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Cuando las buenas ideas y el dinero se juntan

Cuando las buenas ideas y el dinero se juntan

Muchos jóvenes proyectos empresariales se atascan en la búsqueda de financiación. Iniciativas como Crecer+, impulsada por Orkestra, crean un espacio de encuentro entre emprendedores y potenciales inversores

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Sábado, 4 de noviembre 2017

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Pese a que el espíritu emprendedor de los vascos da muestras de cierto acomodamiento -así lo indican las últimas encuestas que abordan el tema- lo cierto es que siguen brotando proyectos empresariales con un gran potencial de desarrollo. El problema es que para que las buenas ideas germinen necesitan el riego de la financiación. Y ahí es donde muchos negocios encallan. «Hay muchos proyectos, pero que se encuentran con la barrera de la falta de financiación. Y no solo en sus comienzos, sino también a la hora de crecer o de internacionalizarse», afirma María José Aranguren, directora general de Orkestra, el Instituto Vasco de Competitividad.

También hay inversores dispuestos a apostar por estos proyectos, pero la casación entre la oferta y la demanda a veces no es fácil. Para que las buenas ideas y el dinero se junten se requiere a veces de la intermediación de plataformas de apoyo que suelen adoptar forma de aceleradoras de 'startups', o de foros en los que los nuevos emprendedores pueden mirar a los ojos de los inversores dispuestos a jugarse sus cuartos en un buen modelo de negocio. «Porque el emprendedor suele encontrar apoyo en las instituciones. Acceder a financiación pública es relativamente sencillo. Pero con la privada es más difícil», admite Nagore Ardanza, responsable de Crecer+, una red de inversores creada por Orkestra hace casi siete años.

Surgida en 2011 como «una plataforma de diálogo entre inversores y emprendedores para que surjan proyectos de inversión», Crecer+ ha celebrado hasta el momento 20 foros en los que se han cerrado 21 operaciones de financiación por valor de más de 6 millones de euros. La plataforma analiza cada año aproximadamente 200 proyectos empresariales para hacer la criba de las que finalmente serán presentadas en los foros. Casi un centenar de ellos han tomado parte en las distintas convocatorias, aunque solo una pequeña parte logra arrancar un compromiso de inversión. Pero la filosofía del proyecto va más allá de la captación de fondos. También pasa por integrar a las jóvenes empresas en el ecosistema del emprendimiento vasco, guiándolas a través de un camino muchas veces fatigoso y facilitando su participación en otros foros, aceleradoras y eventos. Y sin despreciar los beneficios del ‘networking’ generado en todo este proceso.

Predominio del sector industrial

¿Qué tipo de empresas acuden a estas rondas de financiación? Pues de las que se han presentado en los últimos foros, el 40% pertenecía al sector de la industria y de la eficiencia energética; el 25% trabaja en el campo de las TIC (tecnologías de la información y comunicación), y un 18% en el de la salud. «Cada vez más proyectos representan a los retos sociales: envejecimiento, dependencia, medioambiente, etc.», enumera Aranguren. De hecho, el próximo foro organizado -tendrá lugar en diciembre en Bilbao- girará en torno a la conocida como 'economía plateada', aquella que plantea oportunidades económicas derivadas del envejecimiento de la población.

¿Y qué tipo de inversor se acerca a Crecer +? La red ha captado hasta el momento 60 inversores que responden, a grandes rasgos, a tres perfiles. El primero de ellos, el más numeroso, corresponde al de un 'business angel' que normalmente es directivo de una empresa consolidada, pero que busca dar rienda suelta a su inquietud emprendedora. La aportación mínima suele ser de 25.000 euros. «Pero no sólo eso. También ponen sus conocimientos, contactos, y su capacidad para acelerar un proyecto. Es el grueso de los inversores. Lo que ocurre es que su patrimonio es limitado», dice Nagore Ardanza.

Luego están los patrimonios familiares, que invierten cantidades mayores. «No tanto con la idea de acelerar el proyecto y acompañar al emprendedor. Son más bien inversores puramente financieros», señala la responsable de Crecer+. Por último, empiezan a proliferar pequeñas empresas que buscan en las 'startups' «otra vía de innovación en productos, servicios o procesos. Y aquí es donde entra, por ejemplo, la industria 4.0, los proyectos que facilitan la eficiencia de las pymes, etc.», añade. Eso sí, en la red de inversores de Crecer+ también hay hueco para la gran empresa vasca, los fondos de capital riesgo, la banca, o Elkargi (la sociedad de garantía recíproca).

El trabajo de 'cocina' previo es fundamental a la hora exprimir las posibilidades de éxito en un foro. Los responsables de Crecer+ intentan reunirse con la mayoría de proyectos presentados «para dirigirlos a aquellos espacios que entendemos pueden ser más adecuados para ellos en base a las características del proyecto y sus necesidades». Es decir, que se pueden derivar a otras plataformas, aceleradoras o instituciones que trabajan en el apoyo a 'startups'.

Analizar el modelo de negocio

Una vez seleccionados los proyectos que participaran en el foro, el siguiente paso es analizar su modelo de negocio. «Porque el inversor normalmente no invierte en una idea, sino en un modelo: quiere saber cómo se va a monetizar'», aclara Ardanza. También «hay que hacerle ver de forma 'amable' qué es lo que el inversor le va a solicitar, y en qué va a querer poner su dinero. Y ese es nuestro tránsito: pasamos ese lenguaje del emprendedor a algo que el inversor pueda entender, y que suscite su interés».

Después llega el turno para la presentación del producto a cargo de cada emprendedor, y su primera evaluación por parte del inversor. Si a este le gusta la idea, se reunirá posteriormente en privado con su promotor. «Y una vez acabado el foro, hacemos un trabajo de seguimiento: nos reunimos con el inversor y con el equipo emprendedor. Intentamos hacer reuniones colectivas, porque la coinversión es muy importante. Puede hacerse entre diferentes inversores individuales, o entre uno de estos y un fondo de capital riesgo, o entre una empresa o un empresario individual…»explica Ardanza.

FractalMed, empresa que participó en el foro celebrado el pasado febrero, logró captar el interés de siete inversores, que le aportaron una financiación de 173.000 euros. Se trata de una 'startup' creadora de un sistema de análisis de imágenes de resonancia magnética que permite obtener valores de dimensión fractal cerebral para una detección precoz de la esclerosis múltiple. FractalMed se instalará en Euskadi, aunque sus orígenes son más bien dispersos: surgió como una investigación de la Universidad de Jaén, que fue transformada en modelo de negocio por un emprendedor catalán.

El desarrollo del proyecto necesita una serie de validaciones clínicas. Que a su vez requieren dinero. En busca de financiación llegó Fractalmed hasta Crecer+. Una de las condiciones que los inversores pusieron en la mesa a cambio de su dinero fue que la empresa se instalara en Bizkaia. «Porque estos buscan, entre otras cosas, cercanía», revela la responsable de la plataforma. «Por tanto, hemos podido atraer el proyecto a Bizkaia, donde podrá relacionarse con el resto de agentes de un entorno que además es muy favorable a las biociencias», destaca. Además, a Fractalmed se le han abierto las puertas de acceso a Seed Capital Bizkaia, un instrumento foral de financiación y promoción de empresas innovadoras que ha aportado otros 175.000 euros.

Otras veces, las empresas no logran captar dinero, pero sí otros valores en principio intangibles, como dar a conocer su proyecto en un determinado territorio, o acceso a otras posibles fuentes de financiación. Es el caso de Embeblue, empresa navarra especializada en el diseño y programación de la electrónica. «Me gustó mucho el proceso inicial: pudimos explicar el proyecto y en Crecer+ nos ayudaron a preparar la presentación. Hablamos con dos o tres inversores. Al final cerramos financiación con otros, pero el proceso fue bueno para nosotros», valora Mikel Meoki, CEO y socio fundador de la compañía. «Nos ha permitido dar a conocer el proyecto en Euskadi, y que otra gente nos llame para pedir presupuestos. El beneficio ha sido bastante grande por otros lados», resume. Embeblue ha conseguido dinero de una empresa industrial, un 'business angel' particular, y de Wayra, la aceleradora de 'startups' de Telefónica. Agentes que procuran una inversión «mucho más rápida, porque ven un valor en el proyecto». No ocurre lo mismo con los 'venture capital', que sólo colocan su dinero en proyectos con tanto potencial como riesgo y que, por tanto, miran con lupa todos sus movimientos.

Otra empresa que acudió a uno de los foros de Crecer+ es Savvy Data Systems, dedicada al desarrollo de software. Buscaban un impulso a una nueva línea de negocio -en realidad, se trataba de una nueva empresa-, enfocada al campo de la industria 4.0. «Acudimos a distintos foros, pero en Crecer+ fue donde mejor nos trataron, Entendían bien nuestros problemas e inquietudes. Nos gustó el trato personal que daban. Además, están muy bien conectados, y nos presentaron a unos cuantos inversores interesados», relata Fernando Sáenz, su director general.

Algunos se 'cayeron' por el camino. «Unos porque no conocían el terreno, otros porque participaban en empresas que podían ser competencia. Al final quedaron tres o cuatro dispuestos a poner dinero», añade Sáenz. Pero, como en el caso de Embeblue, el respaldo lo encontraron fuera. Concretamente, en un gigante del sector industrial, como Danobat, y en otra empresa de menor tamaño, IPF, especializada en procesos químicos derivados del petróleo. Ambos se han convertido en socios industriales de Savvy Data Systems, «lo que nos procura un gran volumen de contratación. Bastante superior incluso a la inversión realizada. Nos han dado un mercado brutal», se congratula Sáenz, quien valora enormemente la ayuda de Crecer+ en todo este proceso. «Hay que tener en cuenta que tenemos perfiles técnicos, aunque llevemos la gerencia de la empresa, y desconoces muchas cosas», remacha.

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