«La crisis rusa obliga a la UE a tomar medidas sobre la energía como ha hecho contra el Covid»
La responsable de la política industrial vasca dice que hay «muchísima preocupación» entre las empresas de Euskadi ante el repunte de precios del gas y las materias primas
Arantxa Tapia Otaegi (Astigarraga, 1963), consejera vasca de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, se reconoce personalmente impactada por la guerra declarada por Rusia a ... Ucrania. un conflicto que, afirma, va a encarecer desde la energía a multitud de materias primas pasando por el transporte, y que ya está poniendo en una situacióncomplicada a la industria vasca. Tapia reclama que, al igual que se hizo contra el Covid, la UE arme medidas excepcionales y urgentes para mantener la competitividad de la industria.
–Se hace raro preguntar por una guerra que se libra tan cerca...
–Una guerra no entraba en los planes de nadie. Me preguntaron hace diez días por esto y, partiendo de que es malo para todos, al final confias en que impere la cordura. ¡Pues no! La verdad es que cuando lo vi se me hizo un nudo en el estómago. Se han superado todos los compromisos internacionales que existían y provocado una terrible crisis humanitaria en Europa. Esto debe de parar, pero una guerra sabes cómo empieza pero nunca cómo acaba. Hace falta altura de miras para poder acoger a toda esta gente.
–Entiendo que están en comunicación con el Gobierno central. ¿Qué escenario se maneja?
–Desde Acción Exterior estamos en contacto con el Estado. Nosotros como Euskadi poquito podemos hacer, salvo con los dos becarios que teníamos en Ucrania, que los sacamos la semana pasada. Hay vascos allí a los que atender. A esta hora nos consta una decena de personas.
–Las amenazas de Putin no cesan, y ahora mira también a los países bálticos...
–Putin quiere tener controlada toda su antigua área de influencia y ampliarla, y no quiere que la OTAN se le acerque. No sé... Es importante ver cómo se comportan China, India e incluso Turquía. Si Rusia cree que tiene apoyos importantes...
–Dice que el conflicto ya impacta a la industria vasca...
–Tenemos 29 implantaciones de 25 empresas distintas en Rusia. Estamos en contacto con todos. Desde Rusia, nuestra oficina nos transmite cierta tranquilidad, pero las plantas de automoción se pueden ver afectadas por una escasez importante de componentes. También hay problemas de transporte por carretera. La frontera con Bielorusia está complicada. La zona del Donbass es la más industrializada de Ucrania y con la que tenemos más relación comercial. Hay empresas vascas que exportaban a allí y a Rusia y que ahora viven en una incertidumbre total.
«Una guerra sabes cómo empieza pero no sabes cómo acaba. Esto tiene que parar. Hay que atender a los refugiados»
–¿Se están cayendo contratos?
–Hay contratos que se van a quedar en el aire, y pedidos que iban a salir de Euskadi hacia allí y que están igual. Además, Rusia y Ucrania son una fuente importantísima de materias primas de las que va a haber escasez, con lo que va a subir el precio. Y no olvidemos al sector primario, que importa desde allí y se va a ver afectado. Se van a encarecer muchas cosas.
–¿Qué mensaje recibe el Gobierno Vasco de las empresas?
–Estamos en contacto diario y la semana que viene nos reuniremos con los clúster. Lo que hay es muchísima incertidumbre. Hay muchísima preocupación en Euskadi por los precios de la energía. El gas impacta directamente en la electricidad, y ya veníamos de unos precios muy altos. Eso impulsará la inflación y nuestro tejido productivo está muy preocupado.
–En un momento en el que empezábamos a remontar...
–La pandemia nos estaba dando un poco de tranquilidad, las empresas se estaban recuperando un poco y tenían ganas de invertir, pero es un gran riesgo. Vamos a ver qué pasa con el gas...
«La zona del Donbass es la más industrializada de Ucrania y con la que Euskadi y sus empresas tienen más relación»
–¿La gran preocupación de la empresa vasca es por los costes?
–Así es. Nosotros nos alimentamos por el gas de Argelia y por los buques que llegan a Bilbao. Pero en la medida en la que la demanda va a ser la misma y la oferta va a ser menor –puesto que lo que llega desde Rusia puede bajar– los precios irán al alza.
Un riesgo para Europa
–¿Peligra la competitividad de la empresa vasca?
–La nuestra y la de todo el mundo. Hablamos de energía, de transporte... de cosas universales. Y hay otro riesgo, el de que Rusia nos deje de suministrar pero sí lo haga a China u otros países a menor precio. Eso sí que es un riesgo para Europa, sumida en la inflación.
–Si se elevan las sanciones a Rusia, nuestras empresas no podrán comerciar con ellos...
–¡Claro! Sufrirían también esas sanciones. Rusia no es principal para Euskadi, pero tiene su relevancia. También preocupa lo que pueda pasar con países como Polonia, donde hay muchos intereses vascos, Rumanía o el Báltico.
–¿Es partidario el Gobierno Vasco de sanciones más duras?
–Tenemos que actuar como una Europa unida y no pelearnos con si ponemos una sanción u otra. Europa se la juega. Hay que tomar decisiones de forma integral. Dependemos del gas, del petróleo, del níquel, del paladio, de los fertilizantes o del trigo rusos de forma importantísima. Hay que considerar todo. Hay que pensar cuánto dependemos y cuánto podemos independizarnos ahora y a largo plazo. Todo eso está encima de la mesa y hay que analizarlo de forma integral.
«Nos preocupa que Europa ha llegado a esta guerra con muy pocas reservas, con muy poco almacenamiento de gas»
–¿Nos jugamos en Euskadi más de lo que parece?
–No habíamos visto la guerra así. En Europa siempre la habíamos percibido como algo lejano. Y a nivel humano, ver esas imágenes, a mi al menos me impacta muchísimo. Todos estamos como en 'shock' y, ademas en este mundo global todo está conectado. Rusia está suficientemente lejos, pero dependemos también de ellos. Según bajas al detalle surgen nuevos impactos.
Suministro alternativo
–El Ente Vasco de la Energía (EVE) es socio al 50% de la regasificadora del puerto de Bilbao, que cada año recibe de Rusia casi la mitad del gas que le llega. ¿Está buscando la compañía otros proveedores alternativos? ¿Se lo ha pedido el Estado?
–Bueno, Rusia no es el lugar desde el que suele traer gas, con lo que no me preocupa en exceso. Cuando se cerró uno de los gaseoductos de Argelia (el que pasa por Marruecos), la obsesión era garantizar el suministro. Parece que eso está asegurado. Lo que sí preocupa es que Europa ha llegado a este momento con pocas reservas de gas. Al principio de año, con el gas barato, el almacén de Gaviota (frente a la costa vizcaína, a ocho kilómetros de Matxitxako) y en toda Europa no era una prioridad. Es casi la tormenta perfecta.
–¿Eso obliga a la regasificadora a trabajar a destajo?
–Está trabajando bien. Lo que tendría que plantearse es si se nos solicitara enviar más gas a través del gaseoducto que nos une a Europa a través de Francia.
–¿Y se nos ha pedido?
–No me consta. La regasificadora y Gaviota están a disposición de lo que haga falta. También se está pidiendo a países árabes que suplan el gas ruso. EEUU sí que podría enviar gas y petróleo, pero tendría que haber buques. No es solo querer, es poder.
–La factura energética se va a disparar. ¿Hacen falta medidas adicionales para frenar el alza?
–El precio de la electricidad está directamente ligado al del gas, con lo que va a subir. Y va a hacerlo en todo Europa. Hay que empezar a pensar en aplicar algo así en toda la UE. Con la crisis rusa la inflación se puede disparar aún más y eso obliga a medidas contundentes para mantener la competitividad de nuestra industria.
«Putin quiere tener controlada el antiguo área de influencia y ampliarlo. Es esencial ver cómo se comporta China»
–Abaratar la factura como sea.
–Como sea, no. Pero igual que se han tomado medidas anticovid en un marco excepcional, esto obliga a hacer algo similar en materias primas y energía. ¿Cómo? Desde la Unión Europea, y evitando que cada país haga las suyas. Es el momento de actuar al unísono. No nos podemos permitir estar entre dos potencias y encima divididos.
–Antes de la guerra, algunas industrias electrointensivas temían tener que parar. ¿Podemos ver cierres ahora?
–Estamos haciendo un barrido de qué sucede sector por sector para ver qué se puede hacer desde un lugar pequeñito como es Euskadi o proponer a otros. En este momento no podemos hablar de paradas. Si el encarecimiento continuara, sí.
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