«Siendo ciego he demostrado que el surf es sota, caballo y rey»
Surfista adaptado, campeón de Europa y campeón del mundo en dos ocasiones ·
Aitor Francesena (Zarautz, 1970) roza levemente su tabla de surf y ya la reconoce. No le hace falta la vista para ser campeón de Europa ... y del mundo, tampoco para exprimir la vida y disfrutarla al máximo. Le quedan aventuras por vivir, pero sueña con los Juegos de 2028 en Los Ángeles.
– ¿Dónde se encuentra, está inmerso en alguna aventura nueva?
– Pues he estado toda la semana viajando por el Cantábrico y ahora disputo la Pantín Classic en Galicia, un torneo que está metido dentro de la doble QS. He pasado días con Lucas García, que es mis ojos en los campeonatos del mundo, así que está siendo un gran verano, la verdad.
– ¿Tiene un calendario específico o varía los torneos?
– El surf adaptado está creciendo una barbaridad, cada vez tiene más practicantes y pruebas. Este año en Estados Unidos han empezado a profesionalizar el deporte. Están creando un circuito con el fin de llevar el surf adaptado a ser profesional; habrá segunda y primera división, con clasificaciones y campeones. El campeonato del mundo solo es una prueba, y ahora se amplía a diferentes torneos.
– ¿Cuándo empieza el circuito?
– La primera prueba se disputó en junio en Hawai, y ahora en septiembre el segundo campeonato. La Pantic no entra dentro del circuito, pero tiene 'price money' y me interesa porque además da prestigio.
«El surf adaptado está creciendo, cada vez hay más pruebas. Ahora está cerca de ser profesional»
– Y luego llega el Mundial, marcado en rojo para usted.
– Eso es, sí. Este diciembre disputaré mis séptimo Mundial, de los cuales he ganado dos y he hecho otros tantos podium. Tengo dos terceros puestos y otro cuarto puesto en el que fallé y no pude estar entre los tres mejores. También se hizo un único campeonato de Europa y lo gané.
– ¿Hasta cuándo cree que puede mantener el físico como para estar entre los mejores?
– (Risas) Es una muy buena pregunta. No dejo de tener 51 años y todo el mundo me dice que tengo cuerda para rato, pero llevo muchos años compitiendo y los años se notan. Trato de mantenerme vivo, despierto, fino... una de las ilusiones que tengo es poder llegar en condiciones a la primera paraolimpiada de surf que debería ser en Los Ángeles 2028. Si es así, perfecto, pero sé que el tiempo pasa para todos. Tengo ganas de seguir entrenando y seguiré compitiendo hasta que no pueda más o hasta que la federación entienda que ya no estoy para estar entre los mejores.
– Los que le conocen dicen que una de sus mejores virtudes es compartir la vitalidad que tiene. ¿Está de acuerdo?
– No sé, puede ser. Para mí la vida es maravillosa porque hay muchas cosas que hacer. Lo que me gusta es aportar. Cuando la gente dice eso de mí yo no lo siento así, aunque es gratificante que se diga eso de ti. Yo seguiré siendo como soy porque así me educaron. Soy muy cabezón, y con mi cabezonería he conseguido todo lo que he conseguido a pesar de todas las dificultades.
«Una vez me pusieron un cuchillo en el cuello y me dijeron 'que cante la gallina'; desde entonces me llaman 'gallo'»
– Le suelen llamar 'gallo', pero entiendo que no tiene nada que ver con el surf.
– Es un mote que me pusieron cuando era niño, en los ochenta, imagínate si ha llovido. En Zarautz había muchos punkis, y yo me cruzaba con ellos porque eran amigos de mi hermano. Alguna vez me pusieron un cuchillo al cuello y me decían que «cante la gallina». Y al hacer el ruido de la gallina pues me quedé con el nombre de gallo para toda la vida.
– Para los que no le conozcan, usted tiene dos lesiones en ambos ojos. ¿Qué le sucedió?
–Yo nací con un glaucoma congénito y desde que nací me hicieron muchas operaciones. Con catorce años perdí el ojo derecho al coger una infección, mientras que el ojo izquierdo lo perdí en el 2012. Tenía dos transplantes de cornea en ese ojo, pero no se operó bien, y practicando surf una ola me explotó en la cara y se me reventó la cornea. Ahí perdí el segundo y me quedé totalmente ciego, hace diez años.
– ¿Desarrolla otros sentidos para poder surfear?
–Un compañero tuyo del periódico me describió en su día como el murciélago del mar. Me gustó mucho. Tengo un oído mucho más desarrollado, pero no solo el oído, también el resto de sentidos mejoran cuando pierdes uno. Yo voy con zapatillas por la calle y siento el paso de cebra como si fuera descalzo. Y surfeando también, escucho las olas desde lejos para saber que estoy preparado, el resto de sentidos se ponen al máximo.
«No sé cuánto tiempo aguantaré, aunque me gustaría llegar a los primeros Juegos en 2028»
– Saltemos al agua. ¿Cómo entrena y compite? Entiendo que necesitará ayuda.
– Todo aquel que no ve surfea siempre con 'caddy'. Yo he visto algo hasta hace diez años, así que he aprendido mucho durante este tiempo y sí que puedo surfear solo a veces. Me meto donde hay gente, o de noche me meto solo. Cuando tengo la posibilidad de surfear con alguien es increíble porque me facilita muchas cosas. Primero con el sonido me doy cuenta del tamaño y la fuerza de la ola, y eso hay que verificarlo entrando en la ola misma. Luego te pones de pie y dependiendo de las sensaciones tiras para un lado o para otro.
– Ha sido entrenador y tuvo como aprendiz a Aritz Aranburu. ¿Dejó eso de lado?
– Bueno... al no ver mucha gente puso en duda que yo pudiese ayudar a la gente. He demostrado siendo ciego que el surf es siempre sota, caballo y rey. Un ciego puede entrenar perfectamente; he trabajado con la federación guipuzcoana, pero ahora mismo no estoy ejerciendo como tal desde hace dos años.
– Además, es pionero al crear la primera escuela de surf.
– Sí, sí. Montamos la primera escuela de surf del Estado a finales de los ochenta, la Zarautz Surf Eskola. De ahí sacamos una metodología de enseñanza que ahora mismo la utilizan la mayoría de escuelas. Fue una historia bonita. De aquí salió el entrenamiento y la rutina como tal.
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