Una batalla entre amigos
Guuk GBC y Juaristi Iraurgi se miden el domingo en un gran partido de baloncesto donde se funden la rivalidad sana y la amistad profunda
Ya llega el partido que la gente de baloncesto tiene ganas de presenciar. El domingo se ven las caras en el Angulas Aguinaga Arena el ... Guuk Gipuzkoa Basket y el Juaristi Iraurgi. Los dos equipos guipuzcoanos de la LEB Oro frente a frente con el objetivo de ganar y hacerle pasar al rival -aunque amigo el resto de días del año- una mala tarde y peor lunes. No hay fútbol de Primera, las seis de la tarde no es que sea un horario muy tardío y tampoco se espera un tiempo desapacible que retraiga a la gente de salir de casa. Es decir, que el pabellón donostiarra puede registrar una buena entrada. De 'buena' a 'gran' hay una zancada, así que esperemos que el GBC, club local, se haya devanado los sesos para conseguir que las gradas tengan un aspecto parecido al del año pasado. Alrededor de 2.700 espectadores presenciaron el choque de la campaña anterior y ciertamente que se vea mucha más gente, cazadoras, camisas, abrigos y sudaderas que asientos azules vacíos, sería para estar contento.
En lo deportivo, no hay que engañarse. El favoritismo recae en el equipo local que quiere seguir mirando hacia arriba y situarse ya de forma perenne en los puestos de play-off, es decir, entre el segundo y el noveno. Obviamente el club pretende estar lo más arriba posible durante todo el año. En cuanto al Juaristi, ha empezado de igual manera numérica que el curso anterior, un triunfo en sus primeras siete comparecencias. La diferencia presupuestaria juega en favor del Guuk GBC pero seguro que Mikel Odriozola ha tomado nota de cómo buscarle las cosquillas a su buen amigo Lolo Encinas y darle la vuelta al triunfo que logró el Gipuzkoa Basket por 80-70 la temporada pasada. Así que seguro que vemos un encuentro competido, vibrante y que trasciende más allá de un partido más de liga.
Las relaciones entre donostiarras y urolatarras han sido excelentes y lo son también ahora a pesar de que, naturalmente, cada uno quiere el interés para su equipo y el domingo en cuanto el balón salga al aire no habrá amigos, ni conocidos. Sí es cierto que durante algunos años el vínculo entre ambos se enfrió. El GBC se ha beneficiado de la posición del Iraurgi durante muchos años tanto en la formación de jugadores como de entrenadores. Con Pablo Laso o Sito Alonso en el banquillo del GBC el feedback era continuo, al igual que era habitual ver a Porfi Fisac o Jaume Ponsarnau presenciando encuentros del Juaristi cuando militaba en LEB Plata. Si hablamos de una estructura piramidal del baloncesto lo más beneficioso sería que ni GBC ni Iraurgi compartieran categoría y, siendo lo más ambicioso posible, el escenario ideal sería que el Gipuzkoa Basket volviera ala ACB, con Juaristi en LEB Oro y que el Easo sostuviera a su equipo bien en EBA o incluso en LEB Plata. Un club llamado a liderar el baloncesto, como GBC, secundado por las dos grandes escuelas de niños y niñas del territorio: Iraurgi y el Easo.
Obviamente hay muchos mas focos de baloncesto en el territorio como toda la zona del Goierri, Urretxu y Zumarraga; el emergente salto de la zona del Bidasoa, sin olvidar Oarsoaldea, y por supuesto clubes que van desde Zarautz hasta Eibar, pasando por Zumaia. Cierto que la zona de Arrasate se queda muy cerca del Baskonia pero el vivero del deporte de la canasta que existe es importante.
Quiere esto decir que la salud del baloncesto aparentemente es buena y que la gran pelea es que Gipuzkoa es tan rica en modalidades y diversidad, que es muy difícil hacerse un hueco. Más cuando la posición de la Real Sociedad es magnánima en lo que se refiere a deporte y atención. Pero seguro que hay sitio para todos. Seguro que dos horitas dedicadas a presenciar ese pique entre Hevia y Oroz, Jaworski o Hoover, Guridi o Motos, tienen su fundamento. Nos espera un gran partido, una batalla entre amigos. Que son las más bonitas. Porque el ardor que se pone en ganarle al que te cae bien, o muy bien, se disipa en cuanto se acaba el partido, las pulsaciones bajan y los rivales se funden en un abrazo pase lo que pase.
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