El imprevisible 'Sasha' Bublik toca el cielo: de odiar la tierra batida y llamar «calvo» a Nadal, a vivir «el mejor día de mi vida»
El tenista kazajo alcanza los cuartos en París de forma inesperada en una carrera en la que no ha dejado de ser un lenguaraz: «Odio el tenis con todo mi corazón», llegó a decir en 2020
Es ruso, pero desde 2016 juega bajo bandera de Kazajistán. No le gusta jugar sobre tierra batida, pero acaba de alcanzar los cuartos de final ... en Roland Garros. Odia el tenis pero este lunes confesó haber vivido «el mejor día de mi vida» tras vencer a Jack Draper y citarse en la antepenúltima ronda del Grand Slam francés con el número uno del mundo, el italiano Jannik Sinner. Por primera vez en su carrera, Alexander Bublik (1997) estuvo a punto de llorar de emoción en una cancha después de que la grada de la Suzanne Lenglen se viniera abajo con su inesperada victoria. Pero no, sujetó su volcánico temperamento y como en una de sus características dejadas, se escurrió de la pista hacia los vestuarios camuflado en un disfraz muy distinto al que ha hecho gala a lo largo de su lenguaraz carrera.
«Por favor, parad de aplaudir. No quiero llorar», pedía al público ante el micrófono colocado por la organización sobre la pista con el que Álex Corretja trataba de entrevistarle. «Si tienes que llorar, llora», le animaba el extenista español. «Todavía me queda al menos un partido más, soy un tenista profesional y debo estar preparado. Muchas gracias», terminaba 'Sasha' Bublik alejándose del micro mientra Corretja le pedía sin éxito si podía hacerle alguna pregunta. Si el tenis puede considerarse un deporte imprevisible, una de las razones más claras es la presencia de Bublik en los cuartos de final de Roland Garros. Un tenista que llegó a decir que «la arcilla es una mierda» o que «en una cancha de tierra me muevo como un elefante». Ahora, todos los focos le apuntan como el 'outsider' de las ocho raquetas que quedan para llevarse la edición 2025 de Roland Garros tras superar a dos 'top 10' como Alex de Miñaur y Jack Draper.
«No sé cuál ha sido la clave. Tengo algunas habilidades y todas funcionaron», explicaba en la posterior rueda prensa en su línea el tenista kazajo. Sincero hasta el extremo como siempre, Bublik añadía que quizá uno de los factores determinantes este año para mejorar sus números en tierra (ha ganado solo en Roland Garros más partidos sobre esta superficie que en las últimas tres temporadas juntas) puede ser que «no me he quejado tanto» por jugar sobre esta superficie. Eso sí, dejaba claro que su filosofía de vida y su relación con el deporte no va a cambiar. «¿Voy a dar mi vida y mi salud por poder ganar un partido? No (...) Voy a seguir mi camino. Lo importante es el equilibrio. No veo bien llegar a los 40 años y no poder andar», admitía de forma contundente un Bublik siempre crítico con algunos rivales y que nunca se ha cortado en decir lo que piensa.
«Odio el tenis con todo mi corazón. Odio todos los días que tengo que jugar. Para ser sincero, no veo un punto positivo en ser tenista. Solo juego por dinero», confesaba Bublik en 2020 en una entrevista en L'Equipe, cuatro años después de optar por jugar bajo la bandera kazaja por las ayudas que el país ofrecía a sus tenistas. Una reflexión que ha ido limando con el paso de los años, aunque esa relación de amor-odio con la raqueta no la ha abandonado, con una buena ristra de sets tirados a la basura por falta de actitud, raquetas rotas contra la pista e incluso discusiones con rivales y público en algunos duelos. El nacimiento en agosto de 2022 de su primer hijo le hizo asumir que «tengo que dar ejemplo» en pista, aunque sus salidas de tono fuera de ella seguían siendo habituales.
«Calvo» a Nadal y sospecha de Sinner
Bublik, que llegó a ser número 18 del mundo en 2024, criticó recientemente la forma en la que se han retirado Rafa Nadal y Andy Murray. «Mi legado no va a ser como el suyo», arrancaba, pero añadía que no le gustaba «los intentos de aferrarse a algo que ya no existe, a algunos ecos del pasado», como fue el caso del tenista escocés, que jugó varios torneos menores tratando de subir en el ranking. «Lo que pasó con ellos en sus retiradas fue un circo, no puedo llamarlo de otra manera. Les veíamos con la boca abierta en el vestuario, pero luego ves a un calvo y a un viejo», declaró el tenista kazajo en una entrevista para el medio ruso 'Match TV'.
El kazajo fue también severo con el que será su próximo rival en cuartos de final de Roland Garros y número uno del mundo, Jannik Sinner, y su sanción de tres meses tras alcanzar un acuerdo con la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) por un positivo por clostebol. «Hay un dicho que dice que 'no hay humo sin fuego'...», apuntaba, mostrándose muy crítico con la leve sanción que acabó sufriendo el tenista italiano.
El miércoles se citarán en la Philippe Chatrier para ver quién se impone a quién. Bublik vuelve a no tener nada que perder, pero sus saques, golpes planos y dejadas que rompen el juego, deberán funcionar a las mil maravillas para poder toser siquiera a Sinner. ¿Imposible? Nada lo parece serlo para el loco kazajo.
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