Presidente de AMT (Fabricantes de EE UU)
El norteamericano pide en Donostia «reglas de juego comunes» para los socios comerciales de Estados Unidos
Douglas Woods preside AMT, la organización estadounidense que agrupa a los principales actores de la tecnología de fabricación del país. Referente del sector desde hace ... décadas, el norteamericano participó este lunes en Donostia en la jornada central del encuentro de primavera de Cecimo (la asociación europea de fabricantes) y AFM Clúster, donde pidió «reglas de juego comunes» para los socios comerciales.
– ¿Qué impresión se lleva del sector de máquina-herramienta en el País Vasco tras estos días de visita?
– He quedado realmente impresionado. El País Vasco es conocido en EE UU por su nivel de especialización en la fabricación de máquinas grandes. Creo que esto se remonta a su tradición en la industria del acero, que requería equipamiento de gran escala. Esa capacidad evolucionó hacia la máquina-herramienta. Ya lo había comprobado en otras ferias: para una región de este tamaño, hay un número notable de marcas fuertes. Es un ecosistema muy singular.
– Usted no habla de guerra arancelaria, sino de un mecanismo para forzar el diálogo. ¿Qué pretende exactamente la administración estadounidense con estas medidas?
– Los aranceles no son un fin en sí mismo, sino una forma de provocar reacciones y sentar a todos en la mesa. Queremos reglas equilibradas. No se trata de castigar a nadie. Lo que pedimos es que todos jueguen con las mismas normas. Hay desequilibrios que llevan décadas sin resolverse y eso ha perjudicado a nuestra base industrial. Nuestro déficit comercial con el mundo no es sostenible ni razonable.
– ¿Cree, como Trump, que Europa ha sido «injusta» con Estados Unidos?
– No, en absoluto. No creo que Europa, ni Japón ni Corea se hayan aprovechado. El problema es que Estados Unidos ha preferido mirar hacia otro lado. Después de la Segunda Guerra Mundial dimos muchas ventajas comerciales para ayudar a otros países a reconstruir su industria, y eso tenía sentido en los años 50 o 60. Pero hoy, esas mismas reglas ya no reflejan la realidad. El desequilibrio es evidente. La actual administración ha decidido abordarlo aunque sea incómodo. Es mejor discutirlo ahora que seguir ignorándolo.
– Una de las preocupaciones en Europa es que los aranceles a China desvíen productos baratos al mercado europeo.
– Es un tema importante. Pero no creo que la actual política estadounidense provoque una avalancha adicional de productos chinos en Europa. Eso ya venía ocurriendo antes. Lo que está haciendo EE UU es intentar renegociar con China para reducir su dependencia. Hay conversaciones en marcha. Lo importante es que cada país evalúe bien si los precios bajos son justos o están distorsionados por subsidios o manipulación de divisas.
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