«Cuando empecé, no sabía ni cómo ponerme de pie»
Campeona de Europa juvenil de Kite Surf ·
Eider Berakoetxea (Donostia, 2006) es la viva imagen de la superación. Pese a su juventud, derrocha amor propio. Campeona de Europa juvenil de kite surf ... en Giceria (Italia) y medalla de bronce en el Mundial sub17 de Cerdeña (Italia), afronta ilusionada un nuevo reto, la Fórmula Kite, una modalidad en la que se desliza sobre el agua encima de una tabla con la ayuda del viento y una cometa.
– ¿A qué edad comenzó con el Kite Surf?
– Cogí mi primera cometa con seis años y cuatro después ya me metí en el agua con ella. Mi padre –Juan Mari– también lo practicaba. Él me metió el gusanillo en el cuerpo. Cuando empecé, no sabía ni cómo ponerme de pie sobre la tabla. Estaba muy desmotivada, era malísima, no tenía amigos con quién practicar, pero le cogí rápido el tranquillo. Ahora estoy encantada.
– ¿Qué deportes practicaba?
– Sobre todo natación. Mis estilos preferidos eran mariposa y braza, pero lo dejé hace tres años. A tenis también me defiendo.
– ¿Cómo compagina los estudios con la competición?
– Estoy en primero de Bachillerato en Summa Aldapeta y los libros se me dan bien, pero cuando tengo competición falto a clase. Me gustaría hacer Magisterio, pero no lo tengo claro aún.
– ¿Dónde?
– Donde sea posible entrenar. Aquí, en Donostia, no puedo hacerlo porque no hay buenas condiciones de viento. Entra racheado y debe ser más constante.
– ¿A qué lugares se desplaza a entrenarse?
– A Hossegor y a los pantanos de Alloz y Zaragoza. Y también a Liendres, pero no se pueden comparar con Mallorca.
– ¿Es un deporte caro?
– Muy caro, sobre todo si no tienes ayudas. En mi caso, son mis padres los que costean todos los desplazamientos. Voy una semana al mes a Mallorca a entrenarme y estoy intentando conseguir ayudas para pagarme al menos el alojamiento y los viajes. Siempre lo hago en avión y sale carísimo. Mandar el material y el equipamiento deportivo cuesta 60 euros mínimo, a los que hay que añadir la maleta. Cada vez que voy allí, dejo el material en casa de un amigo -Pau Cifré-. En las competiciones nacionales e internacionales sí recibimos ayudas de la Federación.
– Su mejoría se ha traducido en títulos a pesar de su juventud...
– De momento me han ido bien las cosas, no puedo quejarme, pero si quiero progresar tengo que estar donde haya mejores condiciones para este deporte.
– ¿Y dónde es eso?
– Donde haya viento.
– ¿Qué hace falta para destacar?
– Tienes que ser muy completa. En una regata tienes que combinar fuerza, técnica y estrategia. Aunque parezca raro, la fuerza es lo de menos, pero voy mucho al gimnasio sobre todo para fortalecer piernas, el tren inferior.
– ¿Qué tiene que mejorar? ¿Las viradas, las trasluchadas?
– Como acabo de pasar al Fórmula Kite tengo que acostumbrarme a los parapentes y mejorar las maniobras. Con este nuevo material, se me ha hecho más fácil de lo que esperaba.
– ¿De dónde proceden los practicantes de kite surf?
– La mayoría son de Mallorca y de Valencia. Allí tienen mejores condiciones que aquí. Yo soy la única vasca y, de vez en cuando, me toman el pelo. Hacen chistes sobre el tiempo que hace en Donostia y me sueltan burradas con el levantamiento de piedra...
«El Fórmula Kite es un deporte desconocido en Euskadi, tengo que ir a entrenar a Mallorca y costearme el viaje»
– ¿Tiene pensado cambiar de categoría en un futuro próximo?
– Acabo de empezar y, de momento, quiero centrarme al máximo en esta categoría. Tengo 16 años y puedo seguir compitiendo hasta los 19 ó 21 según la categoría y luego pasarme a Open.
– Su objetivo son los Juegos Olímpicos de París en 2024...
– Me gustaría ir, pero está un poco complicado. España solo cuenta con un representante y la mejor en estos momentos es Gisela Pulido.
– ¿Cuáles son las principales potencias de este deporte?
– En Inglaterra hay mucho nivel y en juveniles destacan sobre todo polacos y suizos.
– ¿La mejor de todas?
– La inglesa Daniela Moroz.
– ¿Se puede vivir del kite surf?
– Es muy difícil, pero si te lo propones... Es un deporte muy físico. Puedes mantenerte con las mejores hasta los 35 años. A partir de ahí todo depende de las condiciones que tengas...
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