Cruzar los dedos para que la economía resurja con fuerza

El ámbito económico navega en un proceloso mar de incógnitas. ¿Cuánto durará la pandemia? ¿Se recuperarán las bolsas? ¿Los estímulos de los gobiernos serán suficientes? ¿Se saldrá de la crisis en 'V' o en 'L'? ¿Las miles de personas afectadas por los ERTE volverán a sus puestos de trabajo? Todo el mundo cruza los dedos y, más allá de esperar que los astros se alineen para que se produzca un resurgimiento con fuerza, nadie sabe a ciencia cierta, tampoco los expertos, qué va a pasar. Este periódico ha pulsado la opinión de Adegi, la Cámara de Comercio, ELA y CC OO sobre las cuestiones planteadas anteriormente y estas son sus opiniones.

La patronal guipuzcoana avisa de antemano de que cualquier estimación sobre los derroteros de la crisis es una «mera especulación». Dicho esto, Adegi asume que el impacto afectará a todos los sectores y subraya que la única manera de hacerle frente es mediante la aprobación de medidas «contundentes y coordinadas a escala internacional para que todos los países salgamos de esta situación de forma simultánea. Un escalonamiento que se prolongue en el tiempo cerraría los mercados exteriores durante más tiempo y, en consecuencia, el resultado sería más dañino».

Adegi subraya que las medidas que se adopten por las administraciones estatales y autonómicas deben encaminarse a procurar mantener la máxima actividad del tejido productivo para que, una vez superada la pandemia, las empresas vuelvan a generar riqueza y empleo. En este sentido, la asociación valora positivamente la agilización de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y la suspensión de las cotizaciones a la seguridad social.

Adegi confía en que, tras la cuarentena, la senda de crecimiento se retome de forma progresiva. «Confiamos en que el tercer trimestre, que suele ser de menor actividad al comprender el periodo de vacaciones, este año tenga algo más de movimiento, al igual que el último trimestre del ejercicio. Probablemente, concluye la asociación, «en 2021 los organismos internacionales revisarán al alza las estimaciones de crecimiento».

La Cámara de Comercio confía en una salida en 'V' del batacazo. El presidente de la entidad, Pedro Esnaola, subraya que nos encontramos ante una crisis generada por un factor «exógeno» a la economía, el coronavirus, y que por tanto es coyuntural. Esnaola recomienda a las empresas que sean flexibles para afrontar el reto. «Deben ser rápidas en la toma de decisiones para limitar los daños y disponer de caja suficiente para mantener la actividad y así recomenzar su actividad de forma inmediata».

Esnaola espera que el tejido productivo tras el cese de la pandemia se recupere de una forma «rápida», aunque matiza que las empresas «necesitarán capacidad económica para poder superar la situación en un plazo medio de seis meses». Para ello, añade el presidente de la Cámara, será necesario ayudar a las compañías a superar el periodo de «emergencia».

Los sindicatos también confían en que el destrozo sea el menor posible y alertan de que no se aproveche la situación para realizar despidos o precarizar el empleo. En este sentido, cabe recordar que el decreto de medidas del Gobierno central para afrontar la pandemia establece facilidades para presentar expedientes de regulación temporal de empleo con el objetivo de que, finalizada la crisis, los trabajadores vuelvan a su puesto de trabajo.

Pello Igeregi, responsable de negociación colectiva de ELA, no pone paños calientes para describir el escenario. «En estos momentos el impacto es incalculable. Su profundidad dependerá muchísimo de la duración del periodo de confinamiento. Nos preocupa sobre todo el efecto que tendrá en las personas más vulnerables y que se aproveche el coronavirus para precarizar aún más el empleo».

En opinión de Igeregi, la pandemia solo se vencerá parando la actividad en las empresas que no sean esenciales, porque de lo contrario el virus se seguirá propagando. De ahí que ELA impulsara el pasado lunes el cierre de la factoría de Mercedes en Vitoria. Esta acción provocó una dura respuesta del presidente de Confebask, Eduardo Zubiaurre, quien criticó a los sindicatos por «forzar» cierres evitables.

Igeregi subraya que esta crisis «muestra que somos muy vulnerables. Esperamos que no se vuelva a las recetas fracasadas de 2008, porque solo generarán sufrimiento. Si aprendemos de los errores pasados -en referencia al 'austericidio' que impactó especialmente en los países del sur de Europa- tendremos una oportunidad de reiniciarnos poniendo a las personas en el centro».

Loli García, secretaria general de CC OO de Euskadi, se suma a una descripción cruda del panorama. «La caída de actividad no tiene precedentes y su duración e intensidad dependerá de la contención del proceso de contagio». Acto seguido agrega que se debe evitar que el coronavirus provoque «una grave crisis de demanda que se extienda más allá de la paralización de la actividad motivada por las medidas de control».

La responsable de CC OO se muestra satisfecha con las normas establecidas por el Gobierno central para sostener el empleo. «Hemos conseguido un paquete de medidas para facilitar que las empresas no despidan, sino que opten por suspensiones de jornada mientras dure la crisis», afirma.

García añade que, no obstante, queda camino por recorrer. «El esfuerzo público es necesario, pero también saber cuál va a ser la aportación de los beneficios y de las importantes reservas de las empresas, sobre todo de las grandes compañías, a los expedientes de regulación».

García muestra cierto optimismo. «Esperamos que esta sea una crisis corta y no un ciclo largo que vuelva a golpear a las clase trabajadora, que aún no ha recuperado los niveles de empleo y salarios tras la anterior recesión». La situación va a ser muy dura, reconoce la responsable de CC OO, «pero va a serlo de forma coyuntural. De ahí que las políticas públicas deben estar orientadas a evitar que lo temporal conlleve consecuencias irreversibles».