tiscali en España. Esa operación fue muy importante, pues aportó a la cartera de Ibercom 500 empresas, muchas de ellas en Madrid y servicios de voz como operador virtual (OMV en la jerga del sector). Ya se podría ofrecer ADSL, SDSL, servicios de intenet, registro de dominios, alojamientos de web...

Uno de los momentos críticos fue el salto al Mercado Alternativo Bursátil (MAB) en el año 2012 en busca de financiación alternativa. Fue la primera empresa vasca que lo hizo. Había que seguir creciendo. Y se hizo de la mano de la consultora donostiarra Norgestión.

Dos años más tarde se cruzó en el camino la MásMóvil de Mainrad Spenger, con la que la fusión ofrecía infinidad de sinergias. El operador especializado en empresas incorporaba de un solo golpe red, mercado residencial y negocio de móvil. La suma perfecta.

Era el momento de atacar a lo grande el mercado 'generalista' español. En aquel entonces (no hay que olvidar que hablamos de un momento complicado, con el país muy tocado saliendo de la doble crisis del 2009 y 2012) la concentración del sector era un secreto a voces y hasta el único camino para muchos. Jazztel y ONO crecían y eran rondados por los grandes, lo que abriría oportunidades en la capa intermedia, y Yoigo tenía solo móvil pero no era una telco en puridad, aspecto que sí tenía el Grupo MásMóvil.

La leyenda del cuarto operador (un concepto inédito hasta lo protagonizó la firma amarilla) nació con la adquisición de Yoigo, que aunque estaba en conversaciones en exclusiva con Zegona no fructificaron porque los inversores británicos se asustaron al ver el resultado de las elecciones en España y la irrupción de Podemos en el Congreso. Era la oportunidad de MásMóvil, pero antes tenía que lucir más ebitda y por eso compró Pepephone, paso con el que logró lucir más sinergias industriales de cara a la adquisición de Yoigo (que entre otras muchas cosas aportaba espectro) y, con ello, el apoyo de los fondos, que siempre han empujado a la firma.

La carrera de MásMóvil hasta el día de hoy está repleta de adquisiciones (ver gráfico) y de un comportamiento espectacular en Bolsa, donde del MAB pasó al Continuo y de allí al IBEX35, rompiendo siempre barreras nunca alcanzadas por otros. En 2020, los fondos internacionales Cinven, KKR y Providence lanzan una OPA de exclusión y se hacen con un 86% de la firma, mientras el resto queda en manos del equipo directivo y también de algunos accionistas históricos de Ibercom como Onchena. El siguiente paso de esta empresa, que tiene CIF de Gipuzkoa (A-20), es Euskaltel.