El grupo que quiere reabrir Corrugados compró en quiebra y reflotó GES, una exfilial de Gamesa
La compañía extremeña Cristian Lay ha cimentado su rápido crecimiento en la adquisición de empresas en concurso de acreedores o cerradas, como la de Azpeitia
Cristian Lay (CL), el grupo extremeño dispuesto a reabrir la planta de Corrugados de Azpeitia, tiene experiencia en dar nueva vida a empresas desahuciadas. Este ... es el caso de la vizcaína Global Energy Services (GES), reflotada en 2016. El grupo CL se hizo con la compañía de renovables, antigua filial de Gamesa, por el precio simbólico de 6 euros, una quita del 90% y un ERE para 300 personas. Un duro ajuste que sin embargo permitió la continuidad de la actividad de GES, firma asentada en Erandio y que en 2018 trasladó su sede central al parque tecnológico de Zamudio, un acto que fue presidido por el lehendakari, Iñigo Urkullu, en presencia del presidente del grupo, Ricardo Leal.
Cristian Lay comenzó su andadura hace 25 años con la venta de artículos de joyería y complementos por catálogo. El grupo fue cimentando posteriormente su crecimiento mediante una hábil política de adquisiciones de empresas quebradas. Así, la fórmula aplicada en GES en 2016 ya fue utilizada en 2014 con La Seda de Barcelona, a la que compró dos filiales vinculadas al sector químico y del reciclaje en una subasta en el Juzgado de lo Mercantil número uno de la ciudad condal.
Siguiendo esta misma estrategia de compras a precio de derribo, en agosto de 2020 formalizó la adquisición del Grupo Gallardo Balboa al fondo KKR, quien lo había comprado en 2019. Aunque no se hizo público el montante de la oferta, CL si informó que asumía compromisos financieros por 145 millones, entre los que se encontraba una ampliación de capital de 70 millones y una inyección de 30 millones para pagar a proveedores ycomprar material para seguir fabricando. La operación conllevó que las instalaciones inactivas propiedad de la siderúrgica y luego de KKR en Azpeitia pasaran a manos de CL.
Tal y como adelantó DV el domingo, CL está analizando la posibilidad de reactivar parcialmente la planta de la localidad del Urola para volver a fabricar barras de acero corrugado destinados a la construcción, con una plantilla fija de 140 personas y otros 500 empleos indirectos.
Las negociaciones se están llevando a cabo con la máxima discreción. Solo ha trascendido, por boca del director ejecutivo de la compañía, Miguel Ángel Leal, que su grupo está analizando «qué se puede hacer en Azpeitia. Se está tratando de abrir todas las puertas al diálogo y de hacer todos los análisis previos pertinentes».
El jueves se reunirán en San Sebastián directivos de CL con representantes del Gobierno Vasco, la Diputación y el Ayuntamiento de Azpeitia para seguir analizando la viabilidad del proyecto. Según señaló el sábado la portavoz del PNV en el Ayuntamiento de Azpeitia, Amaia Etxeberria, la operación para poner en marcha la factoría cuenta con el apoyo de los ejecutivos autónomo y foral. Etxeberria pidió a la alcaldesa de Azpeitia, Nagore Alkorta (Bildu) «determinación» a la hora de afrontar este tema y que «no ponga en riesgo la recuperación de la actividad de Corrugados».
Estas declaraciones fueron contestadas ayer por la alcaldesa. Alkorta mostró su «sorpresa» ante las manifestaciones realizadas el sábado por los jeltzales, dado que «desde hace dos semanas mantengo reuniones con los grupos de la oposición, la última de ellas el viernes, para explicarles el estado de las negociaciones». En este sentido, recordó que el 18 de febrero mantuvo un encuentro con CL en el que mostraron su disposición a reabrir la planta, un giro radical frente a lo que manifestaron en una reunión celebrada en noviembre, cuando indicaron que la puesta en marcha era inviable, al tiempo que se analizaron diversas posibilidades urbanísticas para la zona. Alkorta reclamó ayer «coordinación» interinstitucional para abordar una propuesta que todavía se encuentra en una fase «incipiente». La alcaldesa añadió que el ayuntamiento pondrá todo de su mano para favorecer iniciativas empresariales que generen empleo.
Normas urbanísticas
La iniciativa requiere adecuarse a las normas urbanísticas municipales, un hecho que añade complejidad al proceso. Hay que tener en cuenta que las instalaciones de Corrugados ocupan una extensa parcela muy cerca del centro de la localidad. Otra cuestión espinosa es el cumplimiento de la normativa medioambiental.
Si se salvan estos escollos y CL decide encender los hornos, la fundición volverá a ponerse en marcha ocho años después de su clausura. En 2013 quedaron en la calle los 180 trabajadores de la planta de Azpeitia y otros 30 de la de Lasao, el final de un triste declive de una empresa emblemática en la comarca. De aquella pujante actividad solo queda en pie la planta de Lasao, dedicada a la fabricación de mallas. Algunas fuentes indican que la solución podría venir precisamente de trasladar los hornos de Azpeitia a Lasao.
Si CL apuesta por reiniciar la actividad, supondría que toma el timón un grupo que factura 800 millones y cuenta con 1.600 empleados en sectores como el de las energías renovables, la distribución de gas, la industria química o la papelera.
Una parcela 'golosa' muy cerca del centro de Azpeitia
Las instalaciones de Corrugados ocupan una extensa parcela muy cerca del centro urbano de Azpeitia. De ahí que se trate de un solar muy 'goloso' para la construcción de viviendas y de equipamientos comunitarios. Sin embargo, tanto el plan general en vigor, aprobado en 2013, como el borrador del que lo sustituirá, asumen que la presencia de la factoría impide cualquier actuación urbanística en ese ámbito. En consecuencia, el documento ahora en elaboración, que prevé la construcción de 1.205 viviendas en diez años, desplaza el crecimiento con fines residenciales a la zona de Esclavas-Irurzulo.
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