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Sede de Ingeteam, en el Parque Tecnológico de Derio-Zamudio.

El metro de Bilbao enseña cómo ahorrar al de Barcelona

El suburbano barcelonés instalará un sistema, ideado por la empresa vasca Ingeteam y que ya funciona con éxito en la capital vizcaína, que transforma en electricidad la energía generada en las frenadas

Julio Arrieta

Jueves, 19 de noviembre 2015, 13:55

El metro de Bilbao redujo su consumo de electricidad más del 11% durante el pasado año, lo que le supuso un recorte de 1,3 millones de euros en la factura que paga a Iberdrola. La mayor parte de ese ahorro se debe a un sistema desarrollado por Ingeteam que transforma en electricidad aprovechable la energía cinética durante las frenadas. Esta semana la empresa vizcaína dio a conocer que va a instalar esta misma solución en el suburbano de Barcelona en colaboración con la firma catalana Istem.

Este sistema de freno regenerativo se instalará en una subestación de tracción de la línea 9 del Metro de la ciudad condal, un medio de transporte que fue utilizado por más de 415 millones de pasajeros durante el año pasado. Permitirá recuperar hasta 30% de la energía que producen los trenes al decelerar, momento en el que el motor eléctrico del vehículo actuará como generador.

Además de en Bilbao, este sistema desarrollado por Ingeteam se ha aplicado en la ciudad alemana de Bielefeld y en el tren de cercanías de Málaga. «Además hemos vendido seis unidades a Bruselas», explica desde la capital catalana Fernando Loizaga, responsable de Sistemas de Recuperación de energía de la compañía vizcaína, especializada en el diseño de electrónica de potencia y de control, máquinas eléctricas, ingeniería eléctrica y plantas de generación.

El sistema no requiere adaptar los trenes. «La solución de Ingeteam es estática y está ubicada en una subestación de tracción», detalla Loizaga. «Existen otros sistemas que van embarcados en los trenes, pero la nuestra es una solución fija». Lo que sí debe tener el tren «es capacidad regenerativa. Pero los trenes de los últimos 8 o 10 años lo tienen. Si se da el caso contrario, lo que hay que hacer es dotarle de esa capacidad. Aunque lo normal es que los vehículos modernos ya la tengan».

Diferentes tensiones

«Los tranvías, metros urbanos y redes de cercanías funcionan con diferentes tensiones», de las que solo hay tres variantes en el mundo. «Suelen ser de 750, 1.500 o 3.000 voltios, y en los tres casos de corriente continua», describe el responsable de Ingeteam. Lo que hace su sistema es convertir esa energía «que se genera en la red, que es corriente continua, en corriente alterna a través de un inversor y después devolverla a la red, almacenarla o consumirla en la propia red ferroviaria»

«Lo más limpio, lo más fácil y lo más sencillo es verterla a la red eléctrica». Por ejemplo en Metro Bilbao, «el ejemplo que tenemos más cerca, del 100% de lo que recupera, el 30% lo dedica a consumo interno y el 70% lo devuelve a la red». Ese 30% se dedica a alimentar las luminarias, ascensores y otros equipamientos de las oficinas del suburbano vizcaíno. En cuanto a la energía devuelta a la red, equivale al consumo anual de 1.500 familias. «Es una forma de ahorrar evidente. En el caso de Alemania (en Bielefeld), se trata de un metro ligero en el que todo lo que se recupera se dedica al consumo interno. Es otra forma de ahorrar».

Este sistema no es aplicable a cualquier ferrocarril. Así, en una red de alta velocidad no tiene sentido «por dos razones. Primero, porque es en corriente alterna, luego no haría falta convertir continua en alterna; y segundo, porque apenas hay paradas, son trenes de larga distancia, no hay frenadas de las que poder recuperar energía». La solución que desarrolla Ingeteam es ideal «para un metro urbano pesado, que tiene muchos arranque y paradas, con estaciones cada 800 metros o un kilómetro. Para esa situación es la aplicación ideal».

Inversión variable

En cuanto a la inversión requerida para la instalación del sistema, varía en función de los requerimientos del cliente. Sucede que «hasta ahora no existe un estándar de cómo hacer una subestación de tracción reversible. Y de hecho estamos trabajando a nivel europeo para buscar un estándar sobre cómo se debería pedir o licitar en un pliego» una de estas instalaciones. A día de hoy «no lo hay». Así que la inversión depende «de las propias especificaciones técnicas que nos ponga encima de la mesa el operador y que es variable, porque cada uno tiene la suya». Metro Bilbao trabaja con sus especificaciones, «el metro de Madrid con las suyas. Y Bielefeld también las tiene propias. Como Bruselas... hablar de inversión es un poco difícil, porque es un rango variable de precio en función de lo que el cliente pida».

Este es un mercado nuevo, «que todavía no se ha estandarizado» y en el que Ingeteam se desenvuelve como firma pionera «que ha apostado por hacer una actividad comercial intensa en los últimos tres años». Es un terreno novedoso en el que el atractivo evidente del producto es el ahorro de energía que supone para el operador: «la energía suele ser el segundo coste de cualquier empresa, después de los salarios de las personas. Cualquier cosa que impacta en reducción de ese punto es beneficioso». La ventaja de la empresa vasca en este terreno es que «en este momento posiblemente Ingeteam es líder en este tipo de aplicaciones porque tenemos referencias en la explotación comercial y en las tres tensiones existentes en el mundo».

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