Iñigo Llopis pasó tercero en los primeros 50 metros, pero metió una marcha más
El americano Robert Griswold reventó el récord del mundo mientras que el donostiarra se impuso al chino Liu Fengqi al sprint
B. BARRETO
San Sebastián.
Sábado, 28 de agosto 2021, 02:00
Iñigo Llopis se quedó el pasado miércoles sin la final en los 100 metros libres tras quedar cuarto en su serie de semifinales. Pero en ... su diccionario la palabra «rendirse» no existe. El donostiarra se metió ayer por la mañana en la final de los 100 metros espalda en la categoría S8 tras ganar su tanda y en la final solo quedó detrás del americano Robert Grisworld, que pulverizó el récord del mundo y era inalcanzable. Llopis fue el campeón de los mortales.
Como era de prever, el comienzo no fue bueno. Al guipuzcoano le cuesta salir y sus rivales nadan mejor los primeros metros por sus respectivas discapacidades. Así fue, tras unos segundos de igualdad Robert Grisworld puso una marcha más y comenzó a imponer su ley. Por su parte, el chino Liu Fengqi, rival para la plata, se emparejaba con Llopis y llegaba con ventaja a los primeros 50 metros. Llopis marcaba 32.27 mientras que Fengqi pasaba nueve centésimas más rápido. Pero quedaba el punch final, el tramo en el que Llopis se exprime, aprieta los dientes y hace buenas sus marcas. Por delante, Grisworld ya tenía dos segundos de ventaja sobre sus perseguidores y se asomaba a por el oro tras conseguir bronce en Río'16. El donostiarra tiró de amor propio para sacar fuerzas.
Tras el viraje, Llopis miró a la calle de al lado donde nadaba Fengqi, iba por detrás, pero la desventaja era asumible teniendo en cuenta que el guipuzcoano va de menos a más a sus carreras, en las que suele acabar con mucha más fuerza que sus rivales. Brazada a brazada, Llopis fue igualando la distancia y a falta de unos 20 metros se colocó ligeramente por delante, aunque tenía que rematar la faena tocando la pared antes que el chino. El americano ya saboreaba el oro y de hecho terminó con una sobresaliente marca de 1:02.55 batiendo el récord del mundo. Los últimos metros fueron muy igualados y finalmente Llopis fue quien tocó antes la pared en un duelo precioso junto a Fengqi. A sus 22 años el donostiarra se alzó con su primera medalla en unos Juegos Paralímpicos para llevar al territorio de nuevo a lo más alto. Ya en el podio, Llopis no paraba de resoplar. Miraba la medalla una y otra vez, conteniendo la respiración, sin creerse lo que había alcanzado. La plata es real y el futuro es suyo.
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