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'Arria V' se despide en lo más alto
Para poner la guinda a su carrera deportiva termina con una heroicidad de seis horas, cinco minutos y 54 segundos para culminar un trabajo para pocos elegidos
Xabier Orbegozo 'Arria V' puso punto y final a su carrera deportiva con una heroicidad. En seis horas, cinco minutos y 54 segundos levantó diez veces el cilindro antiguo de 100 kilos, recorrió las tres cimas de Tolosaldea -Ernio, Uzturre y Erriozpe- completando 43 kilómetros y cortó diez kanaerdikos. Una gesta para la historia para la despedida de un todo terreno.
Acabó su periplo como deportista de élite en la plaza Emeterio Arrese de Ibarra ante 400 espectadores que no pararon de aplaudir durante el último tronco kanaerdiko que ponía la guinda a un reto que será más que difícil volver a ver. A las 08.00 horas empezaba levantando la piedra y a las 14.06 horas terminó de cortar el último kanaerdiko.
Entre una y otra muchas horas, mucho esfuerzo y mucho cansancio. Al final sufrió de calambres que dificultaron su trabajo, pero el objetivo estaba más que cumplido. A las ocho casi en punto levantó el cilindro antiguo de 100 kilos, diez veces, en dos minutos y 20 segundos. Se quitó la ropa de harrijasotzaile y comenzó su particular maratón. Los primeros metros los hizo ligeros y tras pasar las calles de Ibarra y Tolosa se dirigió a la punta del Ernio. El siguiente pico era el de Uzturre, no tan alto como el anterior, pero si más duro. Fue ahí donde más sufrió el errezildarra y estuvo a punto de abandonar en las duras rampas del monte.
Cerca de abandonar
Sus compañeros de viaje y la afición le hizo declinar de la idea del abandono y pudo recuperar en la bajada para subir Erriozpe y terminar el maratón de montaña en la plaza de Ibarra. Estaba roto, pero tenía que cortar diez kanaerdikos. El reloj marcaba las cinco horas y 27 minutos y para bajar de seis horas necesitaba cortar los kanaerdikos en 33 minutos.
La misión era complicada, ya que el esfuerzo previo le dejó exhausto y sobre todo con los gemelos en mal estado. En la aizkora el trabajo muscular de las piernas también es importante y no pudo mantener el ritmo esperado, aunque si un ritmo para cortar cada kanaerdikos alrededor de los cuatro minutos. Al final aceleró un poco y paró el reloj en 6h05:54. La gesta estaba terminada. Cayó el suelo, mientras Izeta II le daba un masaje en los gemelos.
Una vez recuperado llegó la hora de la despedida. Le dieron obsequios e Iñaki Errazkin y Joseba Otaegi le cantaron dos bertsos. No pudo contener la emoción cuando sus tres hijos Ane, Markel y Luken le pusieron la txapela. Los aficionados le echarán de menos en las plazas, pero su legado es imborrable.
Sus primeras apuestas cuando era una firme promesa de la aizkora, la presión por ser nieto, hijo y sobrino de mitos de la aizkora, su abandono temporal de la aizkolaritza y la vuelta a los ruedos, nunca mejor dicho, reinventando no solo sus características como deportistas en apuestas combinadas, sino reinventando el herri kirolak lo ponen entre las páginas más brillantes del herri kirolak. Ha sido el principal promotor de la modernización del pentatlón, siempre manteniendo la esencia que no es otra cosa que la apuesta y el desafío entre deportistas.
«Ez dut gozatu erronkan, eman eta eman aritu naiz»
Xabier Orbegozo 'Arria V'.ak nahi baino gehiago sufritu zuen erronkan zehar. «Ez dut gozatu, eman eta eman aritu naiz. Uzturretik gora beheraldi haundi bat izan dut eta segituan errekuperatu banaiz ere, bukaeran berriro etorri zait sufrimendua. Bolak eta koadrizepsak hasi zaizkit gora eta gora... Komeriak izan dira, baina sufrituz, azkenean, iritsi naiz. Sei ordutik 05:54 minutu besterik ez da pasa, eta oso gustura geratu naiz. Orain atsedenaldi bat behar dut». Merezitakoa, zalantza gabe.