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Las familias siguen mostrando cierta cautela ante el panorama económico al que se enfrenta el país en los próximos meses. Los datos revelados recientemente por ... el Banco de España muestran otro incremento de los depósitos de los hogares, que tocan un nuevo máximo histórico en el Estado. Todo hace indicar que la tasa de ahorro sigue presentando valores atípicamente elevados por la incertidumbre que está creando la crisis del Covid.
En su conjunto, los depósitos han crecido en 50.000 millones de euros hasta octubre, hasta los 880.000 millones. El ahorro ha aumentado un 0,3% en octubre respecto al mes anterior, y un 7,47% en tasa interanual. Por ejemplo, en el mismo periodo del año pasado, el volumen acumulado en las cuentas bancarias creció justo la mitad, unos 25.000 millones. A medida que aumenta la renta de las familias, los depósitos acostumbran a avanzar, pero, desde luego, no al ritmo que se está viendo este año.
Y es que el ahorro está creciendo a un ritmo del 7,5% interanual mientras que la economía se desploma. Esto se debe a que los ciudadanos están optando por guardar una mayor parte de la renta que generan y porque están optando por activos seguros, como los depósitos, en momentos de incertidumbre. Será interesante ver la evolución en los próximos meses con los esperanzadores datos sobre las vacunas contra el virus.
joseba madariaga (laboral kutxa)
Los datos estatales son corroborados por tres de las entidades financieras con notable presencia en Gipuzkoa -y en Euskadi- como son Laboral Kutxa, Sabadell y Bankoa. Desde la primera, que cuenta con 304 oficinas y que emplea a 1.903 personas, desvelan que el crecimiento que experimentan sus depósitos -cuentas corrientes y depósitos a plazo de las familias, excluyendo a los autónomos- hasta octubre es del 8,01% respecto al 1 de enero y del 11,11% en el último año. Una tendencia positiva que se ha mantenido desde marzo, con la llegada del virus, y que ha elevado su saldo global hasta los 15.000 millones de euros. Mes a mes, el mayor ahorro se registró en junio, con un total de 286 millones -un 1,96%-.
Similares registros presenta Bankoa, con 30 oficinas donde trabajan 255 personas, cuya ahorro «ha registrado un incremento del 12% desde enero». Desde la entidad precisan que dicha subida se ha producido tanto en las empresas como en las familias, y añaden que el aumento se concentra en las cuentas a la vista, que han crecido un 15% en 2020.
santiago carbó (economista)
Finalmente, desde el Banco Sabadell, con una red de 44 oficinas en el territorio y una plantilla de 318 personas, revelan que el crecimiento que experimentan sus depósitos desde marzo hasta septiembre es del 5%, tanto en Gipuzkoa como en Euskadi .
Joseba Madariaga, director del Servicio de Estudios de Laboral Kutxa, que se encarga de confeccionar los habituales informes de la cooperativa de crédito que analizan la situación de la economía vasca, aporta algunas claves. En primer lugar, aclara que el incremento de los depósitos no tiene por qué obedecer exclusivamente a que el ahorro aumente debido a que el consumo se paraliza, sino que «se suelen producir también movimientos desde los fondos de inversión que provocan oscilaciones».
El director de Estudios de Laboral Kutxa agrega que el miedo «se retroalimenta» y ese parón en el consumo puede contagiar «también a la inversión que realizan las empresas», como si fuera una pescadilla que se muerde la cola. Preguntado por el futuro económico y sobre la reacción de las familias cuando el virus esté bajo control, vaticina que «las cosas irán mejor, como sucede tras dejar atrás una crisis. La única duda es saber qué proporción del tejido económico perderemos cuando se acaben las ayudas y los ERTE». Pero no duda de que cuando el Covid sea historia, la alegría volverá a incidir en el gasto.
Desde el Colegio Vasco de Economistas, Joseba Barandiaran, experto en el área de finanzas, atribuye a varios factores el aumento del ahorro en las familias. Las principales, asegura, son «la caída del consumo de los hogares por la pandemia y por las consiguientes restricciones de oferta y de movilidad».
joseba barandiaran (colegio vasco de economistas)
También cree que la incertidumbre reinante en la actualidad provoca que la gente sea «más precavida» ya que no sólo teme por su presente sino también por lo que pueda pasar en el futuro con el empleo. Como tercer factor, describe los tipos de interés «bajísimos», la «volatilidad» de la Bolsa y la «falta de alternativas rentables para invertir».
De cara al futuro, desde su punto de vista la clave estriba en lo que vaya a pasar con la pandemia. Es decir, si la incertidumbre continúa entre nosotros, si las vacunas no son eficaces y los contagios se vuelven a disparar, «las restricciones aumentarán y ello afectará otra vez a la economía», dice. Con todo, en términos comparativos, teniendo en cuenta que en 2021 no habrá en principio un confinamiento tan severo como el de la pasada primavera, cabría pensar que el consumo se recuperará. ¿Cuál es el problema? «Que la pandemia dejará secuelas en empresas que cerrarán y en puestos de trabajo que desaparecerán. 2021 será algo mejor pero el crecimiento será más moderado. Todo indica que la recuperación será más lenta que la velocidad a la que caímos».
Santiago Carbó, catedrático de Economía y Finanzas y director de estudios financieros de Funcas, centro de análisis dedicado a la investigación económica y social, asevera que el incremento de los depósitos guarda una estrecha relación con el «aumento del ahorro y el miedo al consumo» generado por el Covid. También explica que en situaciones de incertidumbre como la actual, los ciudadanos «no ven el momento» para invertir, o no lo tienen claro, por lo que los depósitos crecen. Y hay que añadir el hecho de que las administraciones inyectan directamente en las cuentas corrientes las ayudas extraordinarias concebidas para amortiguar el golpe de la crisis en los colectivos sociales más golpeados.
Al menos a corto plazo, Carbó espera que el ahorro «aumente más todavía» y, a partir de marzo, confía en que se produzca una clara mejoría de la situación, sobre todo si las vacunas demuestran su eficacia, e intuye que la gente gaste «con cierta alegría».
Joseba Madariaga desmenuza el último informe de Laboral Kutxa sobre la confianza de los consumidores vascos en el tercer trimestre del año, con datos recopilados en una encuesta a 800 personas, que cifra el índice final en un -30, seis puntos por encima con respecto al segundo trimestre (-24). Este indicador se obtiene tras analizar al detalle cuatro componentes que permiten recoger «unas pistas sobre el futuro»: economía general, economía del hogar, desempleo y ahorro. Pues bien, precisamente es éste último el que mejores registros presenta con un -4, mejor que en el trimestre anterior (-6). El experto considera que cuando los consumidores ven el futuro negro, «se consume menos y, por tanto, se ahorra más. Y por lo visto ahora, los guipuzcoanos creen que no es el momento de adquirir bienes duraderos –vivienda, coches...– y se centran en las necesidades básicas». En síntesis, los hogares vascos afrontan el cuarto trimestre en un escenario dominado por la segunda ola del Covid y el progresivo deterioro de la actividad económica y del empleo en 2020.
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