«Mucho gallo para un solo gallinero»

Quedó claro, eso sí, el nivel de Darío en los enfrentamientos individuales en toda la cancha. Las tres eliminatorias previas para completar la nómina de seis representantes en el Manomanista se presumían duras. Las ha resuelto con similares dosis de solvencia y autoridad. Empieza con un 22-6 a Elordi, sige con un 22-10 a Elezkano II y remata con nada menos que un 22-2 sobre Peio Etxeberria. No ha sido contra unos cualquiera.

Los veintiún pelotazos a buena cruzados en el primer tanto prometían. Llegaron a 194, lo que puede invitar a pensar que la paliza es hasta cierto punto engañosa. No. La superioridad del riojano resultó palpable. «El inicio ha sido duro», analizó Darío. «Los tantos caían de mi lado, he empezado a hacer daño con el saque y Peio se ha descentrado».

La argumentación de semejante derrota es más amplia. Por un lado, el de Ezcaray domina la especialidad -es su preferida- y atraviesa un buen momento de forma. «Durante el verano me encontré bien por parejas -firmó dieciocho victorias consecutivas- y últimamente ya me estaba sintiendo mejor».

Al otro lado de la balanza hay que colocar a Peio Etxeberria. Después de quedar fuera de los titulares del último Campeonato de Parejas, no acaba de levantar el vuelo. Lleva meses por debajo del nivel que le permitió ganar nada menos que a Altuna III en la liguilla del último Cuatro y Medio gracias a una extraordinaria actuación en Bergara. Ocurrió en octubre. Disponer de tiempo suficiente para preparar el Manomanista parece haber jugado más en su contra que a favor.

Llamado a entrar a medio plazo en los estelares, ve cortada su progresión. Faltará por tercer año consecutivo en la competición reina después de haber alcanzado los cuartos de final en 2019.

Variar los restos de saque a bote y de aire no le funcionó. Recibió siete tantos con el primer disparo. Tampoco cruzó la pelota con la zurda. Le faltó potencia y gozar más con la derecha. Su saque quedó inédito. Así es imposible.

Darío acabó bien de manos. El buen estado de su derecha es fundamental para su juego. Todo indica que no va a ser un rival cómodo en octavos, si bien sabe que «cualquiera de los cuatro posibles rivales es complicado. Llego con el rodaje de tres partidos, aunque también existían tres oportunidades de quedarme en casa». Como hasta ahora, irá paso a paso, consciente de que «hay mucho gallo para un solo gallinero».

Cuatro de esos gallos intervinieron en el estelar, ganado 8-22 por Irribarria y Zabaleta a Altuna III y Rezusta. La noticia positiva es la buena respuesta de la zurda del de Arama, que ya había completado esta semana en Idiazabal un ensayo mano a mano con su compañero en el último Parejas. La negativa, la segunda derrota abultada de Altuna en el último mes. Se quedó en seis en el Astelena y esta vez en ocho. El campeón es el campeón. Para alabarle y para exigirle.

La primera jornada del Manomanista, por cierto, ya tiene sedes: viernes en Labastida y sábado en Lekeitio -Laso en uno y Urrutikoetxea en otro-, domingo en Tolosa y el lunes 18 en Eibar -bien con Ezkurdia, bien con Irribarria-.