El difícil, pero intenso, camino que afrontan las 'startups'

La proliferación de emprendedores dispuestos a darlo todo por ese negocio en el que han soñado parte de su vida se convierte, en ocasiones -en realidad, en muchas ocasiones- en un laberinto del que no consiguen salir si no recurren finalmente a su cierre. Con miles de trabajadores en el paro, muchos se han lanzado en los últimos años a iniciar proyectos empresariales atrevidos, y en parte económicamente arriesgados, para continuar con su vida laboral. Las 'startup' constituyen el mejor ejemplo de esta realidad a la que ya se le pueden poner datos. Pero, por ahora, solo un 14% de los negocios de emprendedores consiguen generar un resultado de explotación (Ebitda) positivo.

Se trata de un porcentaje similar al de aquellos emprendedores que aspiran a cerrar este año con una facturación que podría situarse entre los 150.000 y los 500.000 euros, según el último informe del Mapa del Emprendimiento 2017 que ha elaborado Spain Startup-South Summit. La generación de un Ebidta positivo es uno de los grandes retos para este tipo de negocios, aunque su evolución nunca se puede comparar con el de las grandes corporaciones con unas estructuras muy diferentes a las 'startup'.

De hecho, aunque aparentemente se trata de un porcentaje mínimo de iniciativas que consiguen una cuenta de explotación óptima, la fundadora y responsable del encuentro, María Benjumea, aclara que «si tenemos en cuenta que una 'startup' tiene hasta cinco años de vida y que la mitad de esas iniciativas fallan, en realidad la tasa de proyectos que tienen Ebitda positivo es muy elevada».

El principal escollo al que se enfrentan estas iniciativas es la imposibilidad que muchas tienen para poder salir adelante apenas transcurridos unos meses desde su creación. Porque el índice de fracaso sigue siendo muy elevado. El informe sobre las 'startup' reconoce que en un 55% de los casos tienen que cerrar anticipadamente, aunque esta cifra es inferior a la del mismo estudio elaborado en 2016, cuando alcanzaba el 62%.

Pero hay datos para la esperanza de los emprendedores. Por ejemplo, actualmente un 9% de las empresas de nueva generación tienen ya entre tres y cinco años de vida, lo que supone el doble que las registradas en 2016 y un 2% más que la media europea. Además, un 19% de todas las 'startup' han alcanzado un nivel de desarrollo óptimo de crecimiento -'growth', como se le denomina técnicamente-.

Por otra parte, el estudio señala una realidad pocas veces conocida en entornos ajenos a los emprendedores. Porque casi la mitad de los ciudadanos que ponen en marcha una 'startup' lo hacen en serie. Es decir, que insisten en generar otro proyecto, aunque los anteriores hayan fallado. El informe del Spain Startup South-Summit refleja que cuantas más veces intenta un emprendedor llevar a cabo una iniciativa empresarial, menor es el grado de fracaso. «La tendencia a ese fracaso disminuye a medida que aumenta el número de 'startup' creadas por una misma persona», según el informe. Así, la probabilidad de fracaso en la primera iniciativa es de un 33%, mientras que en la segunda cae al 29%, en la tercera hasta un 26% y en la cuarta hasta un 20%.

Para llevar a cabo estos proyectos, es necesario dinero. Y la financiación sigue siendo un talón de Aquiles para todos los emprendedores y uno de los principales retos a los que se enfrentan. La mayoría -en un 57% de las ocasiones- recurren a fondos propios para iniciar una actividad. En un 24% de los casos recurren al apoyo de amigos y familiares. En cualquier caso, queda un largo camino por recorrer para lograr la profesionalización del modelo de financiación de estos negocios en España, a pesar de que ya un 15% recurren a fondos privados, pero solo un 2% lo hacen a la recolecta de fondos -'crowdfunding'-.