Aitor Sorozabal | Piloto de Rallys

«Apostaron por mí y algo así no pasa todos los días»

– ¿Con qué edad comenzó a conducir?

– Tenía cuatro años cuando monté en un kart por primera vez. Con el paso del tiempo he participado también en el Campeonato Vasco de rallys, en el Open RAC de Catalunya hasta que di el salto al campeonato catalán y vasco a la vez. Posteriormente, me centré más en Nacional, en el que he competido hasta 2018. He pasado por todas las categorías intermedias. El año pasado lo compaginé compitiendo también en autocross, en tierra, con unos 'buggys' que llevan incorporados motor de moto.

– ¿Siempre le ha gustado la velocidad?

– Sí, desde que era un crío. Cuando nací, el aita tenía un Mitshubishi EVO 5. Lo veía siempre en el garaje de casa y pensaba que algún día, cuando fuese mayor, conduciría uno como ése. Eso me marcó para siempre. Ahora, corro con un Mitshubishi EVO 9 y soy yo quien le da envidia a él.

– ¿Fue él quien le metió el gusanillo en el cuerpo?

– Sí, disputó varias carreras como aficionado antes de nacer yo. La ama, cuando estaba embarazada de mí, le dijo que tenía que elegir entre ella o las carreras. Salió perdiendo. Ahora le doy un poco de guerra. No compito como aficionado, voy más en serio.

– ¿Cuántos trofeos guarda en casa?

– He perdido la cuenta. Algunos los he tirado a la basura o los he regalado a los amigos. Ya no sabía dónde guardarlos. El que guardo con más cariño es uno que gané en una carrera alevín. Tendría nueve años. Fue en Vic y quedé segundo. Coincidió con el cumpleaños del aita.

– Ha sido seleccionado para competir en la Beca RTS'24, cuya primera carrera tendrá lugar el próximo mes de marzo.

– Es una categoría en la que sólo pueden competir menores de 27 años. Todos los coches son de la misma categoría, siguiendo las directrices de la reglamentación FIA. Este año, el campeonato consiste en siete pruebas, cuatro de asfalto y tres de tierra. Apostaron por mí y algo así no pasa todos los días.

– ¿También fue campeón de España de karts?

– Sí, tenía quince años. Todo me salió redondo. Fue una temporada inolvidable, espectacular, como para repetirla. También tuvimos suerte. Para ganar hace falta, además de otros detalles como estar en el sitio adecuado en el momento preciso. El karting es un deporte en el que hay contactos y aunque recibí algún golpe de mis rivales, no lograron sacarme de la pista. Gane cinco carreras de las ocho con las que contaba el campeonato y en las otras tres también subí al podio.

– Todo es cuestión de rodaje...

– Esa experiencia me vino muy bien después para participar en otras categorías. Todo es sumar. De la noche a la mañana me salieron bien las cosas, pero también es cierto que nadie te regala nada. En ninguna carrera, da igual de la categoría que sea. Todos somos muy competitivos y las victorias están muy caras.

– ¿Qué coche tiene ahora?

– Un Mitshubishi EVO IX con tracción a las cuatro ruedas. Tiene 350 caballos de potencia y pesa 1.350 kilogramos. Es un 'bicho'. Se le conoce como el autobús de los rallys. En Gipuzkoa había antes uno como ése, pero ahora creo que soy de los pocos que corren con uno así.

– ¿Qué velocidad alcanza?

– Entre 215 y 220 kilómetros por hora. No es una velocidad espectacular, pero en tramos de montaña sí que impresiona. En carretera, pasas de 60 a 200 casi sin enterarte.

– ¿Tiene algún ídolo?

– Como piloto me gusta mucho Sebastian Loeb. Tiene mucha calidad y ha ganado varios Mundiales de rallys. Acaba de disputar el Dakar. También Tommy Makinnen, que ganó cuatro. Siempre me fijaba en él. Además, fue piloto de Mitshubishi muchas temporadas.