La firma zestoarra GRI Castings, antigua TS Fundiciones, anuncia su cierre
Pérdida de empleo ·
La empresa que cuenta con 61 empleados iniciará un ERE de extinción ya que la dirección aduce su la «inviabilidad». Gonvarri reflotó la compañía en 2015 de las cenizas de la histórica siderúrgica del Urola«Da la sensación de que vamos en contra de la tendencia invirtiendo en siderurgia y metalurgia». Las palabras de los inversores de Gonvarri en ... 2015 justificando la compra de la histórica siderúrgica concursada TS Fundiciones para reflotarla como GRI Castings resuenan hoy en las cabezas de toda la comarca del Urola. Siete años después, la compañía ha anunciado un expediente de regulación de empleo (ERE) para despedir a toda su plantilla y cesar la actividad de la misma. La firma aduce que la continuidad de la planta, con 61 trabajadores, es «inviable» tanto en el presente como en el futuro.
La compañía ha confirmado el cierre mediante una nota, en la que señala que «debido a razones productivas la empresa acumula cuantiosas pérdidas en los últimos siete años». La empresa buscará alcanzar un acuerdo «satisfactorio para todas las partes».
La dirección de la empresa GRI Castings ha comunicado hoy a los representantes de los trabajadores la intención de iniciar el periodo de consultas para exponer los detalles de las causas productivas por las que plantea cese de la actividad de las instalaciones de Zestoa, dedicadas a la fundición y comercialización de piezas, destinadas fundamentalmente a los sectores eólico y automoción. Cuenta con una plantilla de 61 personas y ha venido sufriendo graves problemas productivos en los últimos años, asegura la dirección.
Como consecuencia de estas circunstancias, la planta ha sufrido «cuantiosas pérdidas en los últimos siete años, sin que haya sido posible revertir dicha situación a pesar de las medidas acometidas». Estos problemas han tenido distintas causas, en especial «las limitaciones para fabricar piezas de determinado tamaño para el sector eólico que pudieran generar mayor valor añadido, y la fuerte competencia asiática en la automoción con una presión a la baja en precios que resulta insostenible para la viabilidad de la actividad», agrega GRI Castings.
Fin a otra firma siderúrgica del Urola
La decisión comunicada hoy pone fin a la trayectoria de otra histórica siderúrgica de la comarca del Urola. GRI Castings se instaló en un nuevo pabellón en la zona de Sansinenea de Zestoa, donde estaba ubicada TS Fundiciones, siderúrgica que se creó tras la fusión en los 90 de dos históricas firmas de la comarca: Fundiciones Torreaga, de Zumaia, y Sorazu Luzuriaga, de Zestoa. Ambas habían sufrido la crisis de comienzos de los 90 y encontraron en esa fusión y en el sector eólico una vía de escape para continuar su trayecto.
Sin embargo, la crisis industrial provocó que el negocio se resintiera a partir de 2008. Numerosas fueron la protestas de los trabajadores de la compañía en lucha por la viabilidad de la misma. En ocasiones, incluso compartieron cartel de protesta con los colegas de Corrugados Azpeitia, que cerró en 2013.
TS Fundiciones formó parte de la historia del Urola como Corrugados Azpeita o Arcelor Zumarraga
En 2015, Gonvarri apareció como salvavidas y el juez adjudicó en el proceso concursal la planta de Sansinenea a Gonvarri por más de 5 millones. Después de hacerse con el control de Forjas de Iraeta, Gonvarri encontró el complemento perfecto a su negocio en la quebrada TS Fundiciones. Tardaron casi un año en poner a punto la planta de Zestoa para enfocar la misma a la fabricación de matricería para automóvil, pero también para seguir enfocados en sector eólico, como sucedía en la anterior etapa de la acería, que era especialista en producir grandes piezas para los equipos de los aerogeneradores.
Incluso el lehendakari Iñigo Urkullu acudió a la puesta de largo de la nueva planta en 2016. La planta echó a andar con 40 empleados y el objetivo era llegar a 150 trabajadores en 2018. Pero los objetivos finalmente no se han terminado cumpliendo y la firma se ve abocada al cierre y al despido de 61 empleados mediante un ERE. Después del cierre de Corrugados Azpeitia y Arcelor Zumarraga, Urola pierde otra histórica compañía siderúrgica que dio de comer a muchas familias en la segunda mitad del siglo XX.
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